Tras el mayor 'crash' de la historia del Ibex 35

El mercado se enerva ante la 'desunión' europea e ignora el bazuca de Lagarde

Guindos escolta a Lagarde hacia su conferencia más decisiva.
Guindos escolta a Lagarde hacia su conferencia más decisiva.
ECB / L. I

Lo tenía todo para salir por la puerta grande en su bautismo de fuego, pero fracasó en su intento por calmar a los mercados del ‘shock’ del coronavirus. Al revés, se registró el mayor crash de la historia, caso del Ibex 35, o desde 1987, en Wall Street. También fallaron durante la última semana tanto la Reserva Federal (EEUU) como el Banco de Inglaterra (Reino Unido) con sus movimientos sorpresa. Todo el mundo esperaba que Christine Lagarde fuese una réplica de Mario Draghi con su magia manejando la retórica monetaria, pero se salió del guión y fue... ella misma: la fría negociadora exministra y exgerente del FMI.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) fue rotunda al recordar a los gobiernos europeos que su aportación en planes de choque fiscales contra el Covid-19 han sido ínfima. "La respuesta debe ser ante todo fiscal. Todos nos estamos enfrentando a algo que es diferente de la Gran Crisis Financiera. Si resumimos todas las medidas fiscales anunciadas, hasta el momento, llega a 27.000 millones de euros, un cuarto del 1% del PIB de la zona del euro", dijo con cierto desdén. 

'Spreads', el BCE suelta las primas de riesgo

No le falta razón. Los gobiernos de la zona euro no han logrado activar un plan coordinado y conjunto para hacer frente a la veloz crisis que se avecina. De hecho, uno por uno, cada jefe de gobierno han ido realizando sus anuncios económicos por separado y con escaso efecto en la confianza económica, la gran víctima de la actual crisis financiera. El mercado tomó buena nota de la falta de unión entre los socios europeos, amén de la que existe entre las propias instituciones comunitarias como el BCE y algunos países. Lagarde conversó el martes con los líderes del Consejo Europeo y se verá con el Eurogrupo el próximo lunes.

Sin embargo, Lagarde trasladó las turbulencias al mercado de deuda soberana cuando se refirió de forma directa a los países. "No estamos aquí para cerrar spreads (diferenciales), hay otras herramientas y actores para tratar estos problemas". Las primas de riesgo comenzaron a burbujear en España (132 puntos), Portugal (145), Grecia (246) o Italia (260)  y el crash bursátil pasó del 6% a superar los dos dígitos.

El propio BCE intentó suavizar el mensaje al término de la reunión difundiendo un fragmento de una entrevista a la CNBC en la que Lagarde se autorrectificaba: "Estoy totalmente comprometida a evitar cualquier fragmentación en un momento difícil para la zona del euro. Los altos 'spreads' debido al coronavirus perjudican la transmisión de la política monetaria", dijo la presidenta de la autoridad monetaria.

Las cuarto armas de Lagarde

Solo unos minutos antes, Lagarde pasó a enumerar todas las medidas que se habían activado. El BCE desplegó este jueves su artillería antivirus con cuatro decisiones. Primero, un programa de recompra de activos de 120.000 millones de euros adicional adicional hasta 2021 enfocado en la deuda privada, además de los 20.000 millones mensuales que viene comprando. En total, 300.000 millones de aquí a final de año. Segundo, el banco central anunció la liberación de los colchones anticrisis de los bancos -en aquellas entidades que los tienen- y la relajación de algunas normas de capital para que las entidades pueden prestar más y mejor.

Tercero, Lagarde adelantó los TLTROs previstos para el 19 de marzo a este lunes 16 de marzo en subastas masivas de liquidez semanales con el objetivo de afrontar el incremento de la necesidad de crédito previsto en los próximos dos meses en Europa. En ellas introduce un tipo descuento de -0,25 puntos sobre la facilidad bancaria -0,5 con foco en los préstamos a pyme por la crisis del coronavirus.

“Estamos hablando de una tasa de interés final basada en el historial de la institución crediticia de -75 puntos básicos. No estoy seguro de que se pueda rivalizar con eso en este momento, y por cierto, las comparaciones son odiosas”, aseguró Lagarde. También avanzó que el BCE estudia relajar la calidad de los colaterales que usan los bancos en sus peticiones de liquidez para que ninguna entidad se quede atrás.

Cuarto, no mover tipos. Hay quien le reprochó que no los bajase como sus predecesores, pese a que el BCE ya ha detectado daños de segunda ronda con los tipos negativos y por eso introdujo el 'tiering' de compensación a los bancos porque la rentabilidad del negocio ha caído tanto que no encuentran otras vías para obtener más ingresos y reducir sus costes. Pero las tasas negativas no parecen una buena idea.

"El mercado está decepcionado porque espera un recorte de tipos, pero Lagarde ha tocado todas las teclas correctas, incluyendo más 'expansión cuantitativa (QE) y creando una estructura doble de tipos para las TLTROs. Esto es esencial, crea el entorno favorable para que los bancos presten y las empresas se endeuden sin castigar a los ahorradores. Lo que es más importante, el BCE se ha mantenido firme contra la idea equivocada de que unos tipos más bajos pueden resolver todos los problemas", explica David Lafferty, estratega jefe de Natixis IM.

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