Albella pilla en un renuncio al inversor de Sacyr que operó 'a lo Fridman' sobre Dia

Sebastián Albella, CNMV
Sebastián Albella, CNMV
EFE

El control de los grandes accionistas y la banca de inversión en el uso de los derivados financieros era un propósito para 2019 y es la asignatura pendiente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Sigue suspendiendo, pero lo ha intentado este septiembre. El supervisor ha dictado una sanción a José Moreno Carretero, uno de los principales accionistas de la constructora Sacyr, por no informar en tiempo y forma sobre la verdadera dimensión de su participación en la compañía, es decir, por un 'error burocrático' y de ocultamiento, pero no por la operativa que llevó a cabo durante meses con las acciones de la empresa.

La multa de 300.000 euros se reparte entre el constructor y la sociedad Beta Asociados a través de la que operaba. Desde el entorno de Moreno Carretero y Sacyr declinaron realizar comentarios a ‘La Información’. La CNMV se remitió a lo publicado en el BOE, que no da detalle alguno de cuándo y cómo se realizaron las compraventas de acciones de Sacyr que obligaban a Moreno Carretero a comunicar los cambios a la CNMV.

Fuentes financieras recuerdan, sin embargo, que la raíz del problema con la operativa del empresario se encuentra en el uso de derivados financieros a través de Citigroup Global Markets, su banco de cabecera, que le llevaron a alcanzar el titular de mayor accionista de la empresa con un 17% del capital. Sin embargo, no era así ya que la mayoría de sus acciones pertenecían a Citi, con quien había contratado los derivados.

En una de sus múltiples operaciones, comunicó la ejecución de derivados financieros que mantenía en la constructora con fecha de 18 de diciembre aunque su ejecución se había producido el 22 de mayo, es decir, seis meses antes. Esos derivados eran una venta de ‘opciones put’ liquidables por entrega de las acciones que le llevaron a incrementar su posición en Sacyr y que provocaron un desfase entre participación real y declarada.

La operativa de Moreno Carretero incluía el uso de un ‘collar’, una estructura de derivados que neutraliza las pérdidas que ocasione una caída en la cotización. Y ahí desplegó otra estrategia de ‘opciones put vendidas’, usada por un inversor que espera un escenario alcista, lateral o con una pérdida controlada en la cotización del activo. El grado de sofisticación de la estrategia escondía además el uso ‘alquilado’ de grandes porcentajes del capital de Sacyr que convirtieron a la empresa en una favoritas de los inversores bajistas, que piden prestados títulos para beneficiarse de potenciales caídas en bolsa.

El caso de Fridman, Goldman y Dia

El supervisor incluyó en su boletín trimestral del arranque de 2019 un artículo sobre el control sobre las notificaciones de los grandes accionistas y el uso creciente de los derivados financieros. Su autor, Sergio García, profesor de la Universitat de les Illes Ballears, señalaba que estas operativas “expropian valor al resto de accionistas” al darse casos de información asimétrica en el mercado, según explicó a 'La Información'. Este estudio lo encargó la CNMV después de observar desde la barrera el asalto a supermercados Dia de Letterone, el fondo de Fridman, gracias a otra operativa con derivados.

Desde mayo de 2017 a octubre de 2018, Letterone firmó con Goldman Sachs un contrato de compra aplazada de las acciones que permitieron al banco de inversión usarlas para que otros clientes (hedge funds) pudiesen ponerse cortos sobre la empresa de supermercados. Goldman llegó a prestar a los inversores bajistas una de cada tres acciones en promedio que guardaba para Letterone, que negó en todo momento que su fondo hubiese tomado posiciones cortas en Dia.

Como parte de estos contratos ‘over the counter’ (OTC) entre Fridman y Goldman, el banco de inversión se comprometía a ir acumulando acciones para su cliente ruso y entregarlas en tiempo, forma y al precio pactado. En mayo de 2017, el inversor ruso dio la orden de acumular acciones y el 27 de junio firmó un 'collateralized forward purchase agreement' (compra a plazos) con el banco estadounidense. Entre esa fecha y enero de 2018, Letterone en realidad solo tenía un 3% de Dia pese a que declaró un 15% a la CNMV.

Entre enero y marzo de 2018, el fondo se aseguró otro 14% del capital con nuevos derivados hasta elevar su posición al 29%. Pero fue hasta octubre de 2018 cuando ejecutaría una compra de acciones, como estaba firmado, que obligó a Goldman a reclamar las acciones prestadas a los ‘hedge funds’. La suerte, el buen ojo o “la labor positiva de los bajistas”, según Albella (CNMV), quiso que el 'crash' bursátil de octubre en Dia coincidiese con la fecha de entrega de las acciones a Fridman.

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