Espiral de deflación de la deuda

Big Crunch: el peor escenario que puede llegar con la baja rentabilidad de bonos

Los niveles de deuda han ido subiendo y es evidente que la deuda total está aumentando a un ritmo más rápido que el crecimiento de la economía mundial. 

Señales de peligro de recesión
Big Crunch: el peor escenario que puede llegar con la baja rentabilidad de bonos
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Hasta ahora, el mercado ha seguido absorbiendo las nuevas emisiones en la renta fija ya que existe un fuerte apetito por el crédito, con los precios de los bonos apoyados por los bancos centrales, y los inversores que continúan creyendo que el crédito corporativo puede ofrecer valor en relación con el bajo nivel absoluto de rendimientos de los bonos soberanos. ¿Qué riesgos existen ante un escenario cada vez más convulso?

El desajuste en el mercado de bonos es cada vez más amplio. Michael McEachern, Portfolio Manager & Head of Public Markets de Muzinich & CO, comenta que el mes de septiembre será crucial. “Lo será para evaluar la capacidad del mercado de absorber este flujo de nuevas emisiones”, asegura.

El experto cree que existe el riesgo de que la economía pierda momentum, por lo que será necesario un mayor apoyo fiscal. “En Estados Unidos, el acuerdo para un mayor estímulo fiscal parece haberse detenido debido a las próximas elecciones presidenciales, ya que los republicanos y los demócratas no han podido acordar medidas adicionales”, asegura. 

En cambio, en Europa, “se llegó a un acuerdo en julio tras intensas negociaciones sobre el fondo europeo de recuperación. El fondo europeo de recuperación se considera en general como un hito que da respuesta a los desafíos que ha planteado la amenaza económica relacionada con el Covid-19, e indica la confianza en una Eurozona más resistente”.

El impacto del Covid-19 y la rápida respuesta fiscal han tenido un gran efecto, y todos los datos posteriores muestran que el ritmo se ha acelerado desde entonces. Sin embargo, la tendencia ya estaba bien establecida. “Los niveles de deuda han ido subiendo con el tiempo. Es evidente que la deuda total está aumentando a un ritmo más rápido que el crecimiento de la economía mundial, por lo que el apalancamiento general (en este caso la deuda en relación con la producción mundial) está aumentando”, destaca Álvaro Cabeza, el Country Manager de la gestora UBS AM para España y Portugal.

Esto se debe, en parte, a que, en igualdad de condiciones, más deuda significa más gasto al servicio de la deuda, lo que en sí mismo puede ser un obstáculo para el crecimiento. Ciertamente, el mayor apalancamiento general ha sido un factor importante en la necesidad de los bancos centrales de mantener los tipos bajos. “A medida que los niveles de deuda mundial han aumentado, no sólo la tendencia de los Fed Funds es a la baja, sino que cada pico en los tipos es más bajo que el anterior”, añade Cabeza.

El problema de las rentabilidad y el riesgo

La rentabilidad del Índice de Global Aggregate Bond (un universo de bonos globales muy amplio seguido por muchos inversores) que hace veinte años tenía una rentabilidad de casi un 5,6%, pero que a principios de agosto de este año alcanzó un mínimo histórico de sólo un 0,8%.

El descenso tiene implicaciones importantes para la rentabilidad futura. Entre 2000 y finales de julio de 2020, el Índice de Global Aggregate Bond produjo una rentabilidad anual media del 4,6%. Casi el 85% del retorno provino de los cupones (recuerden, el rendimiento inicial fue de alrededor del 5,6%). “Ahora teniendo en cuenta ese 0,8% del universo de bonos hoy en día, podemos ver que la perspectiva de los futuros rendimientos del mercado de bonos en los próximos veinte años parecen bastante más bajos que la de los últimos veinte”, comenta el experto de UBS AM.

¿Qué puede suceder a partir de ahora? Resulta improbable que esta tendencia se invierta en el corto plazo. Tanto es así que muchos gobiernos necesitan que los tipos se mantengan bajos si no se quiere erosionar el impacto positivo de la enorme expansión fiscal. De igual modo, los bancos centrales están más que dispuestos a ayudar mediante la compra de activos y tipos de interés bajos. 

“El punto clave para los inversores en bonos hoy en día es que, si bien es probable que la rentabilidad sea más baja que en el pasado, los diferentes sectores ofrecerán características de riesgo-rentabilidad bastante diferentes a lo largo del tiempo”, argumenta Cabeza.

De este modo, uno de los caminos que podría producirse en el mercado de los bonos es lo que se conoce como el "Big Crunch". Los actuales niveles de crecimiento muy bajos, junto con el creciente endeudamiento, terminarían en una espiral de deflación de la deuda. “La baja inflación o incluso la deflación conduce a altos costes reales de la deuda, lo que hace que las empresas y los consumidores dejen de pagar los préstamos e hipotecas”, alerta el experto de UBS AM.

Esto a su vez conllevaría una presión sobre el sector bancario, que conduciría a menos préstamos y más insolvencia. “En este entorno, el efectivo y los bonos del Estado de alta calidad probablemente superarían al crédito”, asegura.

Por tanto, el fin del mercado de bonos alcista está probablemente cerca, aunque hoy en día pueda parecer tan duradero como el tiempo mismo. Exactamente cómo y cuándo se acabará es todavía extremadamente incierto. Los inversores deberían evaluar de forma crítica sus tenencias ahora. Es fundamental asegurarse la diversificación y la flexibilidad para prosperar ante los futuros retos.

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