El 'Made in China' ha cambiado

  • El crecimiento industrial de China se ha ralentizado un poco, así quelas fábricas en las que se trabajan 24 horas al día han empezado acerrar. Pero no solo eso, los trabajadores chinos han aprendido cuálesson sus derechos, y han dejado de someterse a los empresarios.
Kathleen E. McLaughlin, Guangzhou (China) | GlobalPost

Hace sólo unos pocos años, las fábricas textiles del distrito de Haizhu trabajaban durante todo el día, se extendían por los bloques de apartamentos, tiendas y cualquier otro espacio disponible, fabricando ropa para todo el mundo.

A día de hoy, las miles de fábricas de ropa y calzado de Haizhu, y de otras muchas otras partes del Delta del Río Pearl en China, se han reducido a un murmullo intranquilo. Los pedidos son cada vez menores y algunos talleres cierran durante semanas.

Muchas compañías dicen que han despedido a gran parte de su plantilla y mantienen el mínimo necesario para hacer frente a los pedidos puntuales que van llegando. Aunque todavía sigue habiendo mucho trabajo en diversos sectores como la electrónica, la fabricación de gama baja en China está cambiando rápidamente.

Dentro de un antiguo edificio de cinco pisos que una vez estuvo destinado a apartamentos, ahora contiene fábricas que han pasado también su época dorada. Todavía quedan algunos trabajadores procedentes de la provincia de Sicuani que cosen faldas con destino a Oriente Medio. Ahora mismo es su único gran pedido y una vez terminado, no están seguros de cuándo volverán a tener trabajo.

Li Kaigan, un supervisor de la fábrica de 20 años de edad, de Sichuan, llegó aquí cuando tenía apenas 14 años y comenzó a fabricar ropa para la exportación. Se ríe cuando aludimos a la flagrante violación de la ley china sobre el trabajo infantil, diciendo que aquí todo el mundo lo hace así. Sin embargo, después de invertir seis años en la costura de ropa, sobre todo para personas de otros países, Li puede ver que su futuro está cambiando rápidamente.

"Este año ha sido especialmente malo para los negocios", dice mientras cepilla algunos hilos sueltos de su máquina de coser. "Unas pocas fábricas tienen pedidos, pero no demasiadas. Muchas pequeñas fábricas que había aquí simplemente se han rendido y han cerrado".

Si se tienen en cuenta las cifras, las fábricas de aquí no son las únicas. Los datos publicados el 30 de junio revelan que el sector de producción industrial de China creció a su ritmo más lento en los últimos 28 meses, sigue en expansión, pero a duras penas.

El desplome manufacturero de China parece ser el resultado de varias dinámicas que confluyen. Los precios de la mano de obra han aumentado en los últimos años, gracias al aumento del salario mínimo y a la inflación permanente. Y por encima de todo, los costes de las materias primas están subiendo.

Al mismo tiempo, la inversión en las infraestructuras de las zonas rurales que se suponía mantendría a flote a China durante la recesión económica mundial ha cambiado la ecuación. Los trabajadores migrantes ya no están desesperados por trabajar y luchar para aumentar sus ingresos viajando por todo el país y sacrificando a sus familias. Muchos dicen que pueden conseguir llevar prácticamente el mismo dinero a casa,  por lo que no tienen la necesidad de salir a conocer Guangzhou y el resto del Delta del Río Pearl.

"Una gran cantidad de pequeñas fábricas pagan salarios muy bajos, por lo que simplemente no les merece la pena", explica Han Lin, una joven de 19 años de edad, que hace pantalones vaqueros con destino a África.

"Actualmente, los trabajadores migrantes son mucho más conscientes de sus propios derechos", explica Zeng Feiyang, que dirige un grupo de ayuda para los inmigrantes en Guangzhou. "Ellos saben que tienen derechos que les corresponden por ley".

Todo esto ha exacerbado aún más un extraño efecto secundario de escasez de mano de obra. Sin embargo, todavía parece que los consumidores estadounidenses y europeos nunca estuvieron en la cuerda floja y volvieron a comprar productos 'Made in China' al mismo nivel que antes de que estallara la crisis económica de 2008.

En todo Guangzhou, los dueños de las fábricas y los trabajadores dicen que parece claro que se terminaron los días de gloria de fabricar productos baratos las 24 horas del día. La pregunta ahora es qué vendrá después. Recortar lo barato y la fabricación de gama baja está en línea con el plan de China de migrar para convertirse en una economía basada en la innovación más que en la fabricación.

El economista chino Mao Yushi dice que la clave es el sector servicios. Los jefes de las fábricas y los trabajadores necesitan saber cómo hacer la transición de la fabricación a la industria de servicios. El tiempo de transición puede ser difícil, pero Mao apunta que en la actual estructura económica China no apoyará a las fábricas y a la producción en los niveles que había antes.

"Las empresas deben aprender cosas nuevas, mientras que el Gobierno debería ayudar a las nuevas industrias", reflexiona Mao. "Una salida es la industria de servicios, que puede absorber un montón de gente."

Pero como ponen de manifiesto los recientes disturbios en las fábricas de todo el sur, el cambio no será fácil.

Mostrar comentarios