Vuelta a la rentabilidad

La inflación y la crisis bancaria disparan la llegada de dinero a fondos de renta fija

Los inversores se muestran cautelosos ante la preocupación por las perspectivas de crecimiento más débiles, el posible impacto de los problemas del sector financiero en el crédito y la persistencia del aumento de precios. 

La inflación y la crisis bancaria disparan la entrada de dinero a fondos de renta fija
La inflación y la crisis bancaria disparan la entrada de dinero a fondos de renta fija
Pixabay

Las fuertes subidas de las rentabilidades del mercado de bonos a lo largo del año pasado reforzaron los amortiguadores contra la volatilidad de los tipos y condujeron a muchos inversores a concluir que la renta fija había vuelto. Para saber si los inversores han perdido el momento o no, existen dos factores principales: los flujos de fondos y el punto de entrada para los institucionales. Los flujos de fondos en el primer trimestre de 2023 sugieren que se han de revertir los flujos netos negativos agregados hacia los fondos de bonos activos que tuvieron lugar en 2022. 

Aunque el panorama varía de una categoría de fondos de bonos activos a otra, la entrada neta total de 43.000 millones de dólares en el primer trimestre de 2023 fue una fracción de la salida neta trimestral media en 2022 de 163.000 millones de dólares. Pero es un cambio de tendencia importante que marca el nuevo auge de este espacio. Los inversores se han mostrado cautelosos debido a la preocupación por unas perspectivas de crecimiento más débiles, el posible impacto de los problemas del sector bancario en el mercado crediticio en general y la persistencia de la inflación.  

"Esto ha mantenido a muchos en el extremo corto de la curva y en los fondos del mercado monetario, que presentan un riesgo relativamente bajo y son atractivos debido a la inversión de la curva de rendimientos", comenta Jaime Raga, senior CRM de UBS AM Iberia. Por otra parte, la resistencia de los bonos también ha quedado demostrada por la rentabilidad en lo que va de año. 

En concreto, tanto los bonos con grado de inversión ('investment grade' o IG en inglés) como los de 'high yield' registraron rentabilidades significativas y positivas en los cinco primeros meses de 2023 a pesar de todos los vientos en contra (principales bancos centrales restrictivos, recientes turbulencias en el sector bancario, incertidumbres geopolíticas persistentes). Además, tanto los segmentos grado de inversión como de 'high yield' superaron a los mercados monetarios y a los bonos de corta duración en aproximadamente un 1% en el año transcurrido hasta el 31 de mayo de 2023.

Los 'family offices' podrían estar planeando uno de los mayores cambios en la asignación de activos en años

De cara al futuro, el aumento de las rentabilidades que ha tenido lugar desde finales de 2021 ha creado una significativa asimetría direccional positiva en la rentabilidad para un hipotético movimiento de los tipos de interés. En concreto, mirando a diciembre de 2021, un aumento de los tipos de 50 puntos básicos habría dado lugar a una rentabilidad del -2,6% en 12 meses para un bono del Tesoro estadounidense (UST por sus siglas en inglés) a diez años. 

"El mismo movimiento en los tipos habría dado lugar a rentabilidades negativas mucho menos pronunciadas para un bono americanos a diez años en los doce meses a partir de mayo de 2023", analiza Raga. Asimismo, los principales bancos centrales parecen estar cerca de los máximos de sus ciclos de endurecimiento y se prevé que los tipos de interés oficiales bajen en 2024 y 2025. Por ejemplo, la proyección de la Reserva Federal, publicada a principios de este mes, predice que el objetivo para el tipo de los fondos federales caería unos 170 pb desde el rango actual a finales de 2025.

Para Raga, por una parte, no se puede descartar que la inflación se mantenga más firme de lo previsto, lo que implicaría que los elevados tipos de interés persistirían durante más tiempo del contemplado inicialmente. "Sin embargo, en nuestra opinión esto se ve mitigado por los importantes colchones de rendimiento disponibles", matiza. También, esperar a que el impulso positivo haya llegado a los titulares podría resultar demasiado poco y demasiado tarde, dada la situación actual de las rentabilidades. De hecho, el ánimo de los inversores ya podría estar volviéndose más favorable hacia la renta fija.

A modo de ejemplo, el informe 'UBS Global Family Office Report 2023' indica que las family offices podrían estar planeando uno de los mayores cambios en la asignación de activos en años, siendo la renta fija la fuente de diversificación más popular. "En concreto, después de tres años reduciendo la exposición a los bonos, casi cuatro de cada diez (38%) planean añadir en los próximos cinco años. En otras palabras, mientras el barco sigue abierto para embarcar, esperar hasta después de que se haya hecho la última escala podría dejar a un aspirante a viajero varado", concluye el experto.

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