Crisis de vivienda

Maraña de bancos y fondos para frenar lo inevitable: ejecuciones hipotecarias

A medida que las protecciones sociales impuestas por la pandemia desaparecen, las ejecuciones hipotecarias suben. El segundo trimestre marcó un incremento del 253% con respecto a 2020.

Vivienda Barcelona
"Un laberinto entre bancos y Blackstone para frenar lo inevitable": ejecuciones hipotecarias.
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"Perdí mi vivienda. La compré en el 98 con la extinta Catalunya Caixa, después pasó a BBVA y ahora la tiene Blackstone. La subastaron el verano pasado y ahora estoy a la espera de saber dónde me reubican. Mis problemas para pagar mi hipoteca de 900 euros comenzaron en 2012. Antes del 'boom' inmobiliario de 2008 era un trabajador autónomo en el sector de la construcción y ganaba entre 5.000 y 6.000 euros al mes. Me daba de sobra. Cuando llegó la crisis me tocó presentarme a concurso de acreedores y pasé a ganar 1.200 euros, mientras que mi hipoteca, por los cambios del euríbor ascendió a 1.400. El banco se llevaba mi sueldo todos los meses y me avisaba de que debía 200 euros. Todo siguió empeorando con el tiempo". Esto lo ha vivido en carne propia Juanjo Ramón, portavoz de la plataforma Afectados por la Hipoteca (PAH). El hombre ha sobrevivido en una especie de limbo desde hace 10 años. Ha estado en el paro y no ha conseguido un trabajo fijo para mantener su casa. En pocas semanas lo reubicarán.  

"La última vez que pude pagar la letra de mi hipoteca fue hace nueve años y el desembolso fue de 1.980 euros, cuando el precio en que la firmé era de 720. En el momento de la firma, yo le pregunté al banco y a la inmobiliaria cuánto se podía encarecer, y me dijeron que como mucho... 20 euros en 25 años. Sin embargo, las cosas no fueron así". Soraya cuenta a este medio que sigue luchando por su casa, que ya pasó a manos de una inmobiliaria llamada Tasaespaña por sus dificultades para hacer frente a los pagos. Ya ha recibido dos notificaciones de desahucio, pero ha conseguido seguir viviendo en la casa por las moratorias que han aprobado las autoridades judiciales debido a su estado de salud. No sabe cuánto tiempo más va a resistir, pero asegura que seguirá luchando.

La mujer denuncia que el juzgado ha intentado quitarle la moratoria, pero no ha podido ya que su situación ha empeorado: "Ya no solo es la crisis económica que sufrimos en mi casa cuando mi marido y yo perdimos nuestros trabajos. Ahora enfrentamos a problemas de salud. Y es que la mayoría de la gente que atraviesa problemas con su hipoteca sufre enfermedades como cálculos, fibromialgia, colesterol... y psicológicamente estamos deprimidos. Tenemos de todo. Yo padezco fibromialgia aguda. Es una patología desconocida para la que no hay tratamiento.  Levantarme de mi cama es un logro. A mi esposo y dos de mis tres hijos les han certificado la discapacidad y todo es producto del estrés que genera esta situación económica", lamenta Soraya.

Los caminos de Soraya y Juanjo se cruzan en su relación con los bancos. Ambos denuncian que compraron pisos bien ubicados -uno en Barcelona y otro en Madrid cerca del la parada de metro de Prosperidad- y las entidades financieras los quieren sacar para poder arrendarlos o venderlos. Juanjo dejará pronto su piso al verse con las manos atadas por su situación económica, pero a Soraya no han podido desplazarla. Sin embargo, la mujer cuenta que vive con miedo y sus hijos también: "Cuando golpean a la puerta se asustan pensando que vienen a echarnos. Unos hombres se han presentado en mi casa  dos veces sin que yo esté y les han dicho a mis hijos que vienen a desahuciarnos y que mi esposo y yo somos 'okupas'. Son  solo niños". 

Los dos entrevistados están al filo de sufrir lo que otros 3.243 hogares españoles no pudieron evitar en el segundo trimestre de este año. Los datos del INE apuntan que las ejecuciones hipotecarias aumentaron en un 253,2%    durante este periodo con respecto al año anterior. Es cierto que en 2020 el Gobierno logró evitar la sangría en el sector con las medidas sociales impuestas por la pandemia, pero este porcentaje no deja de ser crítico por superar los niveles pre-pandémicos. De hecho, es el más alto desde el máximo alcanzado en el primer trimestre de 2017.

La tendencia sigue al alza... En el segundo trimestre del año se iniciaron un 18,1% más ejecuciones hipotecarias que en el trimestre anterior. En total fueron 9.753 en el país. De estas, 9.239 despojaron de sus títulos a propietarios de fincas urbanas y 514 a tenedores de fincas rústicas. 

"Las ejecuciones hipotecarias son menos llamativas que otro tipo de desahucios. La presión es constante y los procesos son muy largos", asegura Juanjo, que teme las consecuencias del fin de las moratorias y critica la actuación de los bancos por ser "silenciosos. Van sacando a la gente poco a poco... Sin generar escándalo y se quedan con todo. Su objetivo es traspasar el activo a los conocidos fondos buitres para hacer caja. No le dan una segunda oportunidad a los ciudadanos".

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