España incumplirá el compromiso de rebajar su desequilibrio presupuestario hasta el 3% este año, en el que Europa recupera la vigencia de las reglas fiscales tras suspenderlas para hacer frente a los costes de la pandemia de Covid, primero, y de las crisis inflacionaria y energética y de la invasión de Ucrania, después. El Consejo General de Economistas (CGE) ha presentado este lunes su Observatorio Financiero y las Claves Económicas del tercer cuatrimestre de 2023, en el que ha empeorado una décima su cálculo de déficit este año hasta el 3,4%.
Este cálculo más negativo se debe a que la economía crecerá menos que el año anterior y a ello se añadirá un peor comportamiento de los ingresos tributarios en un escenario en el que la inflación se moderará en relación al ejercicio previo. Los economistas sitúan el avance del PIB en el 1,6% -no descartan que en 2025 el crecimiento pueda superar, incluso, el 2%- y la tasa de inflación media del ejercicio en el 3,2%, una décima por encima de lo que preveían en enero.
"Es difícil mantener los ingresos extraordinarios que se produjeron el año pasado por la inflación alta", ha advertido Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del CGE. Esto, en un contexto marcado por la incertidumbre y en el que, a la vez, podría perjudicar a la actividad el hecho de que no salieran adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2024. Una eventual prórroga "no da la seguridad que te dan los presupuestos" ni a nivel interno ni a nivel externo, ha recalcado Pedraza, quien ha incidido en que esta situación "crea desconfianza en el gobierno español y en el propio país".
El impacto sobre la inversión de una prórroga de los presupuestos
Esa eventual prórroga de las cuentas de 2023, ante las dificultades del Gobierno para lograr las mayorías parlamentarias suficientes, afecta sobre todo a los proyectos de inversión, una variable que es esencial para que se cumpla esa estimación del 1,6% del PIB que contemplan los economistas en un entorno cada vez más complejo. "A lo que más afectaría es al dibujo que estás dando de cuál va a ser tu inversión privada en el futuro", ha señalado Salvador Marín, director del servicio de estudios del Consejo de Economistas.
En lo que respecta a la deuda pública, Antonio Pedraza considera que el aumento de los salarios públicos, el incremento del coste de las pensiones y el coste de la propia carga de la deuda -que ya supera el 2%, según ha dicho- supondrán un lastre para su reducción. "Un menor crecimiento, incluso manteniendo la cifra de la deuda a los niveles actuales, perjudicaría el porcentaje de endeudamiento sobre el PIB", ha alertado. Por ello, los economistas ven difícil bajar el porcentaje de la misma de la ratio actual, y pronostican un ligero incremento en relación al escenario previsto por el Gobierno hasta el 106,6% este año -desde el 106,3% que contempla el último cuadro macroeconómico-.
Por todo lo anterior, el presidente del Consejo General de Economistas de España (CGE), Valentín Pich, ha pedido que se tenga muy en cuenta todo el contexto geopolítico, que puede derivar en tensiones adicionales y en un empeoramiento de las previsiones, por lo que ha reclamado "dedicar nuestro tiempo y esfuerzo al ámbito de la productividad, las inversiones productivas y al ansiado control del déficit público, si queremos que las cifras de 2023 se consoliden". Con todo, consideran que España mantendrá su diferencial de crecimiento frente al resto de Europa este año, después de que el PIB nacional avanzase cinco veces más que la media de la Eurozona el pasado ejercicio.
