Los fondos acreedores que se harán próximamente con el control accionarial de Celsa mueven ficha y eligen a Rafael Villaseca, ex consejero delegado de Gas Natural Fenosa (Naturgy), como futuro presidente de Celsa en sustitución de Francesc Rubiralta. En un comunicado, los fondos han avanzado que será el encargado de presidir el nuevo consejo que pilotará "la nueva etapa de la compañía y garantizará su viabilidad y estabilidad".
Ya en el mes de julio, durante el juicio por el control de Celsa, los fondos dijeron que estaban perfilando un consejo de administración de profesionales para ponerse al frente de la siderúrgica. En concreto, aseguraron que Villaseca "es una figura reconocida y de consenso con la administración", por lo que dan por cumplido el compromiso de poner la compañía en manos de "ejecutivos independientes de primer nivel y con dilatada trayectoria profesional".
Villaseca, ingeniero por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y MBA por IESE, fue consejero delegado de Gas Natural Fenosa durante trece años, de 2005 hasta 2018, y es el actual presidente de la Fundación Naturgy. También es consejero de Cementos Molins y de VidaCaixa y ha sido miembro del Consejo Asesor de Foment del Treball Nacional. Villaseca tiene experiencia en empresas como Enagás, Panrico, Nueva Montaña Quijano o bien Inisel.
Los fondos también enmarcan este nombramiento en el reconocimiento del "carácter estratégico de la siderúrgica y de su importancia para la economía española" y su compromiso con un "consejo independiente altamente competente que sea capaz de elaborar un plan empresarial que garantice la estabilidad financiera de la empresa, el mantenimiento del empleo y de las operaciones en España, así como su proyección internacional".
Los fondos avanzan que ahora seguirán trabajando con todas las partes implicadas para que el plan de reestructuración siga aplicándose "de la mejor manera posible". "En línea con la petición del juez al actual consejo de administración de Celsa, los fondos quieren hacer hincapié en la necesidad de una transición eficiente y ágil a la nueva estructura de propiedad para salvaguardar el futuro de la empresa y de sus empleados", añaden los fondos. Por su parte, la familia Rubiralta, hasta ahora propietaria de Celsa, se aferra como única opción a que el Gobierno aún debe autorizar la toma de control de la compañía por parte de estos fondos extranjeros.
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