Los costes de financiación a tipo variable encaran un mes decisivo por la confluencia de subidas de tipos de interés y progresiva retirada de liquidez monetaria que el Banco Central Europeo (BCE) desplegó durante 2020, 2021 y 2022. La política del organismo que preside Christine Lagarde marcará un nuevo paso dentro de dos semanas cuando se reúna para decidir si vuelve a elevar los tipos como en mayo.
El Euríbor a 12 meses, referencia de las hipotecas a tipo variable, sigue moviéndose al son de las expectativas que dibuja el BCE y en los últimos días parece haberse moderado. El índice ha repetido cotización en las dos primeras sesiones de junio, en el 3,875%, después de haber cerrado mayo con un nuevo máximo en 15 años tras superar el 3,98% el pasado lunes, según los datos consultados por 'La Información'.
De este modo, el promedio de junio se sitúa parejo al 3,862% de mayo, como informó este diario el miércoles y oficializó el Banco de España ayer. Al igual que en marzo, cuando truncó su trayectoria alcista por la crisis bancaria en EEUU, el Euríbor a 1 año todavía no ha alcanzado la barrera del 4%. Es el nivel al que apunta el BCE para el 15 de junio si cumple su promesa de volver a subir los tipos, después de llevarlos hasta el 3,75% el pasado 4 de mayo.
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Se acerca la parada de tipos
Los hipotecados a tipo variable están cerca de ver finalmente cómo el Euríbor se estabiliza e, incluso, cae después de 17 meses ininterrumpidos de escalada en los que ha pasado de cotizar en el -0,5% a casi el 4%. Son 450 puntos básicos de subida que suponen el mayor encarecimiento en tiempo y cuantía desde que se creó el euro. Si el índice baja del 3,86% en junio marcará su primera caída intermensual desde 2021, pero todo depende del próximo anuncio del BCE.
El consejero del banco central, Fabio Panetta, asegura hoy en una entrevista con Le Monde que el final del ciclo está próximo. "Mi intuición sugiere que no hemos llegado al final de nuestro ciclo de subida de tipos, aunque no estamos lejos de ello". Las voces en el seno del BCE que apuntan a una pausa son crecientes, sobre todo, porque la Reserva Federal (Fed) ya ha allanado el terreno para hacerlo este mes.
La presidenta de la institución, Christine Lagarde, volvió a mostrarse partidaria de seguir subiendo los tipos para anclar las expectativas sobre la evolución de los precios de consumo. "No hay pruebas claras de que la inflación subyacente haya tocado techo", aseguro en una conferencia en Fráncfort el jueves. Por su parte, su 'número dos' Luis de Guindos admitió en declaraciones a RNE que habrá un aumento de tipos de 25 puntos básicos en dos semanas, pero también dejó la puerta abierta a que sea el último: "Hay la percepción de que una gran parte del camino de subidas de tipos se ha llevado a cabo y queda la última parte, la recta final".
Las expectativas de los economistas apuntan todavía a dos aumentos de 25 puntos básicos en junio y julio que llevaría la tasa principal del BCE al 4,25%. Sin embargo, los últimos de inflación en la zona euro están cambiando otra vez el clima de opinión sobre esa posibilidad. La desaceleración de los IPCs en mayo ha sido mayor de lo previsto y su tendencia se agudizará en junio como consecuencia del desplome interanual que están registrando el petróleo, el gas, la electricidad y toda clase de materias primas tanto industriales (metales) como agrícolas.
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