¿Por qué bajar el IVA de la luz solo unos meses es mala idea? Habrá efecto rebote

El Gobierno de Pedro Sánchez ha incluido en su extenso paquete de medidas de emergencia para reducir el impacto de la crisis energética una rebaja del IVA que se aplica a factura de la electricidad, un tributo que ha pasado del 21% al 5% en apenas un año. Es una reducción temporal de la tasa del impuesto, con un efecto limitado, ya que solo afecta en torno al 25% del consumo total porque se aplica solo a los clientes, tanto del mercado libre como el regulado, con una potencia contratada inferior a 10 kilovatios. Además, la reducción en el recibo solo se imputa si el precio medio de la luz supera los 45 euros / megavatio hora. 

La actual rebaja -del 21% al 5%-, que se aplica desde el viernes 1 de julio de 2022 y en principio durará tres meses, tiene lugar después de la bajada al 10% que se decidió en junio de 2021. El precio de la luz, que ha alcanzado máximos históricos por la invasión rusa de Ucrania, un conflicto que ha disparado la factura del gas, es la causa de esta drástica bajada, que según los Técnicos del Ministerio de Hacienda -Ghesta- tendrá un efecto prácticamente nulo sino se acompaña de otras medidas y que costará, por la reducción en la recaudación, entre 430 y 460 millones de euros en los próximos tres meses. Mientras, en una factura de la luz de 70 euros el ahorro para el consumidor, dependiendo si está en el mercado regulado o en el libre o si se cuenta con el bono social, será de entre 1,5 y 3,5 euros.

En línea con el análisis de Ghesta, que incluso apunta que sin las citadas medias adicionales la bajada del impuesto podría ser compensada con nuevos aumentos en el precio del kilovatio, existen diferentes estudios que dejan patente que los precios responden significativamente más a los aumentos que a las disminuciones en los Impuestos sobre el Valor Añadido. Esto supone que la bajada del IVA en 11 puntos durante un año y 16 durante tres meses, supondrá una reducción de la factura, que en ningún caso será tan importante como el que experimentará cuando el IVA vuelva, en principio, al 21% el 1 de octubre. 

Las empresas que operan con bajos márgenes de beneficio son particularmente propensas a responder asimétricamente a los cambios en el IVA

Así, en un artículo científico firmado por Youssef Benzarti, profesor de Economía de la Universidad de California e investigador de la Oficina de Investigación Económica de Estados Unidos, y por Dorian Carloni, analista en la División de Análisis Fiscal de la Oficina de Presupuesto del Congreso de los Estados Unidos (CBO), titulado 'Lo que sube puede no bajar: asimétrico. Incidencia de los Impuestos al Valor Agregado', queda en evidencia, a través de numerosos análisis, el efecto asimétrico que supone 'jugar' este tributo y que tras las bajadas se produce un efecto rebote de más calado. En el estudio se asegura además que las empresas que operan con bajos márgenes de beneficio son particularmente propensas a responder asimétricamente a los cambios en el IVA y que los efectos de precios asimétricos persisten varios años después de que se produzcan cambios fiscales.

El análisis destaca que los cambios en los tipos del Impuesto sobre el Valor Añadido aplicados en la Unión Europea entre 1996 y 2015 supusieron, en el caso de las subidas, que los precios aumentasen un 55% en el primer mes y en el caso de las bajadas fiscales, que los precios caigan un 13%. De esta forma también se constata que bajadas de IVA temporales, como en el caso de la luz en España, pueden tener un efecto negativo, con bajadas mínimas de los precios durante su aplicación, y con aumentos importantes cuando se vuelve a subir el tipo impositivo. El informe destaca que la limitación en el tiempo de los recorte en vez de ofrecer ayuda, en forma de la bajada de los recibos, a los consumidores puede tener el efecto contrario al previsto: a largo plazo pueden resultar en precios de equilibrio más altos una vez que se derogue el recorte del IVA, beneficiando a los propietarios de las empresas a expensas de los ciudadanos.

La tasa de traspaso del aumento del IVA es aproximadamente el doble que la de la disminución del impuesto. Los efectos permanecen años

El artículo se incide en el elevado coste para las arcas de los estados que supone rebajar el impuesto. Así, la reducción temporal del IVA en el Reino Unido en 2009 costó 12.400 millones de libras esterlinas -14.000 millones de euros actuales- y el recorte del IVA para los restaurantes franceses supuso 3.000 millones de euros solo en 2010. También analiza la bajada en 14 puntos del IVA a las peluquerías finlandesas en 2007 y su posterior subida en 2012 también de 14 puntos. De estos cambios estuvieron exentos los salones de belleza, que son evaluados también en el estudio. La principal conclusión es la tasa de traspaso del aumento del IVA es aproximadamente el doble que la de la disminución del IVA. Mientras, los servicios de los salones de belleza apenas variaron en los dos contextos, los de peluquería lo hicieron un 5%, una subida que se mantuvo tres años y medio. Junto a esto, el 60% de los precios no respondió al recorte del IVA y con su incremento, prácticamente todas la peluquerías aumentaron sus precios entre un 80% y un 120% del alza de la tasa del IVA.

Con la rebaja temporal del IVA de la electricidad, España se sitúa entre los país europeos con la tasa del tributo más baja. Países como Suecia, Dinamarca y Croacia mantienen el impuesto en el 25%, el mismo tipo que tenía nuestro país antes de junio de 2021. Mientras, en Hungría está en el 27% y en Polonia en el 23%. Solo Malta 'compite' tiene un tributo similar al de España, mientras otros países mediterráneos, como Portugal -6%-, Grecia -6%- o Italia -10%- lo sitúan ligeramente por encima del español,.