Cuaderno de venta

La gran confusión, boom de salidas a bolsa y recompras de acciones

El primer trimestre registró el mayor volumen de salidas a bolsa en dos décadas.
El primer trimestre registró el mayor volumen de salidas a bolsa en dos décadas.
Europa Press

Un buen café o té por la mañana sienta bien. Sus efectos estimulantes ayudan al cuerpo humano a acelerar la transición de la contracción nocturna a la expansión matinal de la actividad. También el segundo e, incluso, hasta un tercero conforme avance el día. Pero el consumo excesivo provoca efectos no deseados, contraproducentes e inesperados. A la economía y los mercados les pasa lo mismo. Los estímulos masivos iniciales con la crisis de 2020, monetarios o fiscales, provocaron una resurrección económica sin precedentes. La segunda ronda de planes de choque también, pero llega un momento en que los resultados no son los previstos. La respuesta a la crisis del Covid-19 durante 2020 comienza a mostrar demasiadas distorsiones económicas y financieras que parecen difíciles de manejar.

El mercado bursátil da fe de lo que está ocurriendo. El boom de liquidez que ha inundado el mundo durante los últimos doce meses ha evitado una crisis financiera, pero puede estar sembrando otra. Las increíbles revalorizaciones por doquier dan cuenta de la inflación en los activos financieros que ha provocado la (necesaria) liquidez masiva. No solo en la deuda, sino también en la renta variable. En 2020, el mercado de bonos registró emisiones por valor de 8,5 billones de euros con 25.000 empresas, fondos o administraciones distintas apelando al maná de los inversores y los bancos centrales. En acciones, el año pasado sumó 6.100 operaciones de empresas por valor de 850.000 millones de euros, según datos de Refinitiv. 2021 ha comenzado aún más acelerado con un récord en salidas en bolsa desde 2000, que retrotrae la memoria al fatídico pinchazo puntocom.

Pese a la exuberancia financiera global, hay excepciones flagrantes como el Ibex 35 y la mayoría de empresas cotizadas en el parqué español que alguna autoridad como el Banco de España o Moncloa deberían analizar con atención. Las grandes multinacionales de Madrid y Barcelona parecen salir a pelear al mundo con las manos atadas. De hecho, la receptividad de los inversores internacionales no es como para montar ninguna fiesta. Línea Directa, vía listing (sin captar capital), ha roto el cerrojo de los debuts en bolsa, una herramienta fundamental para que las empresas consigan dinero a buen precio para sus proyectos sin cargarse de deudas. El martes le seguirá la renovable Ecoener, aunque las exigencias de los grandes fondos le han llevado a reajustar el tamaño de su operación.

El furor por salir a bolsa es un viejo indicador de alerta para los más veteranos. A mayor número de operaciones y volúmenes, o valoraciones más, más caro debería estar el mercado. No hay que olvidar que en las colocaciones de acciones no solo hay compradores, sino vendedores, empresa o accionistas, que buscan casi siempre el precio más alto porque de lo contrario se quedarían esos títulos. Pese a la alarma silenciosa que pudiera suponer para muchos, otros índices dan a entender que los mercados vuelven a tener gasolina. Por ejemplo, el año de la pandemia ha roto una tendencia de más de dos décadas de descenso en el número de empresas cotizadas en Wall Street, según un informe de Sanford Bernstein. Otro estudio de Credit Suisse cifró en un 50% el descenso de de tickers empresariales entre 1996 y 2019. Las recompras de acciones masivas de las compañías más grandes en bolsa como Apple (90.000 millones), Alphabet (50.000 millones) o, a otro nivel, las grandes compañías europeas del Stoxx 50 (180.000 millones) representan una señal contraria, ya que se puede inferir que las empresas ven baratos sus propios títulos. Lo ha dicho voz en alto BBVA, que pretende destinar más de 3.000 millones a partir del cuarto trimestre a construir autocartera y amortizarla después. Ahora en Europa, las compañías comienzan a plantearse más recompras como forma de remuneración al accionista alternativa al tradicional dividendo. , como hacen en EEUU. Es una buena noticia para los mercados del Viejo Continente para poder estrechar la gran distancia que nos separa de Wall Street. 

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