"Nos hace falta el fabricante"

El reto del Perte de los chips: Alemania, Italia, Francia y Austria van por delante

La carrera por fabricar semiconductores ha comenzado. El Gobierno trata de capear un doble problema: no encuentra gigantes del sector que inviertan en España y sus empresas nacionales son poco competitivas.

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El Perte de chips de Sánchez: Alemania, Italia, Francia y Austria van por delante.
Europa Press

Cada nuevo brote que surge en China causa furor en Bruselas. La política de 'Covid cero' marcada por el gobierno de este país asiático supone un parón absoluto en toda la actividad de sus ciudades por los rigurosos confinamientos. Una de las que ha estado afectada por ello unas cuantas veces ha sido Shanghai, donde se encuentra el puerto más importante del mundo, y de donde parten cada día contenedores cargados de piezas de semiconductores rumbo a Europa. La UE, que ha confirmado en esta crisis que no puede seguir bajo la tutela de países externos en esta materia, decidió dar luz verde a un plan de 43.000 millones de euros para combatir esa dependencia. Su objetivo -marcado en rojo- es muy ambicioso: producir el 20% de los chips de todo el mundo antes de 2030. Un proyecto que suscitó el interés de todos sus miembros, pero que ahora mismo lideran cuatro de ellos: Alemania, Italia, Francia y Austria.

El pasado miércoles, con motivo de la visita del emir de Qatar, el presidente Sánchez quiso anunciar -en la sede de la patronal- la aprobación el próximo martes en el Consejo de Ministros de un nuevo Perte (el instrumento con el que se están canalizando los fondos europeos) destinado a los microchips, que estará dotado con más de 11.000 millones de euros.  Una noticia que se recibió con cierto escepticismo ya que, semanas atrás, el sector del automóvil había sido crítico por el retraso de los fondos procedentes del Perte del vehículo eléctrico, que fue aprobado en verano de 2021 y que es el proyecto más adelantado. 

Un día después, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, apareció por el Congreso para relatar los logros de su ministerio e hizo hincapié en los semiconductores, aunque reconoció la dificultad que estaba teniendo el Ejecutivo en este asunto. "Buscamos oportunidades en la agenda europea. Tenemos el ecosistema, pero nos hace falta el fabricante". Así, hay tres gigantes que producen estos chips (TSMC, Samsung e Intel) y, por ahora, ninguno ha decidido apostar por España para levantar una fábrica de este material tan preciado para la cadena de suministros. Una realidad que sí han conseguido otros países. El gigante norteamericano Intel anunció una inversión hace un par de meses de hasta 80.000 millones de euros para fabricar una "mega fábrica" en Magdeburgo, en pleno corazón de Alemania.

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Planos de dos nuevas fábricas de procesadores de Intel en Magdeburgo (Alemania).

INTEL CORPORATION

Un escenario que nubla los planes del Ejecutivo, consciente de que las pocas empresas españolas que tienen cierta relación con los semiconductores son pequeñas y sin apenas potencial económico (de hecho se agrupan las cuatro en una asociación). Una precaria situación -la española- a la que se le une su debilidad ante los IPCEI, que en palabras de la ministra Maroto, son como los "Pertes a nivel europeo". Según los expertos, son "los instrumentos para canalizar la capacidad de fabricación" de un proyecto. Una de las ramas específicas del IPCEI es la microelectrónica, que es vital para la fabricación de los microchips. Es en este ámbito donde cuatro países de la UE -Francia, Alemania, Italia y Austria- están un escalón por encima del resto, con una presencia en este sector de hasta 32 compañías.

Los proyectos en microelectrónica de IPCEI se dividen en cinco campos, cada uno adueñado por diversas empresas especializadas: los chips energéticamente eficientes (donde destaca la alemana Globalfoundries y la francesa Cea-Lety), los semiconductores de potencia (cabe mencionar la austriaca AT&S o la alemana Semikron), los sensores inteligentes (con la italiana Fondazione Bruno Kessler y la francesa Lynred), los equipos ópticos avanzados (monopolizada por dos alemanas: Carl Zeiss y AMTC) y los materiales compuestos (donde está la francesa ST Microelectronics, entre otros). Aunque estas empresas son las que lideran el transcurso del proyecto, cooperarán, a su vez, con hasta 425 socios de forma indirecta, como organizaciones de investigación o pymes de otros países.

Esta división se debe a que los chips no suelen venderse por sí solos, sino que a menudo se suministran como parte de un sistema integrado. El liderazgo de estos cuatro países de la UE en la fabricación de chips no es un tema trivial, sino que se debe a una apuesta decidida por estos estados ya que estas compañías se han nutrido de ayudas estatales, sin financiación de la UE. Un selectro grupo -el de estos cuatro- que se completó recientemente con Asutria, gracias a la entrada de dos de sus empresas.

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