Apuestan por bonos a corto plazo

Los gestores de Dunas Capital advierten de la excesiva complacencia del mercado

En cuanto a la renta variable, la firma apuesta por empresas defensivas como las energéticas, farmacéuticas y logísticas, mientras en la renta fija ven oportunidades en los bonos a corto plazo entre 6 y 36 meses

Dunas Capital: "La bolsas no han subido, sólo se han revalorizado algunos valores"
Los gestores de Dunas Capital advierten de la excesiva complacencia del mercado.
EUROPA PRESS

En las últimas semanas varias gestoras han presentando sus previsiones para este año. En la mayoría de los casos la estrategia es clara: 2024 es el año de la renta fija. Sin embargo, Dunas Capital discrepa y se desmarca de la certidumbre mostrada tanto por los analistas como por los mercados. Para los gestores de Dunas, que gestionan 2.600 millones en fondos convencionales, tanto la bolsa como la renta fija son demasiado caras. Lo que sí tienen claro es que el mercado es demasiado complaciente para este 2024, y descuenta escenarios demasiado positivos sobre la bajada de tipos, el crecimiento del margen de las empresas, los riesgos geopolíticos.

Los gestores critican la tendencia del mercado que descuenta un no landing en EE UU (una economía que, lejos de aterrizar, vuelve a despegar), unas bajadas de tipos agresivas, sin impacto del conflicto bélico y sin dar importancia a los riesgos geopolíticos en muchos frente: China, las elecciones en Norteamérica, la guerra en Ucrania y en Gaza. Desde su punto de vista, los gestores prevén un mundo menos globalizado y con mayores tipos de interés reales debido a varios factores. Entre estos, mayor déficit fiscal de los países que obliga a los gobiernos a imponer mayores impuestos, mayores inversiones en proyectos esenciales como la descarbonización, mayor gasto en defensa.

En un escenario de este tipo, los mismos gestores reconocen la dificultad en invertir tajantemente en uno u otro activo. En cuanto a la renta fija, el activo en el que la gestora ha apostado más a lo largo de los años, creen que los bonos son demasiado caros. José María Lecube, director renta fija de Dunas Capital, considera que si se observan los precios históricos y los diferenciales de los bonos, se nota que están más ajustados. Por ello, para 2024 están apostando principalmente por la renta fija a corto plazo. “En los bonos a corto plazo entre 6-36 meses todavía estamos encontrando rentabilidades entre 4% y el 5%”, ha explicado Lecube.

Los expertos incluyen también en esta ecuación a los bonos bancarios que en 2023 han contribuido a una mejora de la rentabilidad de sus fondos estrella. “La crisis de Credit Suisse generó importantes oportunidades en las emisiones de la deuda financiera frente a los bonos de gobierno y a la renta fija corporativa", ha afirmado el experto. Además, las necesidades de emisión por parte de las entidades financieras para cubrir el MREL (es decir, los activos que pudieran absorber pérdidas del banco antes de ir a un proceso de resolución) han ofrecido oportunidades atractivas. En uno de sus fondos, el Dunas Valor Prudente, que cerró el año con una rentabilidad del 5,21%, el sector financiero aportó un 60,6% del retorno total, especialmente tras la quiebra de Credit Suisse.

Del lado de la renta variable, Dunas Capital ha tenido poca exposición en estos activos para mantener un bajo nivel de riesgo. Sin embargo, en esta ocasión han incrementado su exposición a ciertos valores por los que apostaban desde hace tiempo. Entre estos destacan Anima Holdings, una gestora italiana, Logista, TotalEnergies e Iberdrola. “Buscamos valores y sectores donde haya buena rentabilidad pero menos volatilidad. Con márgenes constantes, beneficios crecientes, buena generación de caja. Que no den sustos”, resume Carlos Gutiérrez, director de renta variable de Dunas

Tratan de evitar la volatilidad a toda costa. Por ello, no invierten en las grandes tecnológicas y apuestan por sectores defensivos y fiables como las energéticas, farmacéuticas y logísticas, y con apenas peso en empresas cíclicas como el lujo y las tecnológicas. Asimismo, han informado de que deshicieron posiciones en valores de defensa y abandonaron a compañías cíclicas, aunque se han quedado con valores como Santander, BNP y CAF.

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