Se reúne este jueves

El BCE prepara una recarga de su bazuca anti-Covid más allá del billón de euros

El organismo presidido por la francesa Christine Lagarde puede ampliar la cuantía del conocido como PEPP entre 350.000 y 750.000 millones de euros más

Guindos y Lagarde reaparecen la semana que viene bajo presión.
El BCE prepara una recarga de su bazuca anti-Covid más allá del billón de euros.
L. I. / ECB

El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para ampliar su artillería contra el golpe económico del coronavirus. El Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP) que nació con una dotación de 750.000 millones de euros para un uso flexible en la compra de bonos públicos, privados e, incluso, préstamos y pagarés de empresas, podría elevar ahora su potencia de fuego entre 350.000 y 750.000 millones de euros más. Es decir, podría incluso doblar su cuantía para estabilizar las condiciones financieras en la zona euro y absorber el aumento de deuda que va a implicar la lucha contra los efectos económicos de la pandemia.

Distintas fuentes del mercado advierten de que al ritmo actual el montante inicial del PEPP puede agotarse entre finales del tercer trimestre y principios del cuarto. Y esto, pese a que el BCE ya ha reducido el nivel de compras de deuda en el mercado secundario en relación al pico de 8.500 millones de euros diarios alcanzado a comienzos de mayo. Además, no descartan que amplíe su vigencia hasta septiembre del año que viene, es decir, más allá de finales de este año que era el límite temporal que se había puesto en un primer momento.

El entorno económico sigue marcado por una enorme incertidumbre en torno a las perspectivas que se ve ensombrecida por las dudas sobre si los Gobiernos de la zona euro y las propias instituciones europeas serán capaces de responder con suficiente contundencia a la crisis. De momento, la Comisión ha puesto sobre la mesa su fondo de recuperación de 750.000 millones de euros que aún tiene que recibir el visto bueno del Parlamento Europeo y de cada uno de los parlamentos nacionales, por lo que nada garantiza que pueda llegar a buen puerto en las condiciones actuales y no quede descafeinado por la presión de los países más ortodoxos desde el punto de vista fiscal: Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca.

Pese a que las TLTRO son en esencia el vehículo previsto por el banco central para que el crédito barato fluya a la economía real, "el instrumento preferido del BCE sigue siendo el PEPP para estabilizar las condiciones financieras y esperamos que el Consejo de Administración lo ajuste en cuanto a tamaño y composición", apunta Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo. La firma estadounidense contempla que el programa se amplíe en otro medio billón de euros, por encima incluso de los entre 300.000 y 400.000 millones que prevén otras entidades como Bank of America (BofA) o AXA IM. A final, se trataría de elevar simbólicamente su cuantía por encima del billón de euros para lanzar un mensaje contundente a los mercados.

¿Ampliarlo ahora o esperar a septiembre?

La coyuntura para hacerlo no puede ser más propicia. "Los factores de política económica favorecen que se anuncie el incremento del PEPP ahora, esta semana, en lugar de esperar a la reunión programada en julio. De hecho, no tiene sentido retrasar las decisiones para incentivar a los Gobiernos nacionales a que 'hagan su parte', una vez que la Comisión Europea ya ha publicado su proyecto", explica Gilles Moëc, Group Chief Economist en AXA IM. No obstante, tomar esa decisión en la reunión de este jueves no es tan sencillo tras el conflicto abierto con el Tribunal Constitucional alemán, que a comienzos del mes pasado falló en contra los programas de compra de deuda soberana que lideró Mario Draghi entre 2015 y 2018.

"Si cada vez que se eleva el volumen general de la expansión cuantitativa se hace más difícil cumplir con los límites de flexibilización explicitados por el Tribunal Constitucional alemán, hacerlo en la primera reunión desde la sentencia podría considerarse una provocación, pero igualmente lo sería no moverse ahora, cuando el consenso del mercado se ha desplazado hacia una decisión de junio, ya que podría verse como una señal de que el banco central es sensible a la presión de Karlsruhe [sede del Constitucional alemán]", señala Moëc. Desde su punto de vista, la señal de que el PEPP se reinvertiría a largo plazo sería bien recibida, ya que daría al BCE más tiempo para volver a converger hacia la clave de capital y sería una poderosa orientación para el mercado.   

Desde Bank of America trabajan sin embargo con la hipótesis de que el emisor espere hasta el próximo mes de septiembre antes de ampliar su bazuca para, así, poder contar con más datos y eliminar toda la presión de los gobiernos para actuar a nivel europeo. Para entonces, el organismo capitaneado por Lagarde podrá contar con los datos de PIB del segundo trimestre en la zona euro, con una mejor idea de cómo se está avanzando hacia la normalización y tendrá alguna certeza sobre si el Bundesbank puede seguir participando en el programa de compra de deuda. 

Otros movimientos sobre la mesa

Al margen de lo que decida este jueves en torno al PEPP, a lo largo de las últimas semanas, diferentes miembros de su Consejo de Gobierno han ido adoptado un discurso cada vez más acomodaticio y han llegado a abrir la puerta a un debate sobre los tipos de interés negativos. Tanto Christine Lagarde, como su número dos, Luis de Guindos, constataban la semana pasada un deterioro de las perspectivas económicas de la eurozona, "que podría verse confirmado en las nuevas proyecciones de crecimiento e inflación que dará a conocer la entidad en la rueda de prensa de este jueves", señalan desde el bróker IG

De hecho, la entidad elevó a un rango entre e 8 y el 12% la contracción prevista del PIB entre los países que comparten el euro este año a causa de las restricciones y confinamientos impuestos para frenan el avance de la Covid-19. En cualquiera de los casos y tal como incide Esty Dwek, responsable de estrategia de Mercados Globales de la gestora francesa Natixis IM, "el BCE ha hecho mucho más que en crisis anteriores y realmente ha ayudado a calmar los temores del mercado" con la batería de medidas anunciadas desde el estallido de la pandemia.

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