Tendencia a la baja

Trigo, maíz, soja... El euro impulsa el desplome de precios del grano agrícola

Los grandes productores e intermediarios internacionales de materias agrícolas aprovecharon en 2022 para renegociar al alza los suministros pero los precios ahora se están desplomando.

El precio del trigo acumula una caída del 50% desde los máximos de mayo.
El precio del trigo acumula una caída del 50% desde los máximos de mayo.
L. I.

La guerra en Ucrania provocó un cortocircuito en los mercados de grano mundiales en el primer trimestre de 2022 tanto en la producción directa de la región del Mar Negro,  como por los efectos secundarios del desabastecimiento inicial de fertilizantes y el diésel que produce Rusia, omnipresente en todas las actividades vinculadas a la energía, metales, agrícolas y materias primas en general. 

Los ganaderos, sobre todo, se echaron las manos a la cabeza ante la hiperinflación de costes que se produjo en sus explotaciones para alimentar con forrajes, piensos y grano durante el invierno a sus respectivas cabañas, pero la realidad ha cambiado por completo y los precios vuelven a niveles previos a la guerra. Dicho de otro modo, la desinflación se están acelerando en uno de los sectores más opacos en la formación de precios.

Pero los récords en las cotizaciones que se dejaron ver en los contratos sobre el trigo (13 dólares por fanega), la avena (7,7 dólares), la soja (17,3 dólares) o el maíz (8,1 dólares) en mayo de 2022 ha dejado paso a un desplome con pocos precedentes. Las gráficas revelan caídas de precios que alertan de un mercado bajista en dólares, que además se está abaratando todavía más para los importadores europeos debido a la escalada del euro frente al dólar, que se sitúa un 16% por encima de sus mínimos de 2022.

Los futuros de soja en la Bolsa de Chicago acumulan caídas superiores al 10% desde los máximos del año. En los últimos días ha reiniciado esta tendencia a la baja debido a los síntomas de baja demanda para las suministros de EEUU y la competencia de la cosecha de Brasil. El trigo acumula un desplome del 43% en siete meses y se sitúa en mínimos desde octubre de 2021, antes de la ola inflacionista motivada por la invasión rusa de Ucrania.

Los precios del maíz también han recortado alrededor del 22%, hasta 6,7 dólares por fanega, según la cotización de la Bolsa de Chicago. La avena es el cereal que mayor caída acumulada (-55%) desde sus máximos, aunque también es la que más tiempo lleva estabilizada (seis meses) en torno a los 3,6 dólares. Algunos operadores, citados por Reuters, auguran una mayor presión a la baja debido a los saludables niveles de producción en EEUU, la bajada de sus importaciones y el aumento previsto en la cosecha de Brasil, uno de los principales actores del mercado agrícola a nivel mundial.

Argentina, otro de los grandes actores del sector, está sufriendo rebajas en sus cosechas debido a la sequía que ha asolado algunas regiones productoras, sobre todo, en soja. En la región del Mar Negro, Ucrania ha exportado casi 23,6 millones de toneladas de grano hasta ahora en la temporada 2022/23 lo que representa que la producción apenas ha sufrido una merma del 29% pese a la guerra. Los acuerdos de exportación auspiciados por Turquía ha permitido la apertura de corredores neutrales para que siga saliendo cereal.

Según el Resumen Anual de Producción de Cultivos 2022, publicado el pasado jueves por el Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la producción tanto de maíz (-9%) como de soja (-4%) disminuyó en comparación con el año anterior, mientras que la siembra de trigo de invierno aumentó un 11% para 2023. El informe de inventarios de EEUU de 2022 revela descensos del 7% en el almacenamiento de maíz, del 4% en soja y del 7% en trigo.

Según un informe de 2022 de Bank of America, los precios mundiales de fertilizantes escalaron al menos un 300% desde 2020 hasta mediados de 2022 debido al aumento de los costes de la energía, las sanciones a Rusia y el acaparamiento especulativo de los productores agrícolas. Sus analistas estiman que, por ejemplo, este aumento provocó un encarecimiento de, al menos, 1 dólar y 0,6 dólares por fanega de maíz y soja, respectivamente. 

Los expertos recuerdan la relación directa que hay entre el uso de fertilizantes y el aumento de producción agrícola, de modo que infieren que la caída de 2022 puede deberse al menor uso de estos catalizadores agrícolas. "Estimar el impacto del uso reducido de fertilizante en los rendimientos de los cultivos es un desafío debido a la información limitada y otros factores que afectan los rendimientos, pero hay una relación positiva entre el uso de fertilizante en las tierras agrícolas y los rendimientos de los cultivos de cereales. Además, el impacto en los cultivos depende de quién reduce su uso, ya que los países más pobres pueden ver una mayor diferencia en los rendimientos debido al uso reducido de fertilizante", apuntan.

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