'Profit warning'

Maersk, el gigante del transporte, rebaja un 4% su beneficio previsto por China

Buque rompehielos portacontenedores de Maersk
Buque rompehielos portacontenedores de Maersk
MAERSK

El conglomerado danés A.P. Moller-Maersk, dueño de Maersk Line, el principal operador mundial de transporte marítimo de mercancías, se suma a la cada vez más larga lista de compañías que anuncian un recorte de sus expectativas de negocio para este año a causa del impacto del coronavirus. Maersk, que transporta más de uno de cada seis contenedores que se mueven por vía marítima, estima que el parón de la actividad en China a causa de la neumonía de Wuhan rebajará su Ebitda (beneficios antes de impuestos, intereses, amortizaciones y depreciaciones) al menos un 5% este año hasta los 5.500 millones de dólares (5.936 millones de euros)

La compañía ha hecho público su 'profit warning' durante la presentación de sus resultados del pasado ejercicio, en los que registró unas pérdidas de 84 millones de dólares (78 millones de euros), frente al beneficio neto atribuido de 2.985 millones de dólares (2.766 millones de euros) del precedente. El resultado bruto de explotación (Ebitda) creció un 14,3%, hasta 5.712 millones de dólares (5.293 millones de euros).

"El brote del virus plantea un riesgo económico para las operaciones de Maersk y sus volúmenes comerciales", ha reconocido la firma danesa, que ha alertado además de que las perspectivas para 2020 "están sujetas a incertidumbres significativas y afectadas por el actual brote de coronavirus en China". Así, Maersk anticipa "un débil comienzo de año" después de que las fábricas chinas hayan permanecido cerradas más tiempo del normal por el Año Nuevo Lunar como consecuencia de la epidemia y de que varias de las principales rutas marítimas hayan tenido que ser canceladas por un tiempo.

Maersk ha registrado un recorte importante en el tránsito de contenedores en los puertos chinos durante las últimas semanas de enero y las primeras de febrero. Además prevé una bajada de las tarifas de flete (coste del alquiler de una embarcación o del transporte de mercancías en ella) por la caída de la demanda de transporte de mercancías en contenedores.

El hundimiento del índice Báltico Seco

El frenazo en la actividad de las compañías de transporte marítimo ha hecho mella en uno de las principales referencias que se toman como indicador adelantado de parón en el comercio. El Índice Báltico Seco (BDI, por sus siglas en inglés), que mide la evolución del transporte por mar de las principales materias primas (hierro, cobre, trigo algodón, azúcar, carbón...), se hunde un 56% desde principios de año a causa del parón de la actividad impuesto por el Gobierno de Pekín para atajar la expansión de la neumonía de Wuhan. 

Sus caídas se toman como una advertencia de que la actividad comercial se está resintiendo y esto puede suponer un auténtico varapalo para China, que es actualmente el mayor exportador global (2,49 billones de dólares en 2018). El problema es que por el efecto contagio en la cadena de suministro, el frenazo chino se traslada al resto de economías asiáticas y mundiales, que ya se han mostrado 'tocadas' por las consecuencias de la guerra comercial entre Washington y Pekín. La fiabilidad del Baltic Dry Index como indicador adelantado se debe a que refleja la demanda real que existe de materias primas en cada momento, pero también a que no es un índice especulativo.

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