Las empresas se ponen en guardia

¿Será Perú otra Venezuela? Cómo vencer a la pobreza sin convertirse en Chávez

Las comparaciones son inevitables. Castillo, que procede de una familia indígena campesina, achaca los males del país al neoliberalismo, la privatización de las compañías estatales y el "neocolonialismo". 

Efe
¿Será Perú otra Venezuela? Cómo vencer a la pobreza sin convertirse en Chávez
EFE

Poco después de confirmarse que Pedro Castillo cosechó más votos que su oponente Keiko Fujimori para convertirse en el nuevo presidente de Perú, la pregunta más buscada en Google España fue: "¿Es Pedro Castillo socialista?". La segunda fue si el nuevo líder del país andino es comunista

Aunque por el momento Fujimori sigue rechazando su derrota y denuncia -sin pruebas- un fraude electoral, a Castillo le han llovido las felicitaciones por su ajustada victoria (50,12% de los votos frente al 49,87%). Lula da Silva y Dilma Rousseff desde Brasil, Alberto Fernández desde Argentina e Íñigo Errejón (Más País) y Unidas Podemos desde España han aplaudido a Castillo. Para todos ellos, la victoria del maestro rural es una manifestación más de la nueva ola de gobiernos progresistas en Latinoamérica.

Por si hay alguna duda sobre su orientación, Vladimir Cerrón, líder del partido Perú Libre (el partido de Castillo), mostró en Twitter una foto suya con el ganador acompañada de esta frase: "El pueblo ha llevado al gobierno a un verdadero hijo del pueblo". El mismo Castillo subió a su cuenta de Twitter un tuit del medio de izquierdas Jacobin que rezaba: "Perú tiene una oportunidad para cambiar el rumbo de su historia".

La derecha denuncia ahora que Perú se dirige hacia un terremoto similar al ocurrido en Venezuela en 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder y, en lugar de regenerar la política e implantar la justicia social, arruinó al país entero. Vargas Llosa ha afirmado: "[El Gobierno de Castillo] será calcado del que inauguró el comandante Chávez en Venezuela, el Socialismo del siglo XXI, que ha obligado a más de cinco millones de venezolanos a emigrar a los países vecinos para no morirse de hambre".

Por ello, la pregunta que muchos se hacen es: ¿es Castillo otro Hugo Chávez? Las comparaciones son inevitables. Castillo no procede de las élites peruanas limeñas blancas, sino de una familia indígena campesina. Chávez tampoco procedía de las elites venezolanas de origen europeo, generalmente blancas, sino que tenía más sangre indígena.

La principal propuesta de Perú Libre, el partido de Castillo, es crear una Asamblea Constituyente para fundar una nueva Constitución. Cuando Chávez asumió el poder, declaró moribunda a la antigua Constitución y cuatro meses después convocó a los venezolanos a una Asamblea Constituyente. Al final de aquel año se aprobó la nueva Constitución, sobre la cual basó su poder el chavismo en los últimos 22 años.

Castillo es, sin duda, de izquierdas. Chávez llegó al poder nombrando ministros comunistas y fue girando cada vez más hacia una izquierda procubana y marxista. Vladimir Cerrón, un médico neurocirujano formado en Cuba es el líder de Perú Libre, cuyo ideario es el siguiente: "Es una organización de izquierda socialista que reafirma su corriente ideológica, política y programática. Para ser de izquierda se necesita abrazar la teoría marxista y bajo su luz interpretar todos los fenómenos que ocurren en la sociedad mundial, continental y nacional".

En su programa, Perú Libre achaca los males del país "al neoliberalismo", pues "nuestras empresas estatales fueron privatizadas; la libertad de mercado, libertad de empresa, libertad de industria y libertad de finanzas, quebraron nuestra incipiente industria nacional pública y privada; se socializaron las pérdidas y privatizaron las ganancias; se dio exclusividad monopólica a las empresas extranjeras; con la flexibilización laboral se autorizó una mayor explotación legal al trabajador; se incrementó la brecha de desigualdad en el país, el hombre quedó reducido a ser un medio de producción o una simple mercancía; y nos llevaron a una condición de neocolonia. En otras palabras, impusieron libertad para los ricos y coacción para los pobres".

La pandemia disparó la pobreza en Perú en 2020 hasta afectar al 30,1% de la población; cerca de 10 millones de peruanos viven con menos de 360 soles (80 euros) al mes, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). El 5,1% de la población vive en pobreza extrema: 1,6 millones de peruanos ingresan menos de 191 soles (45 euros). Esa puede haber sido una de las causas de la victoria de Castillo: la mitad de los peruanos espera con desesperación un cambio. Y esa mitad es la más pobre.

Está claro que el primer desafío de Castillo será combatir la pobreza y la desigualdad, y hacerlo con un discurso que no 'meta' miedo, como desgraciadamente hizo Hugo Chávez. El economista principal de Castillo, Pedro Francke, ha descartado que “no hemos considerado en nuestro plan económico estatizaciones, expropiaciones, confiscaciones de ahorros, controles de cambios, controles de precios o prohibición de importaciones”. Tampoco quieren intervenir en las decisiones del Banco Central y convertirlo en una fábrica de dinero como hizo Chávez, lo cual provocó la hiperinflación de Venezuela.

Para Gonzalo Carranza y Paola Fine, de la consultora LLYC en Perú, "en un entorno partidario tan volátil como el que rodea a Castillo y a Perú Libre, es imposible en este momento confirmar si las posiciones más moderadas que muestra Francke en las últimas horas serán las que caractericen al muy probable nuevo gobierno del Perú".

Castillo está tratando de apaciguar a los escépticos e inversores asegurando que su Gobierno "mantendrá un diálogo abierto y amplio con diversos sectores empresariales y con empresarios honestos que juegan un papel fundamental en la industrialización y desarrollo del país". Declaraciones tranquilizadoras muy en línea con las que hizo Hugo Chávez cuando llegó al poder. En una entrevista ante dos periodistas españoles (uno de ellos quien escribe esto) Chávez aseguró en 1999 que no iba a expropiar empresas... Al final nacionalizó eléctricas, telefónicas, supermercados, mineras y empresas de alimentación.

En lo que no se parecen Chávez y Castillo es que el primero dio un golpe de Estado en 1992 que causó más de 1.000 muertos y Castillo no ha matado una mosca. Pero sí se parecen en que Perú tiene, como Venezuela, unos recursos muy poderosos. Es el segundo productor del mundo de cobre, plata y zinc. Es el mayor productor de oro, molibdeno, plomo y estaño de América Latina. Todo ello se debe a que de norte a sur el país está recorrido por la rica cordillera de los Andes. Hace pocos años se descubrió en Puno lo que podría ser el mayor depósito del mundo de litio (el oro blanco, necesario para los coches eléctricos). Además, es uno de los países más turísticos de esa parte del continente gracias a los restos de la civilización inca: Machu Pichu.

Castillo es un líder izquierdista, sí, pero está contra el matrimonio gay, el aborto y la enseñanza de temas sexuales en la escuela. Hay declaraciones suyas que sorprenderían a la izquierda mundial. "Para nada legalizaría el aborto”, afirmó a la cadena RPP, "vamos a trasladar a la Asamblea Nacional Constituyente que se debata, pero personalmente no estoy de acuerdo”. Y también dijo: “¿La eutanasia? Tampoco estoy de acuerdo. ¿El matrimonio igualitario para personas del mismo sexo? Peor todavía. Primero la familia. Estas dos instituciones, que son la familia y la escuela, deben ir de la mano”, afirmó, antes de añadir: “¿Legalizar la marihuana? Por supuesto que no. Al contrario. Lo que tenemos que hacer es que con todos los derechos constitucionales y las organizaciones... vamos a ver de qué manera contribuimos a Perú para que la riqueza del país sea para todos los peruanos”.

Perú es el segundo productor del mundo de cobre, plata y zinc y el mayor productor de oro, molibdeno, plomo y estaño de América Latina

"Yo vengo de una familia que me ha inculcado valores y me ha criado con las uñas cortadas y eso lo voy a trasladar a mi pueblo. Primero es el pueblo, primero es la familia y primero es el país que me ha parido para defenderlo". Según escribió en Twitter Fernando Gimeno, corresponsal de Efe en Perú, "la familia de Pedro Castillo es cristiana muy practicante, con oración antes del desayuno". Eso explica su mensaje ultraconservador.

Castillo es además un rondero, un campesino que defiende su propiedad de los ataques de ladrones. Los ronderos forman, por decirlo así, una Guardia Civil no militarizada y autónoma del gobierno. Son como los colonos europeos que conquistaron el medio oeste de EEUU y que defendían sus ranchos con escopetas... y la Biblia.

Castillo ha tratado de sacarse de encima la idea de que es de extrema izquierda. El pasado mes de abril pasado, Castillo dijo en Piura, una importante localidad peruana: "No somos comunistas, no somos chavistas, no somos terroristas. Somos trabajadores como cualquiera de ustedes, nos hemos encontrado en las calles y en ese marco pido tranquilidad".

Mientras aclara su ideario, lo que no se puede negar es que este maestro tiene un plan para mejorar la educación en Perú. Promete universidades gratuitas, quiere incrementar al 10% el presupuesto público para la educación, y hacer "hacer una gran revolución educativa, sin barreras, pero con los maestros". En un discurso reciente dijo: "Basta de lucrarse con la educación, será un derecho constitucional y me ratifico en asignarle al 10% del presupuesto nacional al sector educativo para que nuestros hijos tengan acceso libre a las universidades".

"Aquí no hay nada de chavismo"

Quien parece que no le ha felicitado es Maduro. Circuló un tuit en el que el presidente de Venezuela se alegraba de su aparente victoria pero los diarios peruanos como 'La República' se apuraron en desmentirlo. Quizá sea porque Castillo se ha esforzado en distanciarse del chavismo, y hasta le envió una flecha envenenada al líder venezolano: "Aquí no hay nada de chavismo", dijo Castillo a los medios el pasado mes de abril. "Quiero decirle al señor Maduro que si por favor hay algo que tiene que decir concerniente al Perú, que primero arregle sus problemas internos; y que venga y se lleve a sus compatriotas que han venido aquí a delinquir", dijo el candidato. Debido a la situación catastrófica de Venezuela, cientos de miles de venezolanos han emigrado a otros países de América latina. Según el diario 'El Comercio', el más importante del Perú, hay "800 000 venezolanos que viven en Perú tras huir de la crisis humanitaria y económica en el país petrolero".

Un reportaje de este medio peruano destacaba que los niños venezolanos tienen que recorrer 2.000 kilómetros para ir a la escuela. Con esa metáfora se referían a que miles de niños venezolanos han llegado a Perú con sus padres y que ahora necesitan ser escolarizados. Para los peruanos, esa es la imagen del chavismo: inmigrantes ilegales, gente pobre que está huyendo de un régimen de izquierdas que les ha sumido en la miseria. Probablemente, es la mejor campaña contra los 'sueños chavistas' de Castillo, si es que alguna vez soñó con ello.

También hay algo en la memoria colectiva peruana que les hace sentir escalofríos cuando se habla de izquierdas. Perú fue el país donde creció Sendero Luminoso en los años 80 y 90, un grupo terrorista maoísta que causó 37.000 muertes, muchos de ellos campesinos. Su líder, Abimael Guzmán, fue detenido, encarcelado y exhibido en una jaula como una fiera por Alberto Fujimori, algo que le granjeó enormes parabienes en aquellos años. El nombre oficial de Sendero Luminoso era Partido Comunista del Perú.

Si Castillo viene a Perú a fundar una nueva ideología, mezcla de nacionalismo, socialismo y pragmatismo, eso lo dirá el tiempo. Tampoco se sabía muy bien qué era Chávez al principio. Hasta que Castillo se defina por sus hechos, tendrá que sobrevivir sin ahogarse en el mar de las definiciones:¿marxista? ¿populista? ¿izquierdista? ¿socialista? ¿conservador? ¿tradicional? Su primera pelea política consistirá en decirle a su partido que él no es exactamente lo que piensan.

Mostrar comentarios