Alemania elude la recesión técnica en el primer trimestre con un leve alza del PIB

Alemania habría eludido la recesión técnica en el primer trimestre del año. El banco central del País, el Bundesbank, estima que la locomotora europea registró un avance moderado de su PIB entre enero y marzo, lo que evitaría que encadenase dos trimestres consecutivos de retroceso de la actividad. Esto en un contexto en que la inflación siguió presionando a los hogares, puesto que la tasa anual de IPC apenas se moderó hasta el 7,4% en marzo. 

"La economía alemana se comportó en el primer trimestre de 2023 mejor de lo que se esperaba un mes antes y aumentó algo su actividad", aseguran los economistas de la entidad germana en el boletín de abril, publicado este lunes. Solo un mes antes, el regulador del país había advertido de que la mayor economía europea despediría el primer trimestre con una contracción de la actividad, aunque menor que la que registró entre octubre y diciembre de 2022 (-0,4%).

La persistente inflación lastra el consumo privado y los servicios de consumo pero la industria se ha recuperado con más fuerza de lo esperado, añade el Bundesbank en el citado documento. La caída de los precios de la energía apoyó la producción de sectores que son intensivos en estas materias primas, a la vez que los cuellos de botella de productos semielaborados se redujeron y la demanda aumentó notablemente.

La producción también subió con fuerza en el sector de la construcción aunque la demanda de servicios relacionados con esta actividad cayó mucho por el aumento de los precios y de los costes de financiación. A diferencia que en la industria, el aumento de la producción en el sector de la construcción puede que se deba sobre todo a factores temporales como que el invierno en enero y febrero fue muy suave.

La oficina de estadísticas del país, Destatis, hizo públicos hace solo unos días los datos definitivos de inflación del tercer mes del año en Alemania. En concreto, la tasa armonizada, que es la que emplea Eurostat para hacer sus comparativas entre países, se moderó un punto y medio, hasta el 7,8% (frente al 3,1% al que se sitúa la española, según el Instituto Nacional de Estadística). La inflación subyacente, que excluye de su cómputo los elementos más volátiles como los precios de la energía y de los alimentos, ascendió una décima en relación a febrero para situarse en el 5,8%.

Este dato, como los que se han ido conociendo en el resto de grandes economías del euro, mete presión adicional al Banco Central Europeo (BCE) para seguir endureciendo su política monetaria y evitar que la inflación se enquiste aún más en la región, provocando problemas aún más serios para la economía. El emisor deberá pronunciarse al respecto en su reunión del próximo 4 de mayo.