Casado revela en un cónclave empresarial que no vetará un Gobierno de Sánchez

  • El líder popular se compromete a facilitar la estabilidad política después de las elecciones generales en una reunión a puerta cerrada en Cepyme.
Fotografía de Pablo Casado / EFE
Fotografía de Pablo Casado / EFE

El Partido Popular no bloqueará una eventual investidura de Pedro Sánchez si los resultados electorales del próximo 10-N no terminan de aclarar el panorama político y, lógicamente, el candidato socialista resulta ser el más votado, según lo indican la práctica totalidad de las encuestas. Así lo deslizó hace unos días en una reunión a puerta cerrada con un puñado de empresarios de Cepyme -la patronal de la pequeña y mediana empresa- el candidato popular Pablo Casado, que ante la inquietud empresarial por la parálisis institucional en la que vive España desde hace meses, subrayó su compromiso con la estabilidad política y su disposición a no entorpecer un Gobierno socialista en el caso de que las urnas arrojen una nueva victoria del PSOE, según han confirmado a La Información varias fuentes presentes en el encuentro.

Pablo Casado advirtió, no obstante, de que esa disposición no implicará un cheque en blanco a Sánchez. Según el relato coincidente de algunos empresarios presentes en el acto, el candidato a presidente del Gobierno del PP condicionó ese eventual apoyo, entre otras cuestiones, al principio de que el PSOE no acepte los votos de Bildu en una potencial investidura y a encontrar un espacio de acuerdo en una serie de asuntos de interés general a modo de 'pactos de Estado'.

El candidato popular recalcó en varias ocasiones que pese a que los últimos datos que manejan en el PP revelan un acercamiento cada vez más intenso entre las expectativas electorales del PSOE y del PP, su partido dará prioridad a la estabilidad política en el proceso de negociaciones que se abra tras la convocatoria electoral del próximo 10 de noviembre, bajo la certeza de que España no puede permitirse una tercera convocatoria electoral.

Así, las fuentes consultadas coinciden en que Casado, en la reunión reservada a la que acudió en solitario la semana pasada, expuso ante los empresarios que la prioridad tras la repetición de los comicios generales será facilitar la formación de Gobierno para no alargar el bloqueo. Aseguró, dicen, tener buenas perspectivas para poder llegar a acuerdos con el líder socialista en materias de gestión del agua, infraestructuras, educación, pensiones, justicia, violencia de género o brecha salarial. Asuntos que constituirían esos mencionados 'pactos de Estado'.

Si bien es cierto que el encuentro con la plana mayor de Cepyme se produjo el martes 15 de octubre, un día después de conocerse la sentencia del 'procés' que provocó el estallido de una oleada de violencia en Cataluña que alcanzó su punto álgido durante el fin de semana. El líder del PP lleva desde el domingo elevando el tono contra Sánchez por la gestión de la crisis catalana. Le acusa de falta de contundencia ante los disturbios, insiste en aplicar la Ley de Seguridad Nacional en Cataluña y defiende que la carta que tiene que enviar el Gobierno a Quim Torra es el requerimiento previo a la activación del artículo 155 de la Constitución.

Preocupación por la economía

En el plano económico, Casado no escondió su preocupación por la desaceleración o por lo que él valoró como una inacción del Ejecutivo en la pelea arancelaria de Estados Unidos con la Unión Europea. Respecto a la evolución de la economía doméstica, advirtió sobre el frenazo en el mercado laboral, la caída del consumo y de la confianza empresarial, así como el refuerzo que está experimentando la tasa de ahorro en los últimos meses, señal de que los hogares empiezan a acumular reservas para afrontar una eventual recesión.

Ante este panorama, el candidato popular se presentó ante los pequeños y medianos empresarios del país como la solución para prevenir una futura crisis económica. Este está siendo precisamente uno de los principales pilares de su precampaña electoral. En cada mitin, Casado se preocupa por recordar que fue el PP el que sacó a España de la crisis con Mariano Rajoy al frente del Gobierno y apuesta por un programa económico  basado en la bajada de impuestos, la creación de empleo, la eliminación de las trabas administrativas y el impulso de la competitividad.

En este sentido, abogó porque los poderes públicos no interfieran en la actividad empresarial y desgranó algunas de sus propuestas en materia económica para el 10-N. Entre ellas, la tarifa plana para autónomos, rebajas fiscales o la creación de empresas en cinco días. Asimismo, el programa del PP contempla un plan de crecimiento empresarial, una ley de segunda oportunidad, una ley para la unidad de mercado o el apoyo de internacionalización frente a los aranceles.

Su propuesta fiscal, muy similar a la que presentó en las pasadas elecciones generales de abril, pasa por un tipo máximo del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) del 40% (en la actualidad es del 45%) y un tipo de Sociedades que se sitúe por debajo del 20% (ahora está en el 25%). También quiere acabar con el Impuesto sobre el Patrimonio y dejar en un nivel mínimo el de Sucesiones y Donaciones.

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