Se deprecia un 50%

La moneda rusa sigue a la baja y cotiza a 101 rublos por dólar, mínimos de agosto

Las medidas impulsadas por el Banco Central de Rusia no ayudan a frenar la depreciación de su divisa, ante lo que Putin ha instado a utilizar herramientas para estabilizar el mercado y descarta una intervención del Estado. 

Rublo y dólar
La moneda rusa sigue a la baja y cotiza a 101 rublos por dólar, mínimos de agosto. 
DPA vía Europa Press

El rublo ruso sigue a la baja y cotiza este martes a 101,5 unidades por dólar en el inicio de las operaciones de la Bolsa de Moscú, su menor valor desde el pasado 14 agosto. Minuto después la divisa estadounidense retrocedía hasta los 100,91 rublos. Desde el 15 de agosto pasado, ante la fuerte depreciación del rublo, el Banco Central de Rusia (BCR) aumentó en dos ocasiones el tipo de interés, primero en 350 puntos básicos y luego, el pasado 18 de septiembre, en otros 100, hasta el 13%.

Sin embargo, las medidas del BCR no han frenado la desvalorización del rublo. El presidente ruso, Vladímir Putin, llamó al Gobierno y al BCR a utilizar más activamente las herramientas en su poder para estabilizar el mercado de las divisas, aunque descartó una intervención "brusca" por parte del Estado. Debido a la inestabilidad política, al aumento del coste de las importaciones, la drástica caída de las exportaciones y las sanciones occidentales por la guerra en Ucrania, el rublo se ha devaluado en torno al 50% desde mediados de 2022 y un tercio desde principios de año.

De forma paralela, el Gobierno de Rusia ha anunciado el levantamiento de las restricciones impuestas a la exportación de combustible diésel entregado a los puertos marítimos a través de oleoductos, siempre que la empresa fabricante haya suministrado al mercado interno al menos el 50% del combustible diésel producido. De este modo, alivia en parte el veto impuesto hace unas semanas a las exportaciones de combustible con el fin de estabilizar el mercado interior, donde la escasez de diésel había empujado al alza los costes, provocando una escalada de los precios en todo el mundo.

Asimismo, para evitar posibles "exportaciones grises", el Gobierno ha anunciado que, tras el levantamiento de las restricciones actuales a la exportación de combustible fuera del país, se ha introducido un impuesto protector sobre los productos petrolíferos. El importe del gravamen aplicado será de 50.000 rublos (475 euros) por tonelada para los proveedores de productos petrolíferos de terceros, aquellos que los compran en el mercado para revenderlos posteriormente. "Así, el Gobierno reprime los intentos de los revendedores de comprar combustible por adelantado para su posterior exportación una vez que se levanten las restricciones actuales", ha indicado el Gobierno ruso.

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