En junio

El BdE revisará a la baja el dato de PIB y subirá de nuevo la inflación subyacente

El organismo insiste en la necesidad de lograr un pacto de rentas entre sindicatos y empresas para evitar una "espiral inflacionista", porque hay políticas que escapan del margen de los gobiernos.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
El BdE revisará a la baja el dato de PIB y subirá de nuevo la inflación subyacente. 
Europa Press

El Banco de España ha anunciado que revisará en el mes de junio a la baja la previsión de crecimiento del PIB para este 2022, que estimó el pasado mes de abril en el 4,5%, así como de la inflación en general, que incluye la energía, pero de un eventual alza de la subyacente respecto a lo que esperaban inicialmente. Así lo ha avanzado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, en la presentación en Sevilla del informe anual del BdE correspondiente al ejercicio 2021, donde también ha insistido en la necesidad de alcanzar un pacto de rentas. Si bien ha reconocido que, "de facto ya lo hay", porque los márgenes empresariales asumen parte de las pérdidas y están en torno al 4% y los salarios en convenio crecen de media un 2,5%, ha señalado que "sería bueno ponerlo por escrito". Gavilán ha hecho hincapié en que es necesario un pacto de rentas entre sindicatos y empresarios para "evitar una espiral inflacionista", ya que ha añadido que "algunas políticas de lucha contra la inflación escapan del margen de los gobiernos" en este contexto inflacionista.

"Los últimos datos, exceptuando el de hoy, ya nos hacían pensar que teníamos que revisar a la baja la inflación energética, y al alza la inflación subyacente", ha comentado Gavilán. Así, ha indicado que esa sensación de que habría que ajustar los cálculos de la subyacente se han visto reforzada por el dato adelantado del IPC de mayo divulgado este lunes, que apunta a que la inflación subió un 0,8% en mayo en relación al mes anterior e incrementó su tasa interanual cuatro décimas, hasta el 8,7%, por el encarecimiento de las gasolinas y de los alimentos. Mientras, la subyacente-sin alimentos no elaborados ni productos energéticos-, aumentó en mayo medio punto, hasta el 4,9%, su valor más alto desde octubre de 1995.

 Gavilán ha señalado el contraste entre el dato de inflación general, que podría revisarse a la baja "por el mecanismo ibérico" de energía que España y Portugal ultiman con la Comisión Europea, en tanto que la subyacente puede seguir el camino contrario. "La subyacente es el resultado de integración entre agentes económicos. Ningún Gobierno tiene una capacidad inmediata de actuación", ha dicho, antes de agregar que "las dinámicas que estábamos viendo nos hacían pensar al alza" de la subyacente y tras el dato de este lunes, "quizá nuestra previsión sea más al alza de lo que teníamos previsto". Por esta razón, ha agregado que "habrá que mirar con mucha atención" las implicaciones que durante los "próximos meses" tenga para la política monetaria y fiscal. En concreto, y al hilo de la segunda cuestión, ha apuntado que será especialmente necesario ver cómo afecta a hogares de renta baja, "los que más sufren", indicando que no es preciso "compensar vía bajadas de impuestos, sino de forma más directa a través del IRPF".

El organismo ha admitido que, pese a monitorizar la subida de precios de manera permanente, ha admitido que el dato adelantado de IPC, publicado este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que sitúa la tasa interanual en el 8,7% en mayo, les ha sorprendido por haber aumentado más de lo previsto. En este sentido, ha señalado que se están produciendo datos "contrapuestos" en la evolución de los precios por el alza de la inflación subyacente (excluye energía y alimentos elaborados) y por la tendencia a la baja que se refleja en los coster energéticos. Aunque la economía española es una de las más afectadas por las tensiones inflacionistas debido a que es "especialmente sensible a los precios energéticos", Gavilán ha vaticinado que cuando "se disipen las perturbaciones, que no serán persistentes, España tendrá menos inflación que las economía de su entorno".

El supervisor presentará nuevas proyecciones macroeconómicas a mediados de junio, después de proyectar un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 4,5% en abril, tras conocer que en el primer trimestre la economía española solo avanzó tres décimas. El Banco había calculado que el PIB crecería por debajo del 1%, pero esperaba que los datos publicados por el INE fueran más optimistas. Aunque el director general de Economía y Estadística no ha avanzado los cálculos que maneja la institución para el segundo trimestre, estimaciones preliminares dibujan un crecimiento mínimo entre abril y junio, de apenas una décima. En abril, el Banco dejó la puerta abierta a una recesión en el segundo o tercer trimestre si se materializaban riesgos a la baja.

La aprobación del tope al precio del gas forzará al Banco de España a revisar también su proyección de inflación media para este año, en el 7,5%, en sus cálculos de abril. No obstante, la evolución de la inflación subyacente, que alcanzó el 4,4% en abril llevará a la institución a cuantificar algo por encima esta tasa en la que detectan "presiones al alza", frente a la presión a la baja del "mecanismo ibérico en la inflación general". El Banco de España ha detectado que entre junio de 2021 y marzo de 2022, el número de rúbricas que se encuentran por encima del 2% en términos de inflación ha pasado del 25% al 55% de ellas, lo que demuestra que la presión de los precios se ha trasladado de la energía a otros segmentos del IPC.

Ante esta situación, el supervisor aboga por la aprobación de un pacto de rentas plurianual que incluya a los pensionistas. No obstante, Gavilán señala que ya se ha producido ese pacto de forma "tácita", y es que el Banco de España detecta que se está produciendo una moderación de los márgenes empresariales. "Las empresas no están trasladando al precio final la totalidad del incremento de los costes", explica. En el mismo sentido, apunta que "los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo" porque los aumentos salariales siguen por debajo de la inflación.

A favor de subir impuestos

En este contexto, el Banco ya ha dejado clara la necesidad de una estrategia de consolidación fiscal que permita al país reducir su déficit y su nivel de endeudamiento. No obstante, la institución es consciente de que el actual escenario, con la invasión rusa de Ucrania, los últimos coletazos de la pandemia y una recuperación que todavía no está consolidada no permiten que se produzca de forma inminente. Pero "una vez que se hayan superado la pandemia y los efectos económicos adversos del conflicto de Ucrania", el Banco de España aboga por una "revisión integral del sistema tributario español" que incluya una subida de los impuestos que gravan el consumo, es decir, el impuesto sobre el valor añadido (IVA) y los impuestos especiales a hidrocarburos, alcohol, tabaco y electricidad.

La institución que preside Pablo Hernández de Cos se apoya en la literatura académica para justificar que "existen ganancias potenciales, en términos tanto de eficiencia como de equidad, provenientes de otorgar un mayor peso relativo a la imposición sobre el consumo frente a la que grava la renta". El supervisor no entra a cuantificar el incremento de los ingresos que deberían garantizar los impuestos vinculados al consumo, pero cifra en un punto porcentual la capacidad de aumento, si se compara a España con el resto de países de la Unión Europea. Además, fuentes del Banco de España subrayan que tanto ellos "como otros expertos y el Libro Blanco de la reforma fiscal ponen de manifiesto que no es necesario ni conveniente hacer política redistributiva del IVA".

No obstante, en términos de equidad, y para evitar un mayor impacto sobre los hogares vulnerables, proponen compensar "con esos ingresos adicionales" a esos hogares. Una de las opciones que plantean, según fuentes del Banco, es la de introducir un impuesto negativo en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Esto supondría que aquellas personas que no lleguen al mínimo para tener que presentar la declaración de la renta, la tuvieran que presentar para recibir la compensación. "Un IVA de tipo único, combinado con transferencias o impuestos negativos en el IRPF a los hogares con menor renta, permitiría alcanzar los mismos objetivos distributivos de manera más eficiente", subraya la entidad en el informe anual.

Es decir, el Banco de España aboga por eliminar de forma progresiva los tipos reducido e superreducido del IVA para transitar hacia un tipo único. Esta medida iría en contra, por ejemplo, del cambio en la tributación de los productos de higiene femenina que actualmente están gravados con el tipo reducido (10%) al superreducido (4%). En esta línea, el supervisor respalda el objetivo de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) de evaluar si los beneficios fiscales cumplen su objetivo, con hincapié en los vinculados al consumo, porque "es el principal componente de los beneficios fiscales en nuestro país", defiende el BdE.

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