Elvira Nabiullina

Ni Volcker se atrevería: la gobernadora de Putin aplica tipos de hierro a Rusia

El Banco Central de Rusia despliega las contramedidas de defensa del rublo que aplicó en 2014 tras las sanciones por la anexión de Crimea pero sus efectos amenazan con hundir a la economía rusa.

Elvira Nabiullina, gobernadora del Banco Central de Rusia.
Elvira Nabiullina, gobernadora del Banco Central de Rusia.
L. I. / Archivo

Ultra-ortodoxia monetaria en tiempos de guerra. Elvira Nabiullina, la veterana gobernadora del Banco Central de Rusia nombrada por Vladimir Putin hace una década, ha tirado de su propio manual de emergencias con una subida de tipos de interés histórica para defender a su divisa, el rublo, del ataque coordinado de Occidente. La arriesgada decisión de elevar el precio del dinero del 9,5% al 20% de la noche a la mañana logró mitigar el 'crash' de la divisa rusa, que llegó a cae hasta un 30%, pero se estabilizó con caídas del 12% con un cambio de 106 unidades por euro y 94 por dólar.

Nabiullina, de 58 años, ha echado mano de las recetas clásicas y propias para contener el pánico financiero y la potencial fuga de capitales tras la ola de sanciones a Rusia desde EEUU, Reino Unido, la Unión Europea e, incluso, Suiza, que ha roto su tradicional neutralidad para sumarse al castigo de la comunidad internacional por la guerra unilateral e invasión de Ucrania. La congelación de reservas del Banco Central de Rusia por valor de 600.000 millones de euros al alcance de los aliados ha tenido respuesta rusa.

En primer lugar, la gobernadora ha batido su propio récord subiendo los tipos de interés después de que en 2014, al poco de ser nombrada y acceder al cargo, los elevó del 10% al 17% tras otra reunión de emergencia. Entonces, igual que ahora, la economía rusa estaba al borde del abismo por otra lluvia de sanciones tras la invasión y anexión de la península ucraniana de Crimea. El resultado fue doloroso a corto plazo en forma de recesión pero permitió a Rusia reemprender el rumbo aunque con una economía más pequeña en la escena internacional. En dólares, el PIB pasó de 2,29 billones en 2014 a 1,36 billones al año siguiente. En 2022, se puede repetir lo mismo.

Ni siquiera Paul Volcker, el gobernador de la Fed en EEUU en plena crisis energética de finales de los 70 y principios de los 80, dio un giro monetario súbito y de semejante calado. El afamado domador de la inflación tardó dos años en subir los tipos del 11% a más del 20% en 1981 para recuperar la estabilidad de precios, pero la economía a la recesión. Aquella doctrina del 'shock' evolucionó a bajadas de tipos que fueron acompañadas de crecimiento y moderación en la inflación. Sin embargo, EEUU contaba entonces con el predominio de su moneda en el mundo, mientras que Rusia se encuentra cada vez más aislada tras su ofensiva militar en Europa.

La clave es el rublo

Nabiullina ha acompañado la rádical subida de tipos de interés con algunas contramedidas como la prohibición de venta de activos rusos a los inversores extranjeros o el veto a las posiciones en corto en bolsa, aunque el mercado de acciones ruso no ha vuelto a funcionar por la suspensión generalizada de cotización. El Banco de Rusia ha ordenado también que todas las empresas exportadoras y residentes que participen en el comercio exterior conviertan a rublos el 80% de los ingresos que obtengan. La decisión choca con las restricciones impuestas desde Occidente al comercio con el país pero abre la puerta a la entrada de yuanes y monedas de otros países ajenos al boicot.

Para la banquera central rusa, la clave es preservar al rublo -pese a la caída del 20% que ha acumulado en febrero- y evitar así una espiral inflacionista como la que está sufriendo Turquía, donde los precios galopan ya al 50% interanual después de adoptar una política de bajada de tipos -cuando el IPC crecían al 20%- que ha provocado un desplome del valor de la lira. 

“La dinámica del tipo de cambio es un factor proinflacionario adicional que afecta los precios actuales de los productos y provoca un alza drástica en las expectativas de devaluación y de inflación. Para respaldar el atractivo de los depósitos y proteger los ahorros de los hogares contra la depreciación, necesitamos elevar las tasas de interés a niveles que compensen los mayores riesgos de inflación para las personas”, explicó Nabiullina en su discurso del lunes. El objetivo de inflación del 4% ya se encuentra sobrepasado con el IPC de la economía rusa creciendo a ritmos del 8%.

Nabiullina desveló también intervenciones en el mercado de divisas por valor de 2.000 millones de dólares entre jueves y viernes, aunque suspendió estas operaciones el lunes debido a las restricciones en el uso de las reservas de oro, dólares y euros. La gobernadora descartó además que el aumento de interés tenga impacto en los hogares. “Casi no hay préstamos de este tipo [a tipo variable] en el segmento minorista: absolutamente ningún préstamo en hipotecas y un número mínimo de ellos en préstamos de consumo. Me gustaría enfatizar que los bancos no pueden cambiar las condiciones de los préstamos actuales emitidos a tasas de interés fijas”, aseguró.

Por otro lado, la autoridad de la moneda rusa ha acelerado los planes de uso de su propio sistema de mensajería y transferencias bancarias denominado SPFS tras la expulsión de SWIFT, el estándar internacional en el que operan todos los bancos occidentales. “Hemos estado desarrollando la infraestructura financiera nacional. Continuará funcionando sin problemas. Es decir, tenemos el sistema de mensajería financiera (FMS) que puede reemplazar a SWIFT dentro de Rusia y permite la conexión de participantes extranjeros”, aseguró Nabiullina. En el área de pagos, la gobernadora quitó hierro al asunto asegurando que el sistema nacional de tarjetas de pago “procesa todo el tráfico de tarjetas de pago dentro de Rusia”, mientras que las “tarjetas internacionales emitidas por los bancos sancionados continuarán operando dentro de Rusia con total normalidad”.

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