Entraría en vigor el 1 de enero

Bruselas y Londres pactan el Brexit 'in extremis' tras nueve meses de tensión

Ambas partes cerraron los últimos flecos en materia de pesca, comercio justo y aranceles, para dar pie a un acuerdo histórico que evite una ruptura total y se pueda ratificar antes de fin de año. 

Boris Johnson y Ursula Von der Leyen
Boris Johnson y Ursula Von der Leyen
EFE

Después de nueve meses de tensiones, la última negociación 'in extremis' entre Reino Unido y la UE ha permitido llegar a un acuerdo final que regulará las relaciones comerciales entre Los Veintisiete y Reino Unido antes de que acabe el año, cuando concluye el periodo de transición que las partes se dieron tras hacerse efectivo el Brexit. El pacto alcanzado, que evita la ruptura total del Brexit duro, se plasmará en un documento de alrededor de 2.000 folios para limar los principales puntos de desencuentro entre las partes, pero que en realidad suponen sólo el inicio de nuevas negociaciones para terminar de moldear la futura relación. 

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von del Leyden, y el negociador del pacto, Michel Barnier, anunciaban el pacto este mismo jueves, tras una noche entera de negociaciones que han servido para limar las últimas desavenencias y alcanzar un acuerdo "justo, equilibrado, correcto y respetuoso con ambas partes". 

Los principales escollos en la noche de este jueves estaban centrados en materia de pesca, así como en la búsqueda de algunos intercambios comerciales justos, sobre los que cabría establecer algún tipo de compensación o arancel en caso de desencuentro. En lo que respecta a las cuotas pesqueras, la negociación final contempla un período de transición de cinco años y medio durante el cual los barcos de la UE tendrán garantizado el acceso a las aguas pesqueras del Reino Unido. Eso sí, los derechos de pesca comunitarios o cuotas se reducirán en un 25% en relación a los niveles actuales, lo que la parte europea interpreta como una importante concesión. El acceso a las aguas británicas después de esa fecha dependerá de las negociaciones que las partes iniciarán en adelante. 

Junto con la pesca, otro punto clave del texto estaba en la demanda de la UE de garantías de competencia leal para sus empresas. Para que esto sea así, el pacto incorpora un nuevo mecanismo de arbitraje destinado a garantizar una "igualdad de condiciones" entre las dos partes. Habrá, además, sanciones en forma de aranceles si cualquiera de las partes contraviene los reglamentos de la otra parte en temas como la protección del medio ambiente. El pacto incluye al mismo tiempo un apartado especial para los coches eléctricos, de forma que puedan comercializarse libres de aranceles, incluso si una proporción relativamente alta de sus componentes procede de fuera de la UE y Reino Unido.

En las últimas semanas los negociadores han ido limando asperezas en estos asuntos y en el relativo a la gobernanza del acuerdo. Para que el acercamiento final se produjera ha sido clave que tanto la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, como el primer ministro británico, Boris Johnson, se remangasen y pasasen a implicarse en persona en el proceso. A mediados de mes la propia Von del Leyen aseguró ante el Parlamento Europeo que existía "un camino hacia el acuerdo". Los dos han mantenido hasta tres conversaciones telefónicas esta noche en las que han terminado de fijar los aspectos clave.

Con el ansiado pacto a puto de cerrarse, británicos y europeos deberán moverse deprisa para ratificarlo en sus respectivos parlamentos, permitiendo que pueda entrar en vigor a tiempo, el próximo 1 de enero. Se espera que el Parlamento de Londres se reúna antes de fin de año para hacerlo. La BBC asegura que la fecha elegida para el pleno extraordinario sería el 30 de diciembre. Sin embargo, en la práctica ya no habría tiempo suficiente para que haya una ratificación formal por parte del Parlamento Europeo, por lo que los socios comunitarios estudian cómo empezar a implementarlo antes incluso de que tenga lugar la votación.

Desde que el 23 de junio de 2016 los británicos decidieron por referéndum abandonar el mercado único (un mercado de 400 millones de consumidores) y la unión aduanera, las partes se han saltado en numerosas ocasiones las distintas fechas límite que se habían fijado inicialmente con el objetivo de evitar el peor de los escenarios, es decir, el Brexit 'duro' o salida definitiva de los británicos del bloque sin ningún tipo de pacto con la UE. 

Habría sido un mal mayor en un contexto marcado por la crisis del coronavirus en todo el continente, más aún después de que Reino Unido confirmase hace unos días la existencia de una nueva cepa de Covid-19 un 70% más contagiosa que ha paralizado los viajes a las islas. En las últimas horas el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, ha anunciado que se ha detectado una segunda variante del virus "aún más contagiosa" que la cepa de la que se informó la semana pasada.

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