Los civiles kurdos denuncian que los terroristas de EI violan y decapitan drogados con anfetaminas

    • El uso de las drogas se está extendiendo tanto entre los milicianos como entre los propios civiles.
    • La expansión del khat, una droga similar en su uso a las hojas de coca y con efectos parecidos a los de la anfetamina, se generaliza en Europa.
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Las atrocidades que ven día a día los niños de Kobani no tiene precio. Ahora los yihadista de EI violan y decapitan sin cesar. "Son animales. Son inhumanos. Tienen una sed de sangre como no he visto nunca", ha lamentado Ekram Ahmet, integrante del éxodo kurdo, que consiguió escapar de la ciudad hace seis días con su mujer y sus cinco hijos, al diario británico 'Mirror'.

El colapso de la infraestructura estatal, el debilitamiento de las fronteras y la proliferación de grupos armados durante los casi tres años de conflicto, ha transformado a Siria en un importante centro de producción de drogas, en especial de Captagon, una droga "cuya producción es barata y sencilla porque solo requiere conocimientos básicos de química", según el psiquiatra libanés Ramzi Haddad.

"Tienen un montón de pastillas", ha explicado Ahmet. "Se pasan todo el día tomándolas. Se ponen agitados y se desesperan por castigar a los niños a la mínima que hagan", ha añadido.

El uso de las drogas se está extendiendo tanto entre los milicianos como entre los propios civiles --las pastillas se pueden conseguir por cinco dólares, unos tres euros-- y está adquiriendo un cariz dominante en el conflicto.

Por ejemplo, el responsable de Estado Islámico de las ejecuciones de los periodistas internacionales, el conocido como 'John el Yihadista', parece estar bajo los efectos del khat, una planta con efectos psicotrópicos, según indicó explicó en su momento un analista de audio al diario británico 'The Times'.

En el caso de Kobani, el captagon parece ser la droga favorita del Estado Islámico. No solo perpetran las matanzas bajo sus efectos, sino que también operan drogados cuando reciben órdenes de enfrentarse con las milicias kurdas para expandir su territorio a lo largo de la frontera con Turquía.

"Esto se veía venir", ha asegurado Ekram. "Antes de llegar aquí habían tomado todas las localidades cercanas. "Establecieron puntos de control. Detenían autobuses con kurdos y les mataban a todos".Khat, anfetaminas para violar y decapitar

La expansión del khat, una droga similar en su uso a las hojas de coca y con efectos parecidos a los de la anfetamina, se generaliza en Europa, sobre todo entre inmigrantes del África subsahariana, según un informe europeo.

Desconocida para el público general, pero arraigada desde hace siglos en rituales de comunidades de Etiopía, Kenia, Somalia y Yemen, esta droga provoca excitación fisiológica y euforia, explica el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, con sede en Lisboa.

El número de consumidores de khat parece ir en aumento en Europa, pero la magnitud y la naturaleza del problema resultan "muy desconocidos", concluye el informe.

Este estudio advierte de que en algunos países europeos las incautaciones de khat casi se han duplicado durante los últimos cinco años, como en el caso de Alemania y Suecia, donde en 2008 se han interceptado 30 y 11 toneladas respectivamente.

En Noruega se incautaron ocho toneladas en 2007 y en conexiones viarias entre los Países Bajos y Escandinavia "son interceptadas cantidades cada vez mayores".

El informe detalla que Europa sirve de punto de conexión con Norteamérica, ya que se han registrado incautaciones en vuelos con esa ruta.

Sin embargo, el consumo ocurre fundamentalmente entre comunidades inmigrantes africanas, por lo que el informe recomienda un mejor seguimiento de esta droga para identificar los perjuicios para este tipo de consumidor.

En estas comunidades las hojas del khat se mastican en congregaciones de hombres, que experimentan durante horas una especie de excitación fisiológica y de calma posterior con su consumo.

El estudio considera que el consumo moderado no es nocivo y la dependencia es leve en comparación con otras sustancias psicoactivas, aunque el exceso provoca estados psicóticos.

En total hay 20 millones de consumidores en el mundo, según el estudio, donde se reconoce que la investigación en la Unión Europea es poca y sólo existe en relación a comunidades como la somalí y la yemení en Reino Unido.

Según esas investigaciones, los niveles de consumo son "relativamente elevados", hasta un 10% de los consumidores habituales en esas comunidades en el Reino Unido.

Fuera de las comunidades inmigrantes africanas, el consumo del khat es "sumamente limitado"; sólo se expande a través del tráfico en internet de plantas psicotrópicas.

La investigación también detecta el surgimiento de un "turismo del khat" de somalíes de Escandinavia y de Oriente Medio a Reino Unido y los Países Bajos, los dos únicos países de la Unión Europea donde el consumo de esta droga es legal en cafés y se conoce como mafrish.

Otro de los peligros potenciales de esta droga es la dependencia cada vez mayor como fuente de ingresos para países productores como Etiopía, Kenia y Yemen; en el primero significó un 15% de los ingresos por exportación.

En las conclusiones el informe recomienda más investigación y seguimiento sobre esta droga para poder aplicar políticas europeas sobre el control de su entrada desde África, y para atender la evolución del consumo dentro de Europa.Pastillas de Captagon

Ésta droga, muy utilizada en Oriente Próximo, aunque práticamente desconocida en otras partes, permite a los combatientes mantenerse en pie y luchar durante días enteros sin descanso. Por otra parte, el comercio de Captagon permite también generar el dienro necesario para la compra de armas.

El ejército sirio ha decomisado en dos días un coche lleno de pastillas de Captagon y un camión cisterna con una tolenada de esa droga.

Captagon es la marca comercial del clorhidrato de fenetilina. Se empezó a producir en los años 60 para tratar la hiperactividad, la narcolepsia y la depresión, pero fue prohibido en muchos países en los años 80 por ser demasiado adictivo. En el año 2011 la OTAN inició su producción en un laboratorio en Bulgaria, y ahora se produce igualmente en todo Oriente Próximo.

El año pasado la policía antidrogas de Líbano incautó 12 millones de pastillas de Captagon. El comercio de esa droga con Siria y los países del Golfo es intenso. Parte de los beneficios generados por ese comercio sirve para apoyar económicamente la rebelión contra el régimen de Bashar al-Assad.

El Captagon es una anfetamina que provoca euforia e insensibilidad al dolor, quita el sueño, deprime el apetito, da energías. Mezclado con otras drogas como el hachis, constituye la ración alimentaria básica del yihadista.

Los combatientes no sienten ni su dolor ni el que infligen a los demás. Así pueden cometer todo tipo de atrocidades con la sonrisa en la boca.

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