La Píldora Económica

Cómo entender bien la senda descendente del IPC

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Cómo entender bien la senda descendente del IPC.
Europa Press

Si se trata solo de hacer una nota de prensa económica, es fundamental describir bien el dato; esto es lo que voy a intentar hacer en la primera parte de este artículo. Ahora bien, si se trata de un buen artículo de prensa, hay que incluir un buen argumento, un buen análisis y ser didáctico. Pero también, a ser posible, para atraer al lector, se deberían utilizar figuras literarias de contenido y de forma, que doten de mayor expresividad al relato. En la segunda parte del artículo les presento mi análisis del dato, intentando comunicar bien la forma en que los economistas lo revisamos para extraer conclusiones. Por último, dejaré para otro artículo la utilización de alguna figura literaria brillante, porque con el IPC no he conseguido muy buenos ejemplo de refuerzo de la expresividad.

Empezamos con la descripción del dato. En enero de 2024, el IPC registró una variación interanual del 3,4%, tres décimas más que en el mes de diciembre de 2023. Este aumento es el resultado de un comportamiento más inflacionista de los precios de la energía, concretamente de la electricidad, que se vio parcialmente compensado por la evolución de los precios de los servicios y bienes industriales no energéticos. Por su parte, los carburantes, aunque aumentaron ligeramente sus precios, lo hicieron en una cuantía inferior a la registrada un año antes, restando presiones al alza a la inflación.

El IPC subyacente, que excluye alimentos sin elaborar y la energía, aumentó en tasa interanual un 3,6% en enero de 2024, dos décimas menos que el mes anterior. De los componentes de la inflación subyacente, aunque los bienes industriales no energéticos son los que más se moderan de precio, los servicios fueron los que más contribuyeron a la contención de la inflación interanual, pues explican una décima de esta reducción de dos décimas. Esto se debe a la evolución menos inflacionista de servicios empaquetados de telefonía, vuelos, servicios recreativos y deportivos y comisiones bancarias.

En cuanto a la evolución de la inflación de alimentos -la partida que todavía presenta la inflación más alta- la tasa de evolución de los precios de los alimentos elaborados fue del 6,15%, similar a la de hace un mes, y de 8,8% para alimentos no elaborados, frente al 8% del pasado diciembre.

Tras esta descripción pasemos al análisis. La primera parte del análisis es ver cuánto de esa subida del IPC interanual se debe a que los precios subieron mucho en enero de 2024, o si lo que ocurre es que en enero del año pasado los precios bajaron mucho. Este tipo de análisis le llamo “el inventario de la inflación interanual”: cuanta inflación sale (esto es, lo que bajaron los precios en enero del año pasado que fueron dos décimas, desaparece). Luego del aumento de tres décimas del IPC interanual, dos décimas se explican por lo que ocurrió con la variación de precios de hace un año. Al final, la variación de la tasa anual no es más que la diferencia entre lo que sale el mismo mes del año anterior y lo que entra de aumento de precios en el mes en el calculamos el IPC.

Viendo que de las tres décimas de aumento, dos las explica la evolución de hace un año, y “que agua pasada no mueve molino”, la segunda parte del análisis es valorar y explicar qué partidas son las que explican esa décima de aumento de la interanual, basándonos en los nuevos datos que tenemos que son, en este caso, los de enero de 2024. Una décima de aumento mensual es muy buen dato; si lo elevásemos a anual no llegaría al 1,3% de inflación anualizada.

Siempre que hablamos de análisis por partidas, que son los distintos bienes y servicios incluidos en el IPC, se comienza estudiando la evolución de la inflación que se denomina subyacente (aunque ya saben mi opinión sobre este nombre). Dado que ya estamos familiarizados con la idea de lo que entra por lo que sale y que sabemos que agua pasada no mueve molino, solo mencionaremos la tasa mensual de enero de 2024, que ha sido negativa en 4 décimas, sin ninguna duda un muy buen dato. Recordemos que la inflación interanual subyacente es del 3,6%. La explicación de esta caída es la fuerte moderación de los bienes industriales no energéticos, con una caída mensual de un 2%, y de los servicios, aunque estos en el mes solo cayeron un 0,1%. En resumen, la inflación subyacente sigue moderándose.

Entonces, ¿cuál es la partida que explica el aumento de la inflación tanto mensual del 0,1% como la interanual del 3,4%? Pues claramente la energía y, más concretamente, la subida de impuestos, o reversión parcial de reducciones anteriores de impuestos a la electricidad y al gas natural en el mes de enero. Sin estas variaciones impositivas la inflación interanual de enero no habría aumentado. Aquí para valorar la importancia de la subida, se puede comparar la inflación mensual y la anual de la partida electricidad. Las tasas han sido del del 9,4% y del 9,5% respectivamente, es decir prácticamente las mismas.

Con otras palabras “el inventario de inflación estaba a cero hasta enero de 2024”. Y en enero toda la inflación la explica el aumento de la tributación. De hecho, la inflación en el mercado mayorista (antes de impuestos) fue nula. Por lo tanto, la clave de la inflación de enero es la modificación impositiva de la electricidad que, ella sola, explica dos décimas de la inflación, ojo, tanto mensual como anual. Como la interanual ha sido 3,4%, sin esta variación de impuestos a la electricidad el dato interanual hubiese sido 3,2%

Por lo tanto, quedémonos con la idea de que los datos de inflación en enero son bastante positivos, que gran parte de las partidas siguen mostrando tendencias de inflación a la baja y que, si introducimos el supuesto de que los precios al por mayor de bienes y de energía no se moverán mucho de donde están, entonces la evolución va a depender de los servicios y de los alimentos y, más concretamente, de los alimentos elaborados, que pesan más - tienen mayor ponderación en el IPC- que los no elaborados. De hecho, unos contribuyen con un punto a los otros y con medio punto a la inflación general. Del total de inflación en enero (3,4%), prácticamente 1,5 puntos porcentuales se deben a la inflación de alimentos.

Como conclusión sobre el análisis del IPC podríamos decir que el dato de enero indica que continúa la moderación de precios, pero que en el caso de los alimentos elaborados no se percibe una baja en relación con la reducción de los costes energéticos en su cadena de producción ni con la moderación de muchos precios internacionales de los alimentos no elaborados. También es verdad que el campo (producción de alimentos no elaborados) está muy afectado por la evolución del salario mínimo y que los márgenes del sector fueron muy bajos o negativos en 2022 y 2023. Pero está claro que su evolución sigue siendo clave. ¿Se entienden los problemas estructurales del sector? ¿se es consciente de la importancia de conseguir una seguridad y autonomía estratégica en la cadena alimenticia y a precios asequibles? Estoy convencido de que la solución a la pregunta dependerá de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024, aunque lo difícil es calcular el precio político que se pagará por no preocuparse antes por estas cuestiones, o por no haber entendido antes el problema.

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