La cerámica mantiene en ERTE al 50% de sus empleados por la falta de ayudas

Los altos precios de la energía han puesto contra las cuerdas a la industria cerámica española. Desde que Rusia comenzara a fraguar su guerra contra Ucrania allá por otoño de 2021, reconvertida a su vez en una batalla energética contra Europa, el sector cerámico no ha parado de ver cómo se incrementa la factura de su producción. La inevitable necesidad de usar gas en sus procesos productivos y el alza de precios de este hidrocarburo ha elevado la factura energética de la industria hasta cuatro veces el precio que pagaba en 2020. 

Si hay un lugar donde este conflicto es especialmente visible es en Castellón, donde el 20% de los empleos de la provincia son generados por el sector cerámico de la mano de compañías como Pamesa o Porcelanosa. Un estudio de PwC eleva al 23% el peso de la industria cerámica sobre el PIB provincial, que genera el 13,3% del empleo industrial de la Comunidad Valenciana. Es, además, el principal exportador de la región y primer cliente de los puertos de Castellón y Valencia. 

Como consecuencia de estos altos precios de la energía, las empresas llevan todo el año paralizando o disminuyendo su producción, que hasta octubre fue un 25% inferior a la del año previo. Esto, a su vez, repercute en el empleo: hasta mediados de diciembre, la patronal Ascer tenía contabilizados 87 ERTEs con 9.825 trabajadores afectados, además de registrar los primeros EREs con casi medio millar de puestos de trabajo ya destruidos en la provincia.

La factura energética no para de crecer

Desde la patronal llevan meses reclamando más y mejores ayudas para garantizar la sostenibilidad del negocio. Ascer confirma que ya se recibieron las primeras ayudas, de 400.000 euros por trabajador, pero critican su insuficiencia, ya que "para algunas de las grandes no supone ni tres días de consumo de gas". De una facturación estimada de 5.700 millones de euros en 2022, calculan que la factura energética ascenderá a 2.235 millones, valor que multiplica por 2,5 la de 2021 (939 millones) y por cuatro la de 2020 (416 millones). 

Los datos de las exportaciones del sector hasta noviembre muestran cómo la facturación se ha incrementado un 18% pese a que los volúmenes han caído un 12%. La razón está en las subidas de precios de las entregas, donde  repercuten el coste de la producción, pero este alza no se realiza de forma proporcional a la subida de la energía: "Los márgenes se estrechan amenazando la viabilidad y la competitividad", señalan. En esta línea, su secretario general, Alberto Echavarría, señaló en unas declaraciones recientes a Europa Press que "será muy dificil sobrevivir sin ayudas directas ni hacer ajustes en costes, plantillas e inversiones".

Ascer mira ahora al exterior, donde está el verdadero reto: sobrevivir en mercados como Estados Unidos, Turquía u Arabia Saudí, donde sigue compitiendo en precio. Al mismo tiempo, denuncian los desequilibrios en las ayudas estatales dentro de la Unión Europea y reclaman igualar las ayudas del Gobierno a las de otros países como Italia o Alemania, con el fin de no perder competitividad. 

Medidas anunciadas pero que no llegan

La prórroga del Real Decreto con medidas en respuesta a la guerra de Ucrania incluye 450 millones de euros en ayudas a las industrias gasintensivas, pero éstas no se concederán de forma inmediata. El Ministerio de Industria debe redactar y publicar la orden que las regula en un plazo máximo de seis meses, alargando los plazos hasta junio. La ministra del ramo, Reyes Maroto, se comprometió a acelerar este plazo. 

La industria cerámica reclama también que esta línea de ayudas quedará reducida al mínimo al repartirse entre 24 sectores —incluidos el papel, vidrio, hierro, acero o aluminio— sin conocerse de momento cuánto se destinará a cada una. "El importe de las ayudas se distribuirá entre las actividades seleccionadas teniendo en cuenta parámetros vinculados al consumo intensivo de gas, a la evolución de precios y beneficios de las actividades industriales y a su impacto medioambiental", fijó el Ministerio. 

Unanimidad política para salvar miles de empleos

La importancia de la cerámica en Castellón ha elevado la problemática a un asunto de estado. Partidos políticos de todos los colores se han puesto de acuerdo para tratar de buscar soluciones en los distintos niveles administrativos, desde los ayuntamientos hasta el gobierno nacional, pasando por el regional. Los primeros, agrupados en el clúster cerámico y de la mano de la diputación provincial, promovieron el manifiesto "Salvem la Cerámica" para reclamar ayudas "contundentes". 

A las aportaciones del Estado se sumarán las anunciadas por la Generalitat Valenciana, que transferirá el equivalente a 5.000 euros por trabajador y abrirá líneas de crédito a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF). El decreto que confirma las transferencias directas a las empresas todavía está en redacción, pero desde el gobierno valenciano esperan que salga "en unas semanas" para dar comienzo al plazo de solicitudes. 

Mientras tanto, las empresas ya han presentado sus solicitudes para optar a los 50 millones de crédito dispuesto por el IVF para el sector cerámico. El éxito de la propuesta, con más solicitudes que disponible, ha hecho que la Generalitat haya tenido que habilitar otra línea de crédito de 180 millones.

Las ayudas estatales se complementan con una línea de crédito del ICO por valor de 500 millones de euros para gasintensivas y varias medidas para las electrointensivas. Entre estas se encuentran la reducción del 80% de los peajes hasta el 30 de junio —valorada en 112 millones de euros—, la prórroga de la suspensión del impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica y el mantenimiento del tipo impositivo del 0,5% en el impuesto especial sobre la electricidad. Todas ellas han sido convalidadas por el Congreso.