Un caos ordenado

Los gritos en el plató de 'Sálvame'

"Lo de estar en riguroso silencio en un plató si estás detrás de cámaras es demodé para 'Sálvame'. Ni siquiera se avergüenzan con que un director grite al personal".

Anabel Pantoja escucha la voz del director de 'Sálvame'
Anabel Pantoja escucha la voz del director de 'Sálvame'
Telecinco

Mientras 'Pasapalabra' arrasa en Antena 3, el culebrón en directo de 'Sálvame' no para de propiciar conflicto para hacer avanzar sus tramas. Aunque en su última hora diaria, denominada 'Sálvame Tomate', tengan esa extraña sensación de que, quizá, no les esté viendo nadie ante la expectación del famoso rosco. Pero sí, existe un público fiel que nunca falla a Telecinco. Lo malo: hay que alimentar su interés o igual también se terminarán marchando al popular concurso de la cadena rival, que triunfa por lo concreto de sus pruebas. 

Justo lo contrario que 'Sálvame', que de concreto tiene más bien poco. Menos aún desde que Mediaset exprime los dimes y diretes del elenco de personajes de ese plató a diario. Incluidos los sábados y domingos en las estelares versiones 'Deluxe'. Con su polígrafo a la caza de mentiras novedosas o repetitivas. De igual, la memoria del espectador según qué temas cada vez es más corta.

Para paliar esta sobrexposición del corrillo del universo de 'Sálvame', el equipo del programa es experto táctico en manejar los tiempos. Ejercen muy bien el equilibrio de apostar por determinados contenidos y, a la vez, guardarse ases en la manga para cuando una de sus historias decaiga. Ahora, si son de buena o mala calidad la bisutería que vende Anabel Pantoja.

A su favor, el programa transforma con destreza todas las instalaciones de Telecinco en el decorado de su particular telenovela. Cualquier rincón es útil para hacer crecer el drama. Se utilizan todas las tripas de la televisión para engrandecer el espectáculo. Ni siquiera hay problema con que se escuchen los gritos del director en directo. Mejor, así dibuja más ambiente de tensión. 

De hecho, el grito del director cada vez está más presente. U omnipresente. Ya es otro elemento más en el devenir del espectáculo. Otro protagonista como el baile de Lydia Lozano. Sobre todo cuando dirige el formato David Valdeperas, que también ha sido presentador del espacio 'Aquí hay Madroño' de Telemadrid. La mano de Valdeperas se nota a los mandos de 'Sálvame'. Entonces, el programa es más cómicamente granuja y hábil a la hora de marcar la diferencia con las ediciones nocturnas del fin de semana. Así intenta frenar una posible caída a la monotonía al pasar tantas horas de emisión dando rodeos sobre temas en su mayoría huecos.

La voz que grita ya es un nuevo y recurrente personaje secundario en sí mismo, que puede irrumpir en cualquier instante y aumenta la percepción dramática del show. El director se enfada cuando hay un colaborador que se le rebela, como ha pasado estos días con Anabel Pantoja, y no lo disimula en directo. Lo de estar en riguroso silencio en un plató si estás detrás de cámaras es demodé para 'Sálvame'. Ni siquiera se avergüenzan con que un director grite al personal. Aquí han interiorizado que hasta lo que no se ve en imagen es útil, son maestros en crear nuevos malos para movilizar el show. Aunque no tengan ni micro puesto para que se les escuche bien por la tele.

Mostrar comentarios