Tras el cierre de todos los hoteles

El turismo entra en 'shock': prevé 60.000 millones en pérdidas y 800.000 despidos

TURISMO
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Las consecuencias económicas del estado de alarma decretado por la crisis sanitaria del coronavirus se extienden. Anoche el Gobierno daba un paso más al obligar al cierre de todos los hoteles y alojamientos turísticos de España, a excepción de aquellos que han sido puestos a disposición de las autoridades sanitarias y los alojamientos de larga distancia. El sector ya contaba con esta decisión -de hecho la venía reclamando para acogerse a las ayudas estatales aprobadas para las suspensiones de la actividad por causa de fuerza mayor- si bien su impacto es todavía incierto porque los hoteleros no saben cuándo van a poder reabrir sus puertas. La incertidumbre es total. Lo seguro es que el primer golpe se lo lleva el empleo, con más de 150.000 personas suspendidas de sus puestos de trabajo. Y las patronales cifran las pérdidas para el sector en escalas milmillonarias. 

La orden publicada a última hora del día de ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) implica la clausura temporal y progresiva de casi 12.000 establecimientos en todo el país. En concreto, según los datos de la última encuesta de Coyuntura Turística Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE) en enero había 11.987 hoteles y alojamientos turísticos en toda España. La gran mayoría ya habían cerrado por decisión propia -cadenas de la talla de Meliá, Iberostar, Barceló o Riu anunciaron clausuras temporales de decenas de hoteles- y los que permanecían abiertos contaban con ocupaciones inferiores al 10%. El decreto da una semana para parar la actividad y obliga al cierre total el 26 de marzo.

Según los registros oficiales del INE, esos cerca de 12.000 hoteles, que cuentan con más de 530.000 habitaciones y superan de largo el millón de plazas, daban empleo el pasado mes de enero a 155.521 personas. Este personal se suma ahora a la oleada de parados (en principio, temporales) que están colapsando las oficinas de empleo a consecuencia de los ajustes de plantilla que se están llevando a cabo en empresas de todos los sectores. Pero hay que tener en cuenta que los trabajadores de los hoteles y otros alojamientos solo son una parte de los 2,67 millones de ocupados en actividades turísticas que registra la Encuesta de Población Activa (EPA) y que en su mayoría se han quedado sin empleo a consecuencia de los cierres de bares, restaurantes, museos, teatros...

Por el momento se calcula que tras la última medida adoptada por el Gobierno para frenar la propagación del virus los ERTE en hoteles y otros alojamientos se van a llevar por delante 800.000 empleos. Así lo asegura José Luis Zoreda, vicepresidente del lobby turístico Exceltur, que en sus más de 30 años de experiencia en el sector no ha visto un desplome igual de la actividad. "Esto es peor que el 11-S y la quiebra de Lehman Brothers juntos", lamenta en conversación telefónica, en referencia a la velocidad e intensidad de la caída de la actividad. "En solo tres semanas hemos pasado a facturación cero y no sabemos cuánto tiempo vamos a poder resistir en este nivel", advierte.

En una encuesta interna de Exceltur a 1.250 empresas de diversos subsectores con 2.400 unidades de negocio se plantean tres escenarios, en base a la duración de la pandemia que calcula el Ministerio de Sanidad. En el primero de ellos, el impacto del virus dura apenas dos meses y las pérdidas del sector ascienden a más de 19.500 millones de euros, sobre todo por las cancelaciones de Semana Santa. Ese escenario, sin embargo, ya parece quedarse corto. En estos momentos las estimaciones se basan en una duración de la crisis de unos 4 meses en los que los números rojos superan los 39.000 millones tras perderse gran parte de la campaña de verano. Y en el peor de todos, el desplome de la actividad se alarga durante seis meses y las pérdidas se disparan por encima de los 62.000 millones. No se empezaría a recuperar la actividad hasta octubre.

Desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) avisan, no obstante, de que cualquier previsión en estos momentos de incertidumbre es incierta. Explican que al desconocer la duración del estado de alarma (el Gobierno ya se plantea prolongar estos 15 días iniciales) no pueden ni tan siquiera hacer una estimación de curvas de demanda, porque están afectadas por la crisis de confianza y en gran medida dependen del restablecimiento de los servicios de transporte. "Por el momento, la demanda nacional se ha caído íntegramente por el confinamiento", añade Zoreda, y matiza que a este desplome hay que sumarle el batacazo del turismo internacional por la desconfianza de los extranjeros, el cierre de las fronteras terrestres y la paralización de gran parte de los desplazamientos por vía aérea. 

El sector pide un plan de choque 

Ante este panorama, las medidas de choque adoptadas por el Gobierno son, a ojos de Zoreda, escasas. "Los cañones apuntan en la buena dirección, pero la munición es insuficiente", enfatiza en referencia a la inyección de 100.000 millones de euros en avales. A su juicio, el Ejecutivo debería presionar en Europa para aprobar una batería de medidas fiscales que permitan aumentar la línea de avales y el Estado debería asumir más riesgo, como han hecho países como Alemania o Reino Unido. Además, el vicepresidente de Exceltur critica la "discriminación" del plan de choque en favor de la pequeña empresa porque "son las grandes compañías las que tienen el poder locomotor que impulsará la recuperación".

Respecto a la senda de recuperación que seguirá a este desplome total de la actividad, es toda una incógnita. Las fuentes del sector consultadas aseguran que el 'shock' no va a empezar a superarse, al menos, hasta dentro de cuatro meses, y advierten de que el crecimiento posterior será lento. En este sentido, Zoreda insiste en que para que el rebote sea efectivo y rápido el sector turístico necesita un plan de choque específico y ayudas por parte del Gobierno para "volver a ser la locomotora". "En muchos momentos hemos sido salvadores de la patria y ahora podemos ser los enterradores", avisa. No en vano, se está refiriendo al sector más afectado por la crisis del coronavirus y del que aporta más del 12% del PIB nacional, por tanto la recuperación de la economía española dependerá en gran medida de la evolución del sector turístico.

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