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Euríbor de abril y las primeras rebajas en las hipotecas variables desde final de 2021

El Euríbor a 12 meses termina 2023 con un giro a la baja.
Euríbor de abril y las primeras rebajas en las hipotecas variables desde final de 2021
Pixabay vía L. I.

Abril llega con buenas noticias para millones de hipotecados en España. El Euríbor a 12 meses, que mide el interés al que se prestan los grandes bancos de la zona euro, cotizará con gran probabilidad su primera rebaja interanual desde diciembre de 2021. Así lo apuntan las previsiones y el propio mercado. El 'índice de las hipotecas' ha concluido marzo con su promedio mensual al 3,71%, aunque está cotizando por debajo de ese nivel desde hace varios días. Salvo que el Banco Central Europeo (BCE) dicte lo contrario en su reunión del 11 de abril, los tipos de interés seguirán apuntando hacia un relajamiento pese a que surjan tensiones puntuales en la inflación, como se ha visto en el IPC de marzo (3,2%).

En marzo todavía se registrará un levísimo aumento interanual de apenas 7 puntos básicos (el equivalente a 6 euros mensuales para una hipoteca tipo de 150.000 euros a 25 años). Pero en abril se producirá el esperado punto de inflexión como ocurrió en ese mes de 2022 cuando el Euríbor pasó de tener signo negativo -una anomalía provocada por los planes de estímulo del BCE de Draghi años atrás- a positivo. Y de ahí subió a niveles no vistos desde 2008, de ahí que el cambio de dirección del barómetro hipotecario cobre especial relevancia. 

Se pondrá fin al ciclo de ajuste más duro y veloz desde la creación de la zona euro, peor que el registrado antes de la crisis financiera de hace 16 años cuando tuvo una subida más gradual. Esta vez el impacto ha sido menor porque buena parte de los compradores de vivienda con hipoteca, y el propio sector financiero, han hecho los deberes al apostar más por los tipos fijos que por los variables. Esta metamorfosis ha sido clave para encajar el golpe a las finanzas de los hogares.

El Euríbor a 12 meses sigue siendo el rey como referencia del coste de los préstamos inmobiliarios en España pese a su reciente escalada. Lo es en una dimensión mucho menor que hace quince años cuando abrió una herida financiera que tardó años en curarse y requirió de ayuda externa en forma de fondos europeos para la sutura del sistema. Vayamos a los datos. La proporción total de hipotecas variables existentes frente a fijas o mixtas se ha reducido durante la última década desde un mayoritario 90% a apenas al 60%, según estima la Asociación Hipotecaria Española (AHE). Dentro de las variables, nueve de cada diez aún opta por el Euríbor a 12 meses, por lo que se puede inferir que más de la mitad de las hipotecas a particulares están sujetas a un índice que cotiza todos los días, al igual que el Ibex 35 o el petróleo Brent.

No parece razonable indexar el coste de una deuda a largo plazo, como una hipoteca sobre vivienda, a fluctuaciones que pueden llegar a ser mucho mayores en caso de crisis inflacionaria, tensión entre bancos y subidas de los tipos de interés oficiales. Hay casos extremos en países emergentes para defender su divisa como Turquía, que ha visto subir los tipos del 8,5% al 50% en seis meses; o la propia Rusia, en estado de guerra desde 2022, que los elevó del 8,5% al 20%; los bajó después al 7,5% y los ha vuelto a subir al 16% desde el verano pasado. En perspectiva, la fortaleza del dólar y el euro ha permitido a Estados Unidos y Europa que el contador 'sólo' suba del 0% al 4,5% y 5,5%, respectivamente. La historia dice que no siempre ha sido así.

La crisis de 2008 terminó de estabilizarse en España cuatro años más tarde, pero el mercado de las hipotecas no terminó de recuperarse en términos de volúmenes. Gran parte de la culpa la tiene la huella que dejó el Euríbor. Según los datos del Banco de España, el saldo vivo de hipotecas sobre vivienda -aquellas que están pendientes y en vigor- se deslizó el pasado enero hasta 493.293 millones de euros y va camino de acumular 15 años consecutivos a la baja

Desde el pico de 2010 en 656.854 millones, la caída supera en estos momentos el 25%, mientras que en otros países no ha dejado de crecer en estos años, sobre todo, en aquellos donde la financiación hipotecaria tiene tasas fijas en mayor proporción o fórmulas mixtas más estables. Francia o Alemania han visto duplicarse sus saldos hipotecarios hasta casi 1,5 y 2 billones de euros en el mismo periodo, mientras que Reino Unido -con un Brexit de por medio y una larga inestabilidad política- ha asistido a un crecimiento del 50% en su volumen de hipotecas. Lógicamente, los controles y requisitos para acceder al crédito son mucho más estrictos que durante el boom inmobiliario, pero el miedo al Euríbor y el freno que ha registrado la contratación de hipotecas fijas apunta a un sector todavía más pequeño a lo largo de este año si no se produce la esperada guerra de ofertas entre bancos.

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