Perspectivas de inversión

Por qué las gangas chinas en bolsa aún no enamoran a los analistas (por ahora)

La mayor fuente de volatilidad de los inversores estadounidenses proviene del riesgo de excluir de la cotización en bolsa a empresas chinas que no cumplan con las exigencias del regulador de EEUU.

Las bolsas asiáticas se abonan al 'rally'
Las bolsas asiáticas todavía no se abonan al 'rally'
Pixabay

La fuerte caída en algunas acciones chinas desde sus máximos históricos está generando comparaciones con los descensos que sufrieron los valores tecnológicos ligados a internet durante la era de las puntocom en Estados Unidos. Sin embargo, los inversores siguen siendo cautelosos y advierten que podría producirse volatilidad en los próximos 12 meses, ya que la política tanto el país norteamericano como en el gigante asiático sigue cambiando y el sentimiento hacia las acciones chinas sigue decayendo.

El ETF KraneShares CSI China Internet una de las referencias del sector chino perdió casi un 3% la pasada semana cuando DiDi Global, que lleva un descenso acumulado en los mercados del 10,31% reveló que se enfrentaba una investigación de los reguladores sobre su salida a bolsa el año pasado. Es el último acontecimiento que ha golpeado a las empresas del país, con el citado fondo cotizado ha descendido ya más del 60% desde su pico en noviembre del 2020. Pero el ETF iShares MSCI China (MCHI), que recoge mucho más la amplitud de ese mercado, ha bajado casi un 40% desde su cota más elevada del 2021.

No obstante, las caídas no están atrayendo a los cazadores de gangas. China registró fuga de capitales en el primer trimestre del año. Los extranjeros vendieron acciones y bonos, según el Instituto de Finanzas Internacional. Aunque es poco probable que desencadene una crisis de financiación para China, el IIF dijo que las salidas indicaban que los inversores se estaban volviendo más cautelosos con respecto a la geopolítica.

La cautela a corto plazo también se mostró en un panel de inversores chinos en la Conferencia Global del Instituto Milken de la pasada semana. Jason Tan, jefe de Jeneration Capital y exdirector gerente de Tiger Global, apuntaba que el contexto actual es “uno de los períodos más sombríos” en su carrera de inversión en China. A pesar de que es optimista sobre las oportunidades tecnológicas a largo plazo en el mercado privado, aseguraba que estaba adoptando una postura “muy conservadora” sobre las acciones tecnológicas que están siendo azotadas por el sentimiento de los inversores.

En el corto plazo, las tensiones entre Estados Unidos y China deberían apuntar hacia la mayor cautela. El secretario de Estado del país estadounidense, Anthony Blinken, tenía previsto revelar la tan esperada política con respecto a China la semana pasada, pero se pospuso para una fecha posterior después de haber dado positivo por Covid. En este sentido, pese a que los analistas no esperaban mucho en términos de detalles, se preveía que el discurso aclarara los objetivos de la política exterior y reforzara que Estados Unidos ve a China como su mayor rival geopolítico.

Con este cóctel, los inversores en China deben estar atentos a los mecanismos de control que se pueden incorporar para cotejar las inversiones salientes. La última versión de la propuesta reduce el alcance, pero aún podría afectar una variedad de industrias, desde compañías farmacéuticas y semiconductores hasta baterías para vehículos eléctricos, e incluso a las cadenas de suministro agrícola y de energía.

También, se puede alimentar mucho más la volatilidad dentro de China, comenzando con las expectativas de que los dirigentes manténganlas políticas de cero Covid, posiblemente hasta el otoño. “Eso podría significar más dolor para la economía”, apunta JPMorgan en un reciente informe. “Además, el cambio de liderazgo de otoño, junto con si el presidente Xi Jinping asegura un tercer mandato como se esperaba, también podría mantener a los inversores nerviosos”, añaden.

De Alibaba a Baidu y la diversificación en el espacio tecnológico

En este sentido, aunque algunos inversores en las últimas semanas han encontrado cierto consuelo en las garantías de los funcionarios, están terminando las medidas enérgicas contra el sector tecnológico y están comprometidos a ayudar a la economía. Pero Winston Ma, socio gestor de CloudTree Ventures y ex director de inversiones chinas en Investment, comenta que el énfasis de los formuladores de políticas en el “desarrollo saludable” sugiere una “nueva era” del crecimiento desenfrenado y sin restricciones del pasado.

Por eso, dice Ma, el sector de mayor crecimiento de “Alibaba Group es el negocio de la nube, lejos de su origen en el comercio electrónico”. El experto ahonda sobre el potencial de Baidu “en la fabricación de chips, y otras compañías de Internet se están moviendo hacia los vehículos eléctricos”.

Pero la mayor fuente de volatilidad de los inversores estadounidenses proviene del riesgo de excluir de la cotización en bolsa a empresas chinas que no cumplan con las exigencias del regulador norteamericano. Si bien las autoridades chinas ofrecieron un tono más conciliador y mostraron su voluntad de llegar a algún tipo de acuerdo con los reguladores de Wall Street para permitir el acceso a los documentos de auditorías de las compañías chinas, aún no se han mostrado señales de una relajación en las posturas.

Con 261 empresas chinas valoradas en 1,4 billones de dólares en capitalización de mercado, al 31 de marzo, que cotizan en la bolsa de Estados Unidos y en las que invierten grandes inversores, Ma considera que la amenaza deslistar de la bolsa es la mayor fuente de incertidumbre a corto plazo.

“Ese billón de dólares de capitalización de mercado es mucho más relevante para la relación entre Estados Unidos y China que las compras de bonos del Tesoro del país asiático”, analiza Ma. “Durante los próximos 24 meses, Estados Unidos y China pueden seguir hablando y creando el potencial para encontrar una solución, pero hay una gran volatilidad en juego”, agrega.

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