Reunión crítica del BCE

Lagarde y el error de Trichet: bajar tipos ahora daña a la banca pero el euro ahoga

Guindos y Lagarde reaparecen la semana que viene bajo presión.
Guindos y Lagarde reaparecen la semana que viene bajo presión.
L. I. / ECB

El 3 de julio de 2008, el entonces presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, sucumbió a la presión del repunte de la inflación por la crisis del petróleo -por entonces por encima de 100 dólares- y subió los tipos de interés del 4% al 4,25% para combatir el repunte de la inflación. Aquel movimiento fue un error. La economía flaqueaba, las condiciones de crédito eran duras y solo unos meses más tarde la crisis se convirtió en la gran recesión de 2008. Y la decisión de Trichet empeoró el panorama ante las turbulencias financieras.

Casi doce años después, la francesa Christine Lagarde encara un escenario de turbulencias en sentido contrario, pero un dilema similar y otro potencial error: ¿bajar los tipos de interés del 0% o la tasa de depósito del -0,5%? La fortaleza del euro aconseja adoptar una rebaja para aliviar a los exportadores, pero ese movimiento volvería a dañar otra vez la rentabilidad de los bancos, provocando debilidad en sus balances y el efecto contrario al que se busca ahora: reforzar al sector bancario ante el desafío que se levanta por la crisis del coronavirus.

Sin embargo, una bajada de tipos es lo que espera gran parte del mercado después de los movimientos de emergencia registrados en la última semana por la Fed de Jay Powell y el Banco de Inglaterra del saliente Mark Carney. Los analistas de Bank of America han pasado de considerarlo un efecto placebo a perjudicial. “El BCE está en una posición muy difícil esta semana, en nuestra opinión. La reacción del mercado a la Fed muestra que la política monetaria no es la respuesta al Covid-19. El mercado ya ha valorado un recorte del BCE y el euro se está fortaleciendo, pero creemos que unas tasas más negativas serán contraproducentes. Es improbable un recorte de tasas del BCE, pero no se puede descartar, especialmente dada la reciente fortaleza del euro”, explican.

La banca será ahora el sector clave y estratégico para combatir el tipo de crisis económica que provocará el shock del coronavirus: búsqueda de liquidez. El parón de la actividad en las empresas provocará menores ingresos, costes invariables y reducción de las cajas. El BCE combatirá esto con una artillería de medidas de liquidez masiva (los TLTROs ilimitados son una de ellas), pero también con un ajuste de su programa de recompra de activos QE de 20.000 millones de euros mensuales. Los expertos esperan que, al menos, se eleve hasta 30.000 o 40.000 millones, todavía por debajo de los 60.000 millones que desplegó Draghi en 2015.

¿Acción coordinada de BCE y gobiernos?

La presidenta Lagarde, sin embargo, lanzó un SOS este martes a los jefes de gobierno de la Unión Europea para que lleguen a un acuerdo sobre una acción coordinada en materia fiscal, con rebajas de impuestos, diferimiento de impuestos, cambios normativos en la contabilidad. Para subrayar la gravedad de la situación comparó la crisis que se avecina con la de 2008. Todavía no ha sucedido, pero está llegando. El parón de la actividad ya está provocando las primeras quiebras empresariales, EREs masivos, cierres de negocios y caída de la demanda.

Esto se traducirá en un aumento de la morosidad crediticia si la banca no introduce refinanciaciones a sus clientes y si el Estado no respalda al sector. “El 80% de las líneas ICO concedidas como salvavidas en la crisis fueron morosas. ¿Quién se va a hacer cargo y cómo se contabilizará el riesgo que se va a generar ahora?”, explican fuentes financieras.

El Banco de Inglaterra, en estrecha conexión con el BCE por el Brexit, ha dado un paso adelante liberando a los bancos del 1% de colchón antíciclico para que puedan prestar ahora. Su impacto supera los 190.000 millones de libras y, además, lo ha acompañado de un plan fiscal para Reino Unido de 39.000 millones de libras. Europa no cuenta con ese margen de maniobra ya que en la mayoría de países ese colchón está en el 0% y son los reguladores de cada país quienes lo fijan.

Comprar bonos, bolsa y… préstamos

“Hasta ahora, el BCE compra mensualmente bonos soberanos y bonos corporativos no financieros por un valor de 20.000 millones de euros. Esperamos que estas compras de bonos corporativos ayuden a comprimir el diferencial de crédito”, apuntan los expertos de Julius Baer.

No obstante, además de ampliar el tamaño del programa, una de las opciones es que Lagarde anuncie un giro de timón hacia la deuda corporativa y acompañe la decisión con compras de préstamos de pymes y autónomos que conceda la banca. También que el BCE comience a comprar bonos bancarios como medida de respaldo a las entidades para que puedan afrontar sin titubeos la concesión de créditos. 

De ese modo, el volumen de crédito que se genere con motivo de la crisis del coronavirus pueda ser compensada por los bancos privados con un respaldo del BCE. El tamaño de la respuesta puede ser suficiente para calmar a los mercados, pero, de no ser así, Lagarde podría incluso abrir la puerta a una medida más extrema que ya usan otros bancos centrales como el de Japón: comprar bolsa a través de fondos indexados y ETFs.

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