El Banco Central Europeo (BCE) acaba de anunciar una subida de tipos de interés de 25 puntos básicos, del 3,5% al 3,75%. Será efectiva el próximo miércoles 10 de mayo. También de la tasa de depósito (al 3,25%) y de la facilidad de crédito (al 4%), los dos instrumentos secundarios con los que influye en la cantidad de dinero que los bancos guardan en su depósito y prestan. Además, la presidenta Christine Lagarde dio a entender este jueves que volverán a aumentar los tipos en junio para seguir enfriando una inflación que sigue siendo "demasiado elevada", según advirtió.
Sin embargo, las grandes entidades bancarias todavía no se dan por aludidas. Los índices Euríbor (acrónimo de Euro Interbank Offered Rate) que miden el interés de los préstamos mayoristas entre bancos han dado un paso atrás este viernes en su cotización diaria, según el panel de 19 bancos que participan en la elaboración a través del instituto europeo EMMI.
En concreto, el Euríbor a 12 meses, usado como referencia para las hipotecas a tipo variable, se ha deslizado 7,2 puntos básicos a la baja, hasta el 3,77%, su nivel más bajo desde hace tres semanas. Del mismo modo, el plazo a 6 meses ha bajado del 3,64% al 3,57%, mientras que el de 3 meses lo ha hecho del 3,28% al 3,27%.
Restricción en la financiación
Lagarde aseguró ayer que el BCE seguirá subiendo los tipos de interés en próximas reuniones en un mensaje más agresivo de lo habitual que buscó compensar la ralentización del último movimiento, de solo 25 puntos básicos frente a los 50 de la reunión de marzo. Los responsables del banco central también hicieron mención del endurecimiento de las condiciones de financiación en el sector privado tras la reciente crisis bancaria en EEUU y Suiza.
Por último, la autoridad monetaria confirmó que seguirá drenando liquidez del sistema por dos vías: con la retirada en marcha de los TLTROs (financiación a largo plazo a la banca) y de las compras de deuda a través de su programa APP destinado de los emisores públicos. El BCE exigió de nuevo a los gobiernos que retiren las medidas extraordinarias fiscales tras la última crisis energética porque presionan al alza a la inflación y eso les obliga a subir los tipos todavía más.
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