5 útiles consejos para trabajar con un perfeccionista (y no morir en el intento)

  • Los compañeros demasiado obsesivos con los detalles de su trabajo tienden a estresarse más de lo común y puede que necesiten de tu ayuda
La perfección excesiva puede resultar un incordio / Pixabay
La perfección excesiva puede resultar un incordio / Pixabay

A menudo observamos con cierta reticencia a ese compañero obstinado, detallista, que se empeña en cuidar hasta el más mínimo detalle repasando dos o tres veces una tarea ya completada para asegurarse de que se ha realizado con éxito. Sucede en todos los entornos, desde una fábrica a una oficina, lugares en los que esa persona excesivamente perfeccionista se estresa con más facilidad que los demás y, a veces, hasta les contagia.

Además, puede suceder que se interpreten erróneamente sus obsesiones como una competencia directa contigo de cara a los superiores. Nada más lejos: su carácter está orientado a complacerse a sí mismos e, incluso, puede esconder algún tipo de trastorno obsesivo-compulsivo. Por eso, es importante saber cómo tratar con ese compañero de trabajo perfeccionista y, en este artículo de Business Harvard Review, la psicóloga clínica y divulgadora Alice Boyes ofrece una serie de útiles consejos.

Averigua con qué tipo de perfeccionista estás tratando

En su experiencia, “hay dos tipos de perfeccionistas. Los perfeccionistas 'esquivos' tienen problemas para empezar las tareas. Las fechas de entrega disparan su ansiedad por hacer las cosas a la perfección y, por tanto, sólo respiran cuando comienzan un nuevo proyecto. Por otro lado, los perfeccionistas obsesivos tienden a obstinarse hasta completar sus tareas”.

Y, aunque ambos tipos de perfeccionista tienen problemas para priorizar y gestionar su tiempo, hay distintos modos de tratar con cada uno. “A quienes les cuesta empezar, puedes ayudarles clarficándoles la tarea y dividiéndola en partes más sencillas. Para quienes les cuesta la recta final, puedes centrarte en priorizar los elementos de la tarea”.

No interiorices expectativas poco realistas

“Los perfeccionistas tienden a igualar el tiempo a la calidad, por lo que necesitas ser particularmente reflexivo y diplomático para explicarle por qué no hay que pasar tanto tiempo con un proyecto. El objetivo es explicarle el coste de oportunidades que supone pasar demasiado tiempo” en cualquier tarea.

Por eso, hay que ser “específico y detallado sobre las 'otras maneras más productivas'” en las que se puede invertir el tiempo. “Si la conversación se torna difícil, no te lo tomes a nivel personal. Intenta tener en mente que cada individuo, incluyéndote a ti mismo, tiene sus propios defectos. Las tensiones en el lugar de trabajo son normales”. Por eso, no conviene asumir las expectativas poco realistas que tiene el otro, ni entrar a la gresca, ya que “las consecuencias de unir un bagaje emocional innecesario a la situación serán más dañinos que productivos”.

Un buen jefe es el que sabe encajar las críticas / Pixabay
Siempre es mejor tratar los problemas abiertamente / Pixabay

Fomenta procesos que ayuden al equipo a ver el objetivo final

Otro problema de quienes son excesivamente perfeccionistas suele estar asociado con la pérdida de una perspectiva global. Por eso, conviene ayudar a este tipo de personas a recuperarla, especialmente si eres su jefe. Así, preguntarles en las reuniones grupales cosas como “¿hay una manera más simple de conseguir este objetivo?” o “¿Podemos reducir el tiempo que perdemos en esto?” puede ser una solución efectiva.

Otra fórmula es la de “crear una simple lista de tareas que ayude al grupo a mantenerse organizado”, tal y como explica Boyes, así como al perfeccionista a evitar la ansiedad. Además, hacerlo de manera grupal ayuda a normalizar cualquier situación anómala y a que esa persona no se sienta en ningún momento desplazada.

Establecer límites

“Las expectativas poco realistas de un perfeccionista pueden hacer, inintencionadamente, que sus compañeros se sientan poco valorados”, sostiene Boyes. No se trata de que su trabajo valga menos, pero si se llega a un punto en el que una persona perfeccionista tiene carta blanca para cumplir esas expectativas no realistas a la hora de realizar sus tareas, puede suponer un problema

En este sentido, es importante poner límites, ya que si una persona, por ejemplo, pasa varias horas al día escribiendo emails innecesarios o pierde demasiado tiempo en tareas que no lo merecen, no sólo perderá la perspectiva global, sino que probablemente te haga perder tiempo también a ti.

Mejora su sensación de seguridad a través de la mutua influencia

“La mutua influencia se da cuando un compañero te permite influenciar su manera de pensar y viceversa. Es un factor importante que ayuda a sentir cualquier relación como más segura. Si los hábitos de un perfeccionista te irritan, trata de identificar los elementos de su rutina que puedan ser útiles para incorporarlos”, explica Boyes.

De este modo, adoptando comportamientos de otra persona, se puede estrechar el vínculo con ella y, al mismo tiempo, abrir una puerta para que sea más receptiva a tus opiniones. Porque, a menudo, es más fácil explicarle a alguien tus ideas apelando a la amistad que a la lógica.

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