Fiscalidad

¿Qué impuestos tengo que pagar si empiezo a invertir en bolsa?

El beneficio obtenido a partir de una inversión es un ingreso que está sujeto al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), aunque la tributación será diferente según si el beneficio es por plusvalías de la cotización o por dividendos.

¿Cuánto IRPF se paga en la declaración de la Renta 2022 con dos pagadores?
¿Cuánto IRPF se paga en la declaración de la Renta 2022 con dos pagadores?
Europa Press

Invertir en bolsa es una alternativa para obtener rentabilidad del dinero ahorrado. Los inversores pueden comprar diferentes productos de inversión -desde acciones a ETFs o fondos de inversión- y obtendrán un beneficio a partir de la diferencia entre el precio de compra y de venta. No obstante, esta diferencia podrá ser negativa y el inversor es posible que pierda dinero.

Esta ganancia o pérdida será efectiva cuando se formalice la operación de venta, pero hasta entonces los inversores podrán tener ganancias o pérdidas latentes. Además, el beneficio por una inversión también se puede obtener a partir del reparto de dividendos que realiza una empresa entre sus accionistas.

El beneficio obtenido a partir de una inversión es un ingreso que está sujeto al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), aunque la tributación será diferente según si el beneficio es por plusvalías de la cotización o por dividendos. La CNMV recuerda que la fiscalidad es uno de los aspectos sobre los que es recomendable informarse adecuadamente, ya que puede afectar a la rentabilidad final de la inversión.

Ganancias patrimoniales

Dentro de la base del ahorro se distingue entre los rendimientos del capital mobiliario y las ganancias o pérdidas patrimoniales. Como explican desde la CNMV, “en el caso de las acciones, se produce ganancia patrimonial si el importe de la venta es superior al de la compra y se produce pérdida si el importe de la venta es inferior al de la compra”.

Invierta como los mejores en eToro Advertisement

Imite las acciones de otros inversores de eToro en tiempo real con CopyTrader™

Copiar a un inversor no equivale a un consejo de inversión. El valor de sus inversiones puede aumentar o disminuir. Su capital está en riesgo.

Por ello, es importante tener en cuenta el valor de adquisición y el valor de transmisión. El primero representa el valor de la venta, deducidos los gastos de esa operación. Mientras que el segundo término se calcula con el precio de la compra más los gastos de la operación. La diferencia entre ambos se incluye en la base imponible del ahorro del año fiscal en el que se produjo la venta.

Es posible que se compren y se vendan acciones a lo largo del año. Cuando sean del mismo emisor, la Agencia Tributaria aplica el criterio ‘First-In, First-Out). Es decir, los títulos que primero se transmiten son los primeros que se compraron. De esta manera, el valor de compra que hay que considerar es el de las más antiguas que se mantengan en cartera.

Otra opción es que, al realizarse diferentes operaciones, el contribuyente obtenga tanto pérdidas como ganancias. En ese caso, se podrán compensar las pérdidas hasta un límite del 25% del positivo. Además, el resto del importe negativo se podrá compensar en las declaraciones posteriores durante cuatros años.

Dividendos en efectivo o flexible

Los dividendos también están sujetos al IRPF, pero su tratamiento varía según cómo se reciben: en efectivo o dividendos flexibles. En el primer caso, ese ingreso se incluye en la base del ahorro dentro de los rendimientos del capital mobiliario. En el momento en que se recibe el dividendo el intermediario financiero retiene un 19 % del importe percibido y esa retención es un pago a cuenta del impuesto que habrá que liquidar cuando se haga la declaración del IRPF.

Pero otra forma de retribuir al accionista es a través de los dividendos flexibles (script dividend), que consiste en dar a los accionistas un número -variará según cuántas acciones posean cada uno- de derechos de suscripción. Con este derecho el accionista puede decidir si ejecutarlo, recibir las acciones que le correspondan, o venderlo y la elección del accionista marcará el tratamiento fiscal.

Si el accionista decide mantener los derechos y ejecutarlos para obtener sus acciones, no tendrá que tributar por IRPF, ni se aplicará retención. Solo habrá que declarar cuando se vendan esas acciones, es decir se genere una ganancia o pérdida patrimonial.

Por su parte, cuando se venden los derechos de suscripción en el mercado, el vendedor obtiene una ganancia patrimonial que se incluye en la base imponible del ahorro. Además, la CNMV destaca que esta ganancia patrimonial “así obtenida está sujeta a una retención del 19%”. La venta en el mercado –donde el valor es negociable- es diferente a la venta a un precio fijo. En este último caso tributará como si fuera un dividendo en efectivo. Se incluirá en la base del ahorro, pero en el apartado de los rendimientos del capital mobiliario.

Mostrar comentarios