Con la oposición del Gobierno

Las CCAA abren los estadios de fútbol al público en pleno repunte de contagios

Las competencias autonómicas permiten que en los campos de 2ª B o Tercera vayan a estar presentes hasta 1.000 personas en algunos casos. El fútbol profesional continuará con las gradas vacías.

Estadio Marbella Segunda B
Estadio Marbella Segunda B
EFE

El inicio de la temporada de fútbol no profesional va a facilitar que se vuelva a ver una imagen nada habitual desde el comienzo de la pandemia: la del público sentado en las gradas de los estadios. Las responsables de permitir esta circunstancia son las comunidades autónomas, que mantienen las competencias de las ligas que van desde la 2ª B. Lo que provocará que se dé una situación curiosa: mientras en los campos de competiciones más modestas habrá hasta 1.000 personas, en los de Primera y Segunda se continuará jugando a puerta cerrada. Algo que se explica con la decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD) de no autorizar la entrada de los aficionados, como le permite la potestad que se le otorgó en el decreto de la nueva normalidad. Por lo que centenares de personas, siempre con distancia, estarán en los campos. Y lo harán en pleno repunte de contagios, con el país acercándose al millón de contagios de Covid-19 confirmados.

Que esto vaya a tener lugar es algo que no hace gracia al Gobierno central. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha dejado claro que hacerlo ahora es "prescindible" y "no es prudente", por lo que no está previsto que su ministerio autorice que en Primera y Segunda División haya un aforo reducido próximamente. Todo en un contexto en el que las cifras diarias superan los 10.000 positivos. No ocurrirá lo mismo en las categorías más bajas, donde el Ejecutivo tiene las manos atadas por no disponer de competencias para impedirlo. El CSD y su presidenta, Irene Lozano, intentaron pararlo en una reunión con las autonomías. Hasta 13 CCAA se mostraron a favor de la recomendación de no permitir espectadores, pero otras cuatro lo rechazaron, como ya contó La Información. Y al final, casi todas lo harán.

Al no requerir del permiso del departamento de Salvador Illa para ello, las regiones no han dejado pasar esta prerrogativa que les otorgan sus estatutos de autonomía. Por eso, y tras autorizar que en varios amistosos entraran pequeños grupos de aficionados, este fin de semana se da el paso definitivo con el comienzo de Segunda B y Tercera. Esto provocará que se puedan ver escenas llamativas. Una de ellas se dará en Galicia, ya que en A Coruña el Deportivo podrá meter en el estadio de Riazor, de 23.000 espectadores de aforo, hasta a 1.000 personas tras la autorización que ha recibido de la Xunta de Galicia. Todo lo contrario que ocurrirá en Balaídos, el campo del Celta de Vigo a apenas 150 kilómetros de su vecino, donde al depender del CSD no entrará ni un solo seguidor. 

Fuentes de varias CCAA consultadas por esta redacción confirman que van a permitir esas concentraciones en los estadios. Pero aseguran que estarán controladas y que en todo momento se respetarán las medidas sanitarias. Tampoco estará permitido en todas las ciudades o municipios, ya que en varios imperan las restricciones por el alto número de positivos o de brotes. El máximo de público lo permitirá la comunidad gallega, con ese tope de 1.000 personas. Después estarán otras como Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura o Madrid, donde podrán darse cita entre 800 y 600 seguidores. Todos estarán a una distancia prudencial y habrá controles en los accesos. Lo que se persigue es que la normalidad también vuelva a los campos del deporte rey, como ya ocurre en otros eventos como el teatro o las corridas de toros. Incluso cuando casi todas ellas están por encima de los 250 positivos por 100.000 habitantes que la OMS marca para que se tomen medidas drásticas. 

Pero como ya ocurre con la gestión que se ha realizado para contener los repuntes, en esto tampoco habrá un criterio uniforme. Hay autonomías en las que los protocolos son mucho más estrictos. Es el caso de la Comunidad Valenciana, en la que se permite todo evento que cuente con un máximo de 400 espectadores o un 75% del aforo. Todo lo que esté por encima de esa cifra tiene que ser autorizado por el departamento de Salud Pública. Por lo que en unos estadios habrá hasta 800 personas y en otros no, en base a la decisión que tomen las autoridades sanitarias valencianas. Una decisión que se produce en la región que tiene los mejores números de España, al ser la única del país que está por debajo de una incidencia acumulada de 150 casos por 100.000 habitantes. 

También habrá una excepción, ya que al menos una autonomía no tiene previsto autorizar la entrada del público. Se trata de Cataluña, que está en una situación muy delicada de incidencia acumulada que le ha llevado a tomar medidas extremadamente restrictivas. El cierre de los bares y restaurantes es la punta de lanza de unas limitaciones que también incluyen la suspensión de todas las competiciones profesionales. Algo de lo que quedan fuera la Segunda B y la Tercera, que podrán disputarse bajo el ala del protocolo de Federación Española de Fútbol. Pero la orden de la Generalitat catalana ha impedido que los aficionados pudieran ocupar un centenar de asientos en el emplazamiento donde juegan sus equipos. 

El fútbol europeo, la próxima semana

Las autorizaciones para este fin de semana en las categorías más modestas son solo el primer choque entre las autonomías y el Gobierno central en este asunto. La batalla más inmediata es la que se librará la próxima semana, cuando comienzan las competiciones europeas en las que participan equipos de hasta cinco CCAA. Y que son las que tienen las competencias sobre estas. Con Madrid y Cataluña autodescartadas para abrir esta nueva vía de 'normalización' en la asistencia al fútbol, la polémica vendrá por las decisiones que tomen Andalucía, Comunidad Valenciana y País Vasco. Estas tres, que tienen en sus manos el destino de los aficionados de Granada, Sevilla, Villarreal y Real Sociedad, son las que junto a Galicia rechazaron las recomendaciones del CSD de impedir toda presencia de espectadores. 

Según fuentes autonómicas de algunas de estas regiones, lo que se trasladó al departamento de Irene Lozano es que esa discusión debían mantenerla con las consejerías de Sanidad, no con las que tienen las competencias deportivas. Por tanto, tienen previsto mantener los protocolos que se aplicarán a la Segunda B y la Tercera División este fin de semana. Algo que puede traducirse en que en partidos de competición europea haya unos pocos miles de aficionados, ya que la UEFA autorizó que hubiera hasta el 30% de aforo. Y que evidenciará aún más las dificultades para llegar a un consenso que existen entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.

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