Visión prudente del mercado

¿Complacencia o miedo? JPMorgan da un aviso a los inversores ante el rally bursátil

El repunte del crecimiento en EEUU y Europa, la fortaleza del empleo y la percepción de que los tipos de interés pueden haber tocado techo han dado alas a una subida generalizada en las bolsas en el ecuador del año.

Sede de JPMorgan en Nueva York en el 270 de Park Avenue.
Sede de JPMorgan en Nueva York en el 270 de Park Avenue.
JPM vía La Información

El mercado confía cada vez más en que las partes débiles de la economía mejorarán y que las buenas seguirán resistiendo. En cierto sentido, por ahora, lo malo se considera bueno: los datos de China son tan débiles que muchos expertos dicen que puede haber estímulos monetarios adicionales, o los índices PMI manufactureros muestran debilidad y por eso están destinados a repuntar. El clima de complacencia entre los inversores ha resucitado el miedo a perder el tren al alza de los mercados o, tirando de acrónimo, el llamado FOMO (Fear of missing out).

Todo esto está produciendo una interesante divergencia en el rendimiento de los valores cíclicos frente a los defensivos y el flujo de datos de actividad. ¿Se ha de ser prudente con este contexto? Las miradas al pasado suelen dar cierta guía. Hubo otro periodo en el que se produjo una divergencia como la actual. Fue en 2007, con los cíclicos repuntando a pesar de la debilidad de la actividad manufacturera, y con los tipos de interés también en el 5,25%, con la creencia de que la institución monetaria tenía que hacer más. Igual que ahora.

“Fundamentalmente, pensamos que los rendimientos de los bonos volverán a bajar, que el poder de fijación de precios está disminuyendo, que los PMI podrían converger, pero con los servicios acercándose a las manufacturas en el segundo semestre, como sugiere la M1, y no al revés, y que las esperanzas de un estímulo rápido y significativo por parte de China podrían quedarse en eso, esperanzas”, indica en un informe Mislav Matejka, analista de JP Morgan.

El experto subraya que la actividad ha resistido hasta ahora, pero el colchón del exceso de ahorro de los consumidores se está erosionando, los márgenes de beneficio están tocando techo y la masa monetaria en Estados Unidos y Europa sigue contrayéndose. Los bancos están endureciendo los criterios de concesión de préstamos y el coste de la financiación sigue subiendo.

Para Matejka, los mercados laborales son indicadores rezagados y podrían debilitarse bruscamente: “La continua fortaleza interanual no significa nada para el segundo semestre”. Desde su punto de vista los datos recientes son más contradictorios: “Las solicitudes de subsidio de desempleo tienden al alza, las ofertas de empleo bajan y los WARN suben, mientras que China podría seguir estancada, a menos que se desvele un paquete de apoyo significativo”.

El impacto en la bolsa

Durante los dos últimos años desde la entidad han mantenido la opinión de que los beneficios empresariales resistirían, pero en sus últimas revisiones llevan comentando que es probable que esto empiece a cambiar en el segundo semestre de 2023. “Actualmente, los márgenes de beneficio se están desplomando, por lo que es probable que el poder de fijación de precios de las empresas se debilite a partir de ahora”, dice Matejka.

“Creemos que el mix empezará a deteriorarse, a medida que aumenten los inventarios, y el apalancamiento operativo se tornará negativo, junto con el aumento de los costes de financiación” añade el experto antes de indicar que las valoraciones son fundamentales para entender la situación actual de los mercados: “A 19-20 veces beneficios, el PER futuro de Estados Unidos está muy ajustado, especialmente en comparación con los rendimientos reales”.

Las diferencias entre la rentabilidad de los dividendos y la de los bonos ya no son tan favorables como históricamente en la mayoría de los lugares, pero la renta variable internacional sigue siendo más atractiva que la estadounidense, en la opinión del analista de la entidad financiera norteamericana.

En este sentido, para Matejka la bolsa se encuentra en un punto de complacencia elevado, por lo que hay que “extremar la prudencia”. El FOMO (miedo a perderse la subida generalizada) se encontraría en “pleno apogeo” con el VIX (volatilidad) en mínimos históricos y sin “red de seguridad” para el inversor minorista.

Es por eso por lo que el posicionamiento de JP Morgan se basa en estar favorables en el 'value' (dividendos y estabilidad) frente al 'growth' (crecimiento y múltiplos). “No creemos que la convergencia haya terminado a largo plazo, pero este año hemos entrado con cautela en el estilo Value, aconsejando en octubre cerrar las posiciones cortas en tecnológicas”, asegura.

El value batió con fuerza al growth en 2022, la mayor parte desde 2000, y desde el banco considera que este año se debería apostar tácticamente por las acciones de valor, con un horizonte de 6 a 12 meses a partir de este punto. “Esto viene impulsado por los menores rendimientos, la continua inversión de la curva, el probable aumento renovado de los riesgos de recesión en el segundo semestre y un posible vuelco en los PMI”, apunta este experto.

Por último, cree que el fuerte repunte de los valores cíclicos entre julio del 22 y marzo del 23 es una oportunidad convincente para volver a invertir en “algunos valores defensivos que se han quedado atrás”, como los servicios públicos, la sanidad, los bienes de primera necesidad y las telecomunicaciones.

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