Miles de empresas españolas se están viendo afectadas por la guerra de Ucrania pero solo una tiene una exposición directa relevante al rublo y la Bolsa de Moscú. Grupo Empresarial Fuertes, uno de los gigantes agroalimentarios de Murcia y dueño de El Pozo, es socio estratégico y accionista de referencia de la cárnica rusa Cherkizovo, la mayor de Rusia gracias, entre otras cosas, a la alianza con la española.
El holding español anunció el pasado 20 de enero la disolución de la filial conjunta para la producción de pavo que mantenía con Cherkizovo a cambio de 3.600 millones de rublos (38 millones de euros al cambio de ese día) pagaderos en acciones de la matriz. Fuertes elevó su participación accionarial desde el 8,6% al 11,12% del capital tras recibir 1,17 millones de títulos. Posteriormente, el grupo murciano se habría hecho con un 0,28% adicional hasta el 11,4% que figura en el registro de Factset.
En total, las acciones de Cherzikovo en manos de Grupo Fuertes alcanzan una valoración que se sitúa entre los 140 y 150 millones de euros después de una semana en la que han registrado su mayor caída desde 2008, colapso bancario en Wall Street, y su mayor subida, el viernes, desde 2017. El saldo sigue arrojando una caída semanal acumulada del 7% sin contar la notable depreciación del rublo frente al euro, aunque la empresa española cuenta con un notable colchón de plusvalías latentes puesto que ha construido su participación con compras en 2015, 2017 y ahora en 2022.
Pero la guerra unilateral de Rusia ha puesto en el punto de mira esta inversión española debido a la ola de sanciones de EEUU y la Unión Europea sobre intereses rusos, así como las represalias que pueda adoptar el Kremlin. En 2014, tras la anexión de Crimea, el Gobierno de Vladimir Putin cargó en el sector agroalimentario español una parte de sus medidas de fuerza. De hecho, el conflicto bélico en el corredor rusoucraniano afecta directamente a la producción de piensos con la que se alimenta al sector ganadero y también es fuente principal del grano usado para harinas alimentarias de todo tipo.
El holding murciano se juega mucho El presidente, Rafael Fuertes, es miembro del consejo de administración de la compañía rusa desde hace un lustro. De hecho, Cherkizovo es la mayor inversión en la cartera de participadas de la familia murciana por delante del 6,3% (90 millones de euros) que posee en la constructora española Sacyr. El nexo de unión entre ambos gigantes cárnicos va más allá de una mera relación financiera.
Durante más de una década, los propietarios de Cherkizovo y El Pozo han labrado "amistad" y "una alianza" en la mejora de procesos de producción, gobernanza y la aplicación de tecnologías agroalimentarias. Los Fuertes se sitúan como segundos de a bordo en la empresa por detrás de la familia Babaev-Mikhailov, que controla más del 60% de las acciones. Son los únicos occidentales después de la salida de un fondo británico hace algunos años que les llevó a cotizar en la Bolsa de Londres.
Cherkizovo Group es el principal productor diversificado de carne en Rusia, el mayor productor de carne de pollo, el tercero de pavo y el segundo de cerdo. Además, el grupo también destaca en su volumen comercial en productos cárnicos como salchichas, embutidos, fiambres y productos semiacabados. Es una empresa integrada verticalmente que siembra y fabrica sus propios piensos. Es el germen del grupo a través de grandes superficies de terreno que eran propiedad familiar. De hecho, los Babaev-Mikhailov están considerados como grandes terratenientes. El holding factura 1.400 millones de euros anuales. Cuenta con 25 ‘macro granjas’ avícolas y porcinas, además de 11 fábricas de procesamiento de carne, 9 plantas de piensos y 300.000 hectáreas de cultivo en la región de Tambov.
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