Un caballo que llevará tiempo domar, ya lo dijo el gobernador del Banco de España, Luis María Linde. La deuda de las administraciones públicas alcanzó en su conjunto el 95,6% del PIB, hasta los 1,15 billones de euros en marzo. Este pico arroja un crecimiento del 1% sobre los 1,14 billones del mes anterior y del 18% en los últimos cinco años, desde los 979.031 millones de euros comprometidos en 2013, según las estadísticas publicadas este martes por el Banco de España (BdE).
Por segmentos, la deuda de la Administración Central, la más abultada entre las administraciones públicas, engordó un 6,4% en febrero y superó así el billón de euros, hasta los 1.007.249 millones de euros. El dato muestra el despunte del 27,6% del endeudamiento del Estado en los últimos cinco años, desde los 778.781 millones de euros de entonces.
Entre el resto de administraciones, las comunidades autónomas pusieron la nota positiva al reducir levemente su pasivo hasta 287.591 millones de euros, un 0,12%, después del alza con que inició el año en enero, cuando subió hasta los 287.960 millones de euros, un 3,3% interanual. Algo más se endeudaron los ayuntamientos y la Seguridad Social, al engrosar sus cuentas del debe en 94 y 24 millones más respectivamente, hasta cerrar febrero con sendas deudas de 29.119 y 27.387 millones de euros.
La deuda de las administraciones públicas vuelve por tanto a complicar el examen de España ante Bruselas. El país, el único Estado que se mantiene bajo el procedimiento de déficit excesivo con el que la Unión Europea controla el desequilibrio financiero de sus miembros cuando su déficit supera el 3% del PIB, intentará cumplir la meta del 2,2% comprometida para finales de este año, según aseguró el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la presentación del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2018.
En la UE tiemblan ante el nivel de endeudamiento de la cuarta economía de la eurozona. España presenta todavía "vulnerabilidades", concluyen la Comisión Europea y el BCE en su noveno informe tras el programa de rescate de 2012 que evitó un salvamento total de la economía española. Los puntos débiles de la economía española continúan siendo el elevado desempleo y la abultada deuda pública.
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