Una política que se mantendrá

El mercado tantea las consecuencias del estímulo a la deuda y los tipos de interés

Los préstamos para compensar la caída de los ingresos durante la pandemia podrían haber hecho subir los tipos, pero las intervenciones extraordinarias de los bancos centrales impidieron esos incrementos.

dinero deuda pública (Foto de ARCHIVO) 23/6/2017
dinero deuda pública (Foto de ARCHIVO)23/6/2017
Europa Press

Tanto empresas como administraciones se vieron obligadas a pedir prestados billones de dólares para compensar la caída de los ingresos durante el período de restricción de la actividad económica a causa de la COVID-19. Se podría haber pensado que la contratación de préstamos de tal cuantía haría subir los tipos de interés, pero las intervenciones de carácter extraordinario de los bancos centrales impidieron dichas subidas. En el mundo desarrollado, las instituciones monetarias absorbieron íntegramente las nuevas emisiones de deuda pública durante este año. 

¿Qué repercusiones puede haber ante tal esquema? La buena disposición de la Reserva Federal para comprar incluso créditos high yield ofreció a los inversores la tranquilidad necesaria para buscar rentabilidad en los mercados de crédito, lo cual afianzó los precios en el segmento de la renta fija.

Tal y como describe Karen Ward, estratega jefe de JPMorgan AM, es poco probable que los bancos centrales retiren este tipo de ayudas en un futuro próximo. “Los escollos estructurales que encaran Europa y Japón en materia de inflación indican que los tipos de interés negativos y las compras continuas de activos podrían prolongarse como mínimo durante el año 2021”, comenta.

En Estados Unidos, el nuevo objetivo de inflación media de la Reserva Federal (Fed) allana el camino para mantener la política monetaria expansiva durante un tiempo. El hecho de estar entrando en un período de inflación superior a lo previsto retrasa básicamente el momento de la expansión en el que la Fed podría comenzar a retirar sus ayudas. “Con esto, el efecto inmediato es que se genera un techo para las tires de los títulos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años”, dice Ward. Y es que, según sus previsiones, otros bancos centrales adoptarán medidas similares oportunamente.

Para sintetizarlo se podría decir que los tipos de interés probablemente se mantengan en estos niveles durante un período de tiempo considerable. De hecho, hay sospechas, en opinión de los expertos, de que viviremos una versión menos dramática de lo vivido en la posguerra, período en el que la combinación de control de la curva de tipos y represión financiera mantuvo los tipos de interés en mínimos pese a la aceleración de la actividad nominal. De este modo, las administraciones pudieron amortizar su deuda con relativa facilidad.

Si la inflación se mantiene bajo control, los responsables de políticas no deberían tener dificultades para cumplir con su función. “Por el contrario, si el precio del dinero resurge con mayor fortaleza que en el último período expansivo, podría haber algunos problemas”, destacan los expertos de Atlantic Capital. Así, no se puede descartar ese riesgo.

Las miradas a la inflación en el mercado de la deuda

Durante el último período expansivo, los bancos centrales se enfrentaron a un escollo considerable, puesto que tanto estos como los gobiernos salieron de la recesión concentrándose en reducir su deuda a lo largo de varios años. Tomaron la decisión de pisar el acelerador, mientras la banca comercial y las administraciones pisaban el freno. “Sospechamos que, en esta ocasión, los gobiernos serán mucho más laxos en cuanto a reducción del déficit”, opina Ward.

La repercusión más clara de este esquema es la aversión a la deuda pública, aunque podría no descartarse por completo. “Si los tipos de interés no se normalizan en los próximos años, cuando llegue la próxima crisis económica por el motivo que sea, a bancos centrales como el Banco de Inglaterra y la Reserva Federal podría no quedarles más remedio que utilizar tipos de interés negativos”, analiza la experta de JPMorgan AM.

“Realizar una asignación moderada a bonos gubernamentales de larga duración sigue pareciendo una decisión sensata como seguro contra las bajadas, dada la rentabilidad que podrían alcanzar en caso de producirse una coyuntura tal de tipos negativos”, destacan desde RBC Capital.

“En este sentido, estos bonos se verán perjudicados si la rentabilidad económica es más sólida, pero en tal escenario, cabría esperar que otros activos de la cartera, por ejemplo, las acciones, compensaran ese perjuicio”, concreta Ward.

Dividendos y valoraciones: el foco que seguir

Asimismo, los inversores ávidos de rentas también dependerán cada vez en mayor medida de las acciones de su cartera para conseguir ingresos por dividendos. Por supuesto, en 2020, junto con los tipos de interés también se recortaron los dividendos, aunque la situación ha sido diferente en función de la región.

“Los mercados del Reino Unido y Europa continental han estado en el ojo del huracán, mientras el descenso de los ratios de pago de dividendos y un mayor uso de las recompras (que suelen interrumpirse antes de que las empresas modifiquen la política de dividendos) han generado un flujo de ingresos mucho más resistente procedente de acciones estadounidenses”, asegura Ward.

En Europa, tras haber tocado fondo en verano, los analistas han revisado los dividendos futuros considerablemente al alza. Los datos sobre flujos sectoriales, por su parte, muestran que el interés de los inversores por estrategias centradas en los dividendos ha ido en aumento de forma continua en todo el mundo desde el pasado mes de agosto.

Las valoraciones también son atractivas, ya que las acciones de los mercados desarrollados que ofrecen un alto dividendo cotizan aproximadamente a dos desviaciones típicas por debajo de su valoración media a largo plazo con respecto a las acciones de crecimiento. “Recomendamos cautela y no confiar en los datos históricos para identificar los títulos que reportarán mayores ganancias por dividendo: las aportaciones serán más variadas de cara al futuro”, concluye Ward.

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