Por el coronavirus.

La prisión de Alcatraz y sus misterios reabren las puertas tras un año cerrada

Este centro penitenciario reconvertido en atracción turística vuelve a recibir visitantes.

Prisión de Alcatraz
Prisión de Alcatraz
Europa Press

En temporada alta la prisión de Alcatraz atrae hasta 6.000 visitantes al día. Hace ahora un año tuvo que cerrar sus puertas por la pandemia del coronavirus y ahora las reabre para muchos menos turistas al día para cumplir con todas las medidas de seguridad necesarias para luchar contra el virus. Por ahora solo ofrece el servicio de visitas guiadas con audio con las que descubrir los numeroso misterios que allí se encierran.  En agosto tuvieron unos días en los que sí se aceptaban visitas, pero solo se podían ver los alrededores de la también conocida como 'La Roca'. De allí escaparon los presos 34337, 34044 y 34043 y de ellos y si siguen vivos habló DMAX en su primer programa de la saga' Misterios sin resolver'.

Como no puede ser de otra manera, los misterios siempre están rodeados de teorías de todo tipo. Una de ellas que los fugados pueden vivir en Brasil. Mucho se ha escrito sobre el destino final de estos tres presos. Rodeada por las letales aguas de la bahía de San Francisco, Alcatraz era una prisión de máxima seguridad. Basaba su reputación en la promesa de que el preso que entraba, no escapaba. En 1962 se desafió a su máxima y tres hombres no volvieron a ser vistos.

DMAX recoge el testimonio de Michal Dyke, U.S. Marshall, el "encargado del caso desde que la investigación pasara del FBI al cuerpo de alguaciles". Deja muy claro que pese a los años que han pasado el caso "sigue abierto. A los fugitivos se les busca hasta llegar un punto en el que se determina que es imposible que puedan seguir con vida". Nunca olvidará tres número, el 34337, el 34044 y el 34043. Es el nombre de los casos que investiga la desaparición de Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin.

Fueron los hermanos Anglin, condenados por atraco, los que planearon la huida. Otros dos presos se unieron al plan. Solo uno lo consiguió porque el otro no consiguió hacer un túnel lo suficientemente ancho. Empezaron a cavar el túnel en la parte posterior de la celda, aprovechando el conducto de ventilación. Lo quitaron e hicieron uno de cartón parecida a la original. Mientras uno cavaba el de la celda de al lado vigilaba.

Un sobrino de los hermanos huidos, Ken Widner, aporta los testimonios más reveladores del capítulo. Asegura que están vivos y viviendo en Brasil. Sin aportar pruebas sí relata cómo les enviaron una fotografía de los dos y el día en que se murió su abuelo, que al regresar a casa "apareció un jarrón con rosas y una nota sobre la mesa".

¿Será así? La respuesta queda en el aire, pero cómo pudieron sobrevivir en las gélidas aguas que solo por su temperatura alguien puede morir. Llama la atención el ingenio con el que cavaron haciendo palas con cucharas y el taladro con un motor de aspiradora. También utilizaron una linterna casera y consiguieron hacerse cada día con un chubasquero hasta que tuvieron los necesarias para hacer la balsa en la que habrían escapado: 50. También hicieron unos bustos de sí mismos con pasta, papel, pegamento y pelo para simular que seguían durmiendo. Los presos hicieron unos bustos de sí mismos.

Y todo ello, burlando las duras medidas de seguridad de Alcatraz Al día se hacían hasta 24 recuentos oficiales y seis en los talleres. "Nos contaban y en cuanto acababan empezaban otra vez. Había muchísima seguridad. Tras el recuento de la tarde pasaban a vernos y apuntaban si estábamos en las celdas", relatan algunos de los presos en un documental donde sigue abierta la respuesta de una de las mejores fugas de la historia: ¿Se ahogaron? no se recuperó ningún cadáver. Los hermanos Anglin eran expertos nadadores. ¿Llegaron hasta Brasil? Sus familiares así lo creen.

Mostrar comentarios