Tras Alibaba

China golpea a su otro gigante, Tencent, con su 'antigaming' y amenaza al sector

La industria de los videojuegos generó más de 36.300 millones de euros en 2020 en el país, donde casi la mitad de la población practica este entretenimiento. 

Tencent limita las horas que los niños chinos pueden jugar a un videojuego
China recorta a tres horas a la semana el máximo que los menores podrán jugar a videojuegos

China tiene un nuevo enemigo: los videojuegos. El Gobierno del país busca acabar con la 'droga electrónica' a su manera y amenaza a un sector en auge en el país. La relación con la industria de los videojuegos es de 'amor -odio'. Tras impulsarla hasta convertirse en líder mundial, ahora busca ponerle coto frenando sus beneficios -excesivos según el Partido Comunista Chino-. La nueva postura tiene un claro perjudicado, Tencent. El gigante tecnológico es la mayor empresa del sector y solo en ingresos por videojuegos obtuvo más de 5.600 millones de euros en el último trimestre.

Esta semana, China endureció su política para combatir la adicción a los videojuegos en sus ciudadanos menores de edad. En concreto, ha reducido hasta a tres horas a la semana el tiempo que pueden jugar como máximo, con una hora al día como máximo y solo en fines de semana. El sector ya estaba regulado anteriormente, pero la nueva regulación coincide con una mayor presión del Gobierno sobre las tecnológicas. 

Tras frenar a Alibaba, China vuelve a golpear al otro gigante del país, Tencent, con esta política 'anti-gaming'. La compañía domina el sector y vuelve a enfrentar la presión regulatoria. Sin embargo, en esta ocasión amenaza su mayor fuente de ingresos. Según sus últimos resultados trimestrales, cerca de 43.000 millones de yuanes (más de 5.600 millones de euros) de sus ingresos dependen del sector. 

La nueva política de China no provocó de inmediato caídas en las empresas dedicadas al sector de los videojuegos, aunque sí arrastran pérdidas por la presión regulatoria de los últimos meses. Tencent es la más relevante por su dominio en el mercado. Cerró agosto con una caída superior al 16% y encadena siete meses de retrocesos tras lo que el precio de sus acciones se han reducido a la mitad respecto a enero.

Pero, además de Tencent, la economía del país está condicionada a este entretenimiento. En 2020, los ingresos nacionales de juegos de China aumentaron más del 20%, hasta los a 278.700 millones de yuanes (cerca de 36.000 millones de euros) y ya casi la mitad de la población juega a los  videojuegos, según estadísticas de la Asociación de Publicaciones Digitales y Audio-Video de China recogidas por South China Morning Post.

No es la primera vez que Xi Jinping pone el foco en lo que denomina el "opio espiritual" y ya llevó en 2017 a Ma Huateng a hablar con los reguladores para que sus videojuegos controlaran las adicciones. Desde entonces, Tencent afirma que aplica la tecnología para proteger a los menores. En ese momento, el gigante chino logró frenar la ola de ventas en bolsa que ahora amenazan ante la nueva regulación. 

Tencent busca salidas fuera de China

Tencent busca contentar a los reguladores chinos y ha mantenido varias reuniones para llegar a puntos en común. Además. realiza diferentes contribuciones a través del programa 'Prosperidad Común'. Sin embargo, la mayor presión de China, coincide con un aumento de los acuerdos de Tencent con compañías fuera de su país, especialmente en Europa. Según recoge Financial Times, el gigante tecnológico ha multiplicado por siete sus inversiones en el extranjero, acelerando su expansión global. Un ejemplo fue la adquisición el pasado mes de julio de la desarrolladora británica Sumo Group

El objetivo es evitar el impacto de las restricciones de China. Precisamente, donde más está invirtiendo es en el sector de los videojuegos y, además, lo hace a través de filiales para evitar un mayor control. Aún así, su crecimiento fuera de China tampoco está exento de polémica por los riesgos de seguridad que persiguen a las compañías del país. 

Xi contra las grandes fortunas del país

Más allá del impacto en el sector de los videojuegos, la ofensiva del Gobierno de Xi Jinping también se dirige contra Ma Huateng, propietario de Tencent y uno de los hombres más ricos de China y del mundo. El enfrentamiento parece replicar el camino que el Ejecutivo chino siguió contra Jack Ma, dueño y fundador de Alibaba. Los gigantes tecnológicos chinos adquirieron su dimensión ante la nula regulación en el país que les hacía parecer intocables. Sin embargo, el Gobierno cambió su posición y su primer paso más importante fue frenar la salida a bolsa de Ant Group, la filial financiera de Alibaba. 

Las autoridades alegaron cuestiones antimonopolio. Sin embargo, la decisión se produjo tras un discurso en el que criticó el sistema regulatorio de China. La presión sobre el resto de divisiones del negocio de Ma no cesó y el empresario desapareció del ojo público durante tres meses, lo que provocó especulaciones sobre su paradero. Finalmente reapareció, pero ya ha dado un paso atrás en la dirección de Alibaba y el resto compañías del grupo. Como consecuencia, Ma perdió el primer puesto en la lista de los más ricos en su país, que ostentó en la lista de 2020 y 2019. En 2021 cae hasta el cuarto puesto. 

Por delante -como el segundo hombre más rico- se situó Ma Huateng, ahora bajo el foco del Gobierno chino. Tencent se vio obligada a poner fin a sus acuerdos exclusivos con sellos discográficos de todo el mundo sobre los derechos musicales, de nuevo por cuestiones antimonopolio. A esta restricción se suma ahora los límites a los videojuegos, mientras los reguladores chinos mantienen reuniones con Huateng para que limite su dominio en el país. 

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