Cuaderno de venta

Máximos históricos en Wall Street y la hora superlativa de estrés financiero

Wall Street ha asistido al cierre de cortos más importante en 25 años.
Wall Street ha asistido al cierre de cortos más importante en 25 años.
EP / Archivo

Los mercados afrontan la posibilidad de un punto de inflexión a partir de este lunes. La avalancha de referencias macroeconómicas y empresariales amenaza a los inversores con una 'infoxicación' por exceso de noticias y datos a tener en cuenta. El riesgo de euforia es directamente proporcional a la cantidad de buenas noticias que se esperan. Son las horas más estresantes para las grandes multinacionales de índices como el estadounidense S&P 500, el paneuropeo Euro Stoxx 50, el Dax alemán, el Cac francés o el español Ibex 35, entre otros. Es el momento de cuadrar las cuentas corporativas y auditorías antes de las vacaciones 'oficiales' de agosto.

El grueso de sus componentes dará a conocer la evolución de sus negocios de abril a junio de 2021 y su comparación con el fatídico segundo trimestre de 2020, periodo que ha pasado a la historia como el de la Gran Reclusión económica. La comparativa será brutal en términos de actividad. Probablemente asistiremos al mayor rebote de resultados de la historia. Junto a los datos empresariales, los economistas calientan sus excels para analizar los grandes datos macro que en forma de PIB del segundo trimestre comenzarán a ver la luz también de aquí a final de mes. Se esperan rebotes siderales por el salvaje efecto comparativo de una economía cerrada con las puertas abiertas. Cuidado con sacar conclusiones normales de un escenario anormal, como vino a decir el gobernador de la Fed, Jerome Powell.

Precisamente, el banco central de EEUU acapara todas las miradas entre martes y miércoles con la esperada reunión de política monetaria. El análisis de situación que salga de allí será fundamental para entender lo que se nos viene encima y, sobre todo, cuándo. La reducción de estímulos monetarios (tapering) es el gran interrogante que camina por los mercados desde hace tiempo también en Europa. Pero la economía americana parece la única preparada para salir del estado de sobredosis monetaria.

La voz de Powell volverá a pedir paciencia ante lo engañosos que pueden parecer unos datos económicos y empresariales que apuntan a la luna ahora, pero deberán ser confirmados en 2022. Está sucediendo por ejemplo con la inflación. Los efectos transitorios de las reaperturas tras el Covid-19 han elevado por encima de lo tolerable, para cualquier banquero central, el crecimiento de los precios. Pero la cara B señala que en 2022 habrá de nuevo un gran enfriamiento en el mismo indicador. Hay una tercera vía de pensamiento que apunta a un recalentamiento económico que hay que comenzar a tomar en serio antes de que sea demasiado tarde.

Wall Street ejemplifica las virtudes y sombras de los programas de estímulo monetario de la Fed. En vísperas de su reunión, los tres índices de referencia (Dow Jones, Nasdaq y S&P 500) han vuelto a marcar máximos históricos. El boom bursátil se ha extendido a todos los rincones del mercado estadounidense pero la exuberancia trasciende a otros mercados alternativos como el inmobiliario o las criptomonedas. Por supuesto, la renta fija está en el ojo del huracán debido a la burbuja de los bonos públicos que algún día, más pronto que tarde, comenzará a pinchar. El dinero barato lo domina todo pero es un escenario insostenible en el tiempo. La Fed tendrá que comenzar a poner puertas al campo o marcar un próximo endurecimiento monetario a menos que esté dispuesta a asumir las consecuencias dañinas que puede tener un periodo de alta inflación. Veremos.

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