Los morosos del PP destapan la gran mentira de las afiliaciones en España

  • Sindicatos, partidos y organizaciones profesionales carecen de un armazón social que les permita tener fortaleza y subsistir sin subvenciones.
Candidatos del PP
Candidatos del PP

Génova ha abierto en canal el partido con unas primarias que han tenido ya un efecto colateral: desvelar la gran mentira de las afiliaciones en España. El PP siempre ha presumido de ser el partido más potente del país, con un mayor número de afiliados, 869.535 personas, muy lejos de los 190.000 del PSOE (que también reflejó la evidencia en sus primarias), o los 30.000 de Ciudadanos. Más cuadros que nadie, más militantes que nadie... Un partido para toda España siempre ha sido su lema.

La necesidad de que ahora los militantes voten ha provocado un incendio: de los 869.535 militantes menos de 100.000 se encuentran a día de hoy al corriente de pago. Así se explica que C's exponga en su memoria económica de 2016 unos ingresos por afiliados de 2.295.461 euros mientras que el PP tenga 'solo' 2.941.875. El partido de Rivera cuenta con la cuota más elevada entre los partidos: 120 euros. Y no permite alargarse en el impago. El PP ha decidido ahora que el abono de solo 20 euros sus afiliados se pongan al día. Toda una tarifa plana para poder presentar ante la sociedad dos factores: potencia de militancia y voto masivo. Democracia para olvidar tiempos pasados de 'dedazos'. 

El PSOE sí cuenta con la fidelidad de sus afiliados

El PSOE no ha desaprovechado la ocasión para lanzar un ataque político. La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, ha advertido que el Congreso del PP va a poner de manifiesto que su "censo real no son los 800.000 afiliados que llevan mucho tiempo diciendo que tienen. Ahora se van a dar de bruces con la realidad, van a saber cual es su base como partido y lo va a saber toda España también". La realidad es que el PSOE también se vio obligado hace pocas fechas a subir la cuota de sus afiliados a 72 euros anuales, pero los suyos parecen pagar más fielmente sus cuotas. Así al menos lo reflejan sus cuentas de 2016 en las que se señalan ingresos por valor de 8.694.176 de euros, tres veces más que el PP.

La defensa del partido de centro derecha ha sido un golpe en la línea de flotación de su discurso económico. "Lo más importante es llegar a final de mes, y es normal que familias o afiliados hayan dejado de pagar la cuota de afiliación", han destacado. Pero el 'drama' de la escasa afiliación abarca todos los ámbitos. También el sindical. UGT cuenta con 931.558 afiliados, de los que reconoce que más de 230.000 no pagan fielmente las cuotas. Espera unos ingresos este año de 5.662.000 de euros por esta partida. Desde el sindicato se reconoce que se tiene 'manga ancha' y que ahora reciben pagos de 2011, aunque lo normal es que el plazo para dar de baja por impago sea de nueve meses. Las cuotas habituales rondan entre 12 y 16 euros. Ni siquiera la crisis económica o las reformas laborales han provocado un aluvión de afiliaciones.

¿Qué desvelan estos datos? Los españoles son más proclives a manifestarse que a afiliarse a agentes sociales o agrupaciones profesionales y políticas con las que sienten afinidad. Un informe elaborado por el CIS entre abril y junio de 2016 pone en evidencia que solo el 7,8% de los españoles reconoce estar afiliado a algo. Un 13,3% lo estuvo pero lo abandonó, y casi un 80% nunca lo ha estado en su vida. De hecho, solo un 5,7% pertenece a alguna asociación profesional. En Europa la sociedad civil en este sentido está más armada y provoca que estos resortes de poder tengan más fuerza e independencia. Protestar en la calle sí suele ser más común en nuestro país. El 57,8% ha acudido a mítines y actos políticos, mientras que el 57,6% ha participado en marchas y manifestaciones. 

La razón que esgrimen los españoles para esta 'apatía democrática' tiene sus argumentos. Solo un 4,2% cree que los sindicatos tienen influencia real en las políticas de los gobiernos, aunque siete de cada diez reconozca que son necesarios. Para más inri, la política no interesa al 41,6% de la población que en un porcentaje elevado, casi un 85%, ve a los profesionales de la política como corruptos

Así, no extraña el desánimo de seis de cada diez, que asumen que la sociedad no tiene influencia en el Gobierno. Con este panorama, la realidad es que la afiliación en España no sostiene a los agentes sociales ni a los partidos que, al final, deben sus ingresos a las subvenciones. El Gobierno de Sánchez ya ha dado luz verde a una partida para este año de 8.883.890 euros destinada a los sindicatos, mientras que los partidos recibirán vía presupuestos 61,68 millones de euros, un 13% menos que en 2017, sí, pero imprescindibles para sobrevivir.

Y todo esto nos lleva también a una pregunta. Más allá de la catadura moral de muchos ¿Es este uno de los factores que alimenta la financiación irregular de los partidos, consumadas máquinas de gasto? ¿Son totalmente libres unos sindicatos que no se pueden financiar por sí mismos? Para reflexionar.

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