La Píldora Económica

Por San Andrés verás los precios caer... y acuérdense del artículo 135

Metanero con GNL de Sonatrach cargando en un puerto argelino.
Por San Andrés verás los precios caer y acuérdense del artículo 135.
L. I.

Finalmente, las previsiones de consenso de los analistas reflejan una corrección a la baja de las previsiones de inflación, por San Andrés, “los precios verás caer”. El día 30 sabremos el dato provisional de inflación en la eurozona, que el consenso espera que caiga hasta el 2,8%; también se publicará el indicador del deflactor del gasto en el consumo en EEUU que se espera que se reduzca. Un día antes, el 29 se publicarán los datos provisionales de inflación en España. En España debería estabilizarse la inflación interanual en el 3,5% pero puede ser aun inferior. En parte, este cambio hacia previsiones más bajas tiene que ver con la evolución de los precios de la energía y con la trasmisión a todos los sectores de bienes y servicios, tanto de la moderación de los precios de la energía, como de los efectos restrictivos de la política monetaria.

Respecto a la energía, en lo trascurrido de noviembre se han moderado los precios del petróleo en dólares un 5%, a lo que hay que añadirle que el euro se ha apreciado un 3,5%, por lo que los precios de los carburantes y combustibles en euros han bajado más, mientras que los de la electricidad en el mercado mayorista han caído un 27,8%.

Pero es que también han cambiado las previsiones para los próximos meses. Por una parte, la respuesta de la oferta no OPEP, con aumentos de producción especialmente en EEUU y en Guyana; por otra parte, la moderación de la demanda; y por último, el retraso hasta el día 30 - otra vez San Andrés- de la reunión preparatoria de la reunión ministerial de la OPEP, aparentemente por desavenencias sobre las decisiones de recortes de producción, han dejado un ambiente bajista que lleva a previsiones moderadas de inflación de combustibles en Europa.

Añadamos también que Rusia acaba de anunciar que no habrá limitaciones a la exportación de productos en 2023.

Para Europa, la gran preocupación energética sigue siendo el precio del gas natural y de la electricidad, que en gran parte viene explicado por el del gas. Aquí también ha habido un cambio de expectativas. Primero, por la desaparición de una prima de riesgo en el precio del gas europeo ante una posible escalada del conflicto entre Israel y Hamas que pudiese afectar a la producción y transporte del gas de Catar. A esto hay que añadir que las inversiones en plantas flotantes de regasificación de gas en Alemania, Holanda y otros países, que permiten aumentar el flujo de gas al centro y norte de Europa; tampoco no hay problemas de importación de Noruega y, finalmente, las temperaturas no se esperan muy frías, al menos en términos comparativos con otros años. Todo ello ha contribuido a que no hayan aumentado los precios del gas natural licuado (GNL) en noviembre. Pero es que además la idea de que los rusos pueden dejar de exportar gas a través de Ucrania parece que cada vez tiene menos adeptos, por lo que también se moderan las expectativas de precios. Por si fuera poco, también por el lado de la oferta la capacidad de exportar GNL en EEUU ha aumentado y está previsto que aumente en los próximos años hasta duplicarse

Todo lo anterior me lleva a pensar que los precios en Europa del gas y de la electricidad serán más bajos de lo esperado, aunque no volveremos a los niveles pre covid ni pre invasión de Ucrania. Otro factor clave en la evolución de los precios es el nivel de almacenaje de gas existente en Europa, que además de los almacenes en tierra cuenta con la nueva capacidad de las plantas regasificadoras flotantes instaladas. De hecho, los inventarios en tierra no bajan a pesar de la llegada de bajas temperaturas por la cantidad de barcos en espera para descargar gas. Si sumamos estas reservas “en el mar”, la situación parece menos complicada de lo que se preveía hace unos meses. Pero aún hay mas factores hacia la moderación de precios. La falta de agua en el Canal de Panamá no permite a pequeños barcos con gas licuado ir por esa vía rápida a Asia por lo que se dirigen a Europa por un tema de costes de transporte. Así se están añadiendo barcos que mantendrán los inventarios europeos en máximos. 

Además, esté problema del transporte encarece el precio al contado en Asia, y muchos países asiáticos moderaran su demanda ante estos precios. China, el gran importador, tiene sus inventarios también llenos y salvo un caso de frío extremo no parece que pueda con su demanda tensionar los precios del gas europeos.

Por último y ya fuera de la esfera de la energía, la situación de crecimiento en Europa deberá empeorar, frenando la demanda. Alemania, que está en recesión, preveía una política fiscal acomodaticia para recuperar el crecimiento en 2024 con inversiones, entre otras cosas, en cuestiones climáticas.

Pero esto no va a ser posible porque el Tribunal Constitucional germano acaba de decir que no se puede realizar ciertos cambios en partidas de gasto, ni tomar fondos especiales para aumentar gastos porque esto equivale a no cumplir la Constitución. Esta es una interpretación final de la regla del freno de la deuda que se incluyó en la constitución alemana en 2009, y que aparentemente el gobierno habría incumplido. Aclarado el tema, la única forma de aumentar el gasto y la deuda es modificar la regla, lo que exige una mayoría cualificada en ambas cámaras alemanas.

Esta situación me ha recordado que la Constitución Española se modificó en septiembre de 2011, a propuesta del presidente Zapatero, para introducir el concepto de déficit estructural máximo, y estableció que una ley orgánica fijase el límite de déficit y de volumen máximo de deuda. La ley española lo fija al valor de referencia incluido en los Tratados Europeos. Esta modificación constitucional entró en vigor en 2020, año en el que se aplicó su no operatividad por situaciones de emergencia extrema. Pero claro, esas circunstancias ya han pasado y cuando estén los límites europeos claros, deberíamos enfrentar una situación parecida a la de Alemania, solo que aquí ni las mayorías para modificar la Constitución, y en nuestro caso la ley orgánica, son tan exigentes como en Alemania. Por último, si llega el caso ¿no debería el Tribunal Constitucional opinar si se está cumpliendo la Constitución en su artículo 135?

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