“Una humillación”: el nuevo pasaporte británico será fabricado en Francia

  • El Gobierno del Reino Unido ha anunciado que volverá a tener su pasaporte azul, pero el concurso lo ha ganado una empresa franco-holandesa.
El pasaporte actual del Reino Unido y el que tendrá en 2019.
El pasaporte actual del Reino Unido y el que tendrá en 2019.

Parece un detalle sin importancia, pero es uno de los gestos simbólicos que más importan a los defensores del Brexit: recuperar el color azul del pasaporte británico que se cambió al borgoña característico de los pasaportes de la Unión Europea.

Aunque parezca mentira, teniendo en cuenta la cantidad de asuntos de los que tienen que preocuparse los británicos para planificar su salida de la UE, el del pasaporte se ha convertido en un asunto central. El diputado tory Andrew Rosindell no ha dudado en asegurar que el pasaporte comunitario ha sido “una fuente de humillación nacional”, y pidió que se restituya el azul oscuro como “clara declaración al mundo de que el Reino Unido ha regresado”.

Y así será, pero no como los conservadores planeaban. El Gobierno del Reino Unido ha encargado la producción de un nuevo pasaporte nacional que entrará en vigor en 2019, coincidiendo con la finalización del actual contrato, para lo que ha convocado un concurso público. Pero en un giro dramático, y bastante cómico, de los acontecimientos, será una empresa franco-holandesa quien lo fabrique.

Según informan diversos medios británicos, la compañía en cuestión, Gemalto, se hará con el jugoso contrato de 560 millones de euros, habiendo derrotado a su principal competidor, la empresa británica De la Rue.

Este hecho ha provocado un cortocircuito ente los defensores del Brexit. El presidente del Commons European Scrutiny Committee, el conservador Bill Cash, ha calificado este movimiento como “completamente incorecto e innecesario”, pues en su opinión, “cualesquiera que sean las condiciones que llevaron a la decisión en términos de precios, el hecho es que este es un evento simbólico”.

Más contundente ha sido la diputada conservadora y exministra Priti Patel, que ha asegurado en una entrevista con el diario The Sun que el retorno del pasaporte azul debía ser un momento de celebración, ya que restablece la identidad británica “pero poner el trabajo en manos franceses es simplemente asombroso. Es una humillación nacional”.Los diarios conservadores se han volcado en el agravio y el ministro de Cultura Matt Hancock ha tenido que dar la cara en la BBC para explicar que el trato “no está cerrado”.

La guerra de los símbolos

Todo este asunto del pasaporte puede verse nada más que como una anécdota, pero es bastante descriptiva del momento en que vivimos.

Para empezar, si tanto importaba para la identidad británica, el cambio de color podría haberse hecho en cualquier momento. No existe ningún reglamento de Bruselas que establezca que los pasaportes de los países de la UE tengan que tener un determinado color, solo una resolución del Consejo Europeo legalmente no vinculante de 1981 que recomienda utilizar el borgoña.

La decisión, claro está, ha levantado críticas en la oposición. El antiguo líder del partido laborista, Ed Miliband, ha calificado el asunto como “la expresión de lo mendaces y absurdos que resultamos al mundo”; por su lado Jeremy Corbin, actual líder del partido, declaró que “la verdadera fuente de humillación es un Gobierno que se preocupa del color del pasaporte mientras hay en marcha una crisis de atención social y de la sanidad pública”.

Poco importa cuando nos movemos en el terreno de lo emocional. La compañía británica que podría perder el contrato para fabricar los pasaportes, De la Rue, no tiene ningún reparo en trabajar con gobiernos de 140 países, pero ha publicado una carta abierta dirigida a Theresa May para que se replantee el concurso: “Venga usted a nuestra fábrica y explique a nuestros dedicados trabajadores la sensible decisión de fabricar un icono británico fuera de nuestro país”.

Quizás, finalmente, los pasaportes no se fabriquen en Francia, pero en cualquier caso, como ya apunto hace nos meses el líder liberaldemocrata, Tim Farron, el gasto se sumará a la creciente lista del costel del ‘Brexit

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