Cuatro razones por las que los buenos empleados pierden su motivación

  • La motivación es el motor de un buen equipo de trabajo. Sin ella estamos perdidos, nos estancamos y se nos hace casi imposible superar la jornada 
Si no estamos motivados el trabajo nos parecerá un suplicio. / Pexels
Si no estamos motivados el trabajo nos parecerá un suplicio. / Pexels

La motivación nos hace coger el toro por los cuernos y enfrentarnos al trabajo en lugar de postergarlo. Nos hace fuertes frente a las distracciones. Representa un valor de éxito asegurado para el equipo.

Pero la motivación hay que saber mantenerla viva y salva. Y este es un trabajo duro que necesita el procedimiento adecuado. Aunque haya ocasiones en que estés pasando una mala racha y la motivación la tengas por los suelos, siempre hay trucos a los que acudir. En otras ocasiones es el trabajo en sí el que merma tu estado motivacional: una tarea inapropiada puede ser un verdadero varapalo para una motivación frágil. En esta situación es esencial acudir a alguna estrategia que levante tu ánimo. 

Las razones de la desmotivación

La mejor forma de atajar la falta de motivación es detectando las verdaderas razones de esta, las causas principales de esta pérdida. Los expertos en el tema Richard E. Clark y Bror Saxberg, en un artículo para 'Harvard Business Review', evalúan cuidadosamente la naturaleza del fracaso motivacional, porque saben que elegir una estrategia equivocada puede ser contraproducente.

Las razones pueden venir de dentro y de fuera. Una ayuda exógena es de lo más apropiado ante los bloqueos de la motivación. Y tú como jefe, tienes una labor importante para desbloquearlos.

Richard E. Clark y Bror Saxberg han encontrado las 4 razones principales y sus soluciones y las desgranan en su artículo tal que así:

1. Desajuste de valores

Esto ocurre cuando una tarea no se conecta o no contribuye a algo que los trabajadores valoran.

Para ayudar a un empleado así debes averiguar qué le importa al empleado y conectarlo a la tarea. “Con demasiada frecuencia, los jefes piensan en lo que les motiva a ellos mismos y asumen que es lo mismo que les motiva a sus empleados. Participar en una conversación de sondeo y tomar perspectiva para identificar qué es lo que le importa a tu empleado y cómo ese valor se puede vincular con la tarea, es una solución”, aseguran los expertos.

Es importante apelar a los diferentes valores: valor de identidad, de interés y de importancia. Imbricarlos con la tarea según los intereses del empleado.

2. Falta de autoeficacia

Esto ocurre cuando los trabajadores creen que carecen de la capacidad para realizar una tarea.

Para ayudar a un empleado en esta situación, es importante desarrollar el sentido de confianza y competencia del empleado. Esto se puede hacer de varias maneras. Una es “señalar los momentos en el pasado en los que tu empleado ha superado desafíos similares. Desarrolla su sentido de autoeficacia con desafíos cada vez más difíciles, o dividiendo la tarea actual en partes manejables”, aconsejan Clark y Saxberg.

Pero en la autoeficacia también nos podemos encontrar con el caso contrario al anterior: empleados con una autoeficacia inflada. Estos trabajadores plantean uno de los desafíos de administración motivacional más difíciles. “Las personas demasiado confiadas a menudo cometen errores, incluso cuando están seguros de que saben lo que están haciendo. Cuando se equivocan, insisten en que los criterios para juzgar el éxito en la tarea es erróneo, por lo que no se responsabilizan de sus errores”, apuntan. En estos casos es importante evitar desafiar su capacidad o experiencia. En cambio, “demuéstrales que han juzgado mal los requisitos de la tarea y convéncelos de que requieren un enfoque diferente”.

Evita las interrupciones
Una correcta comunicación siempre ayuda. / Pixabay

3. Emociones perturbadoras

Esto ocurre cuando los trabajadores se consumen con emociones negativas como la ansiedad, la ira o la depresión.

Para ayudar a un empleado en esta situación, deberías comenzar a hablar con él. Primero busca un entorno en el que no pueda ser escuchado por el resto del equipo. “Dile que deseas comprender por qué está molesto y participa activamente en la escucha. Debes ser imparcial al preguntar lo que le está causando que se enfade. Luego, resume brevemente lo que te ha dicho y pregúntale si has entendido bien. Si dicen que no, pide disculpas y dile que estás escuchando atentamente y que lo intente de nuevo”, aconsejan Clark y Saxberg.

No es nada nuevo ni ninguna locura. Cuando las personas sienten que han sido comprendidas, sus emociones negativas se suavizan. Esto a menudo ayuda a la persona a tener más control sobre sus emociones.

4. Errores de atribución

Esto ocurre cuando los empleados no pueden identificar con precisión la razón de sus problemas con alguna tarea, o cuando atribuyen sus problemas a una razón que está fuera de su control.

Para ayudar a un empleado en esta situación, deberías invitar al empleado a pensar claramente sobre la causa de sus problemas con la tarea en cuestión. Estos errores de atribución son los culpables cuando los empleados parecen encontrar las excusas pertinentes para no llevar a cabo una tarea.

“Ayudar al empleado a identificar exactamente por qué la tarea parece insuperable puede ayudarlo a desechar ese intento de evitarla. Si identifica una causa que está fuera de su control -culpando a otras personas, por ejemplo -, sugiere otras causas que estén bajo el suyo, como la necesidad de adoptar una nueva estrategia o aplicar un mayor nivel de planificación”, aconsejan Clark y Saxberg.

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