Malas noticias para los hipotecados y el mercado inmobiliario en general. Los tipos de referencia para la financiación de compra de vivienda experimentan un nuevo estirón al alza después de la subida de tipos del 3,75% al 4% del Banco Central Europeo (BCE) del pasado jueves y el señalamiento de su presidenta, Christine Lagarde, de que volverán a elevarlos el próximo 27 de julio.
La reacción de los préstamos entre bancos ha sido inmediata, incluso antes de que entre en vigor la última decisión, adelantándose así a las expectativas generadas por la autoridad monetaria. El Euríbor a 12 meses, principal índice de referencia de las hipotecas españolas, ha subido hoy lunes al 4,046%, su nivel más alto desde el 25 de noviembre de 2008. El salto acumulado del índice desde que comenzó a subir hace ahora 18 meses, cuando marcó mínimo histórico en diciembre de 2021 (-0,51%), está superando los 455 puntos básicos o 4,55 puntos porcentuales.
De este modo, el aumento diario en el Euríbor empuja otro peldaño al alza el promedio mensual de junio hasta el 3,937%, cifra que se sitúa 308 puntos básicos (3,08 puntos porcentuales) por encima del mismo mes de 2022. El impacto interanual en los costes financieros de los hogares y familias españolas que revisen este mes su préstamo ligado al Euríbor será el más bajo desde octubre de 2022.
Hipotecas un 64% más caras en 2 años
No obstante, será el segundo año consecutivo de incremento en la cuota para quienes tengan junio como mes de referencia. Para un préstamo teórico de 150.000 euros a 25 años con un diferencial de 1 punto sobre el Euríbor, el pago mensual pasará de 625 a 876 euros, es decir, unos 251 euros mensuales o 3.000 euros anuales. Supondrá un incremento del 40% en el dinero necesario para afrontar la hipoteca. Siguiendo con ese caso de ejemplo, el efecto acumulado en dos años supondrá que la cuota se habrá encarecido en 343 euros al mes, un 64% más, o 4.116 euros anuales.
El Euríbor mantiene su tendencia alcista espoleado por el BCE, que ha blindado su discurso sobre nuevas subidas de tipos pese a las débiles perspectivas económicas de la zona euro, que entró en recesión técnica en el primer trimestre. En su actualización de previsiones, el banco central solo rebajó una décima su previsión de crecimiento para 2023, del 1% al 0,9%. Además, los economistas del organismo elevaron un décima la inflación esperada para este año, del 5,3% al 5,4%.
El viernes pasado, apenas 24 horas después de su intervención al término de la reunión del BCE, Lagarde volvió a reiterar que era "muy probable" que la entidad vuelva a incrementar los tipos de interés en julio, a menos que ocurra un cambio significativo en las condiciones económicas o financieras. En un discurso con motivo de la cena del G-30 en Ámsterdam, la banquera gala señaló que estos niveles restrictivos de tipos se mantendrían "durante el tiempo necesario".
"Nuestras decisiones futuras garantizarán que los tipos de interés se establezcan en niveles lo suficientemente restrictivos para lograr que la inflación regrese a nuestro objetivo a medio plazo del 2% en el momento adecuado", afirmó Lagarde pese a que admitió que el enfoque del BCE sigue estando dependiente de los datos. Algunos economistas consideran que la autoridad monetaria está sobrevalorando las perspectivas de inflación y crecimiento, así como el efecto acumulativo que las subidas de tipos ya realizadas tendrán para la economía europea.
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