La crisis energética y la guerra de Rusia en Ucrania lo han cambiado todo. Buena muestra de ello es que España ha retomado este mes de julio las compras de petróleo a Venezuela por primera vez desde septiembre de 2020, momento en el que cesaron los envíos desde este país, que cuenta con las mayores reservas de crudo del mundo por delante de Arabia Saudí.
El volumen de crudo venezolano adquirido en julio fue de 407.000 toneladas, el 7,1% del suministro total a España en ese mes, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Es la cifra más alta registrada en la serie histórica desde finales de 2018. El importe de estas compras se elevan hasta los 270 millones de euros, según explican a 'La Información' fuentes del sector energético. El suministro total del mes tuvo un coste superior a los 4.200 millones de euros.
De este modo, el país gobernado por Nicolás Maduro se situó como la séptima mayor fuente petrolera, al nivel de Irak (7,4%) o México (7,3%). La estadística sitúa a Brasil a la cabeza de las importaciones en julio con 1,07 millones de toneladas, el 17,5% del total, superando así a EEUU (11,4%), Nigeria (9,2%) y Arabia Saudí (8,2%). El crudo importado a España en julio se sitúa en 6,13 millones de toneladas, un 27% más en el mismo mes de 2021 y un 22% más en lo que va de 2022 respecto al año anterior.
Una relación marcada por la presencia de Repsol
La operación cuenta con el plácet del Gobierno de Pedro Sánchez y de EEUU tras el reinicio de relaciones entre la Administración Biden y Maduro. Las principales empresas petroleras extranjeras con presencia en el país dejaron de operar en Venezuela por las sanciones impuestas desde EEUU, aunque ahora se han levantado progresivamente por la guerra de Rusia.
En junio, la española Repsol, la estadounidense Chevron y la italiana Eni "recibieron los permisos para iniciar los procesos que los lleven a producir petróleo y gas en Venezuela para exportar a sus mercados naturales", según explicó el propio Maduro en un anuncio oficial. Solo un mes después, la compañía española ya logró enviar sus primeros cargamentos con el visto bueno del Gobierno, como publicó 'La Información'. Solo tres meses antes, Moncloa rechazaba la posibilidad de importar desde Venezuela.
Repsol ha mantenido un programa de exportación de petróleo para el repago de la deuda de la estatal PVDSA, por préstamos a la compañía y por las inversiones de más de 2.000 millones de euros en yacimientos conjuntos. Todavía le debe dinero y gracias a esa excepción ha podido seguir operando. De hecho, entre octubre de 2018 y el mismo mes de 2019, España multiplicó casi por siete (+561%) las entradas de crudo venezolano.
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