La sentencia del 'procés' y la violencia abren una fractura en la patronal catalana

  • Las referencias de los líderes de Cecot y Pimec hacia los condenados rompen la neutralidad y el respeto que han mantenido Foment del Treball y CEOE. 
La sentencia del 'procés' y la violencia abren una fractura en el mundo patronal
La sentencia del 'procés' y la violencia abren una fractura en el mundo patronal
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Ambiente revuelto entre las patronales empresariales a raíz de la sentencia que ha condenado a los líderes del 'procés'. Mientras desde las grandes organizaciones -CEOE a nivel nacional y la catalana Foment del Treball- han mantenido una exquisita equidistancia respecto a la decisión del Tribunal Supremo, la patronal de las pequeñas y medianas empresas catalanas Pimec y Cecot -que agrupa a las pymes del Vallès- han roto la unidad de acción y han pedido abiertamente "soluciones" para los condenados. Es la primera vez que unos empresarios realizan un posicionamiento tan concreto, en este caso a favor de las posturas independentistas, lo que ha evidenciado la brecha entre estos grupos. 

Sucedió en la noche del pasado martes en Barcelona , en la 'Nit de l'Empresari' celebrada en el Teatre Nacional de Catalunya. El presidente de Cecot, Antoni Abad, subió al estrado y cuando hizo referencia a las condenas a Oriol Junqueras, los Jordis y el resto de presos, el público, compuesto por unos 1.000 empresarios, rompió en una sonora ovación y en gritos pidiendo "libertad, libertad". No es la primera vez que Cecot realiza un posicionamiento de este tipo (de hecho, el anterior presidente de Foment, Joaquín Gay de Montellà, llegó a expulsarles temporalmente de la patronal por sus posturas a favor del derecho a decidir), pero el momento es relevante y ha provocado malestar en el resto de organizaciones empresariales.

En ese acto solemne de Cecot también estuvo Josep Sánchez Llibre, el presidente de Foment que está ejerciendo de contrapeso entre los empresarios de Madrid y Barcelona. Su papel está siendo importante. El también vicepresidente de la CEOE tomó la palabra para pedir a Quim Torra "liderar políticamente la recuperación del prestigio de Cataluña". Estas declaraciones no han pasado desapercibidas entre sus colegas de la capital, que piden que los empresarios mantengan siempre una estricta neutralidad a nivel político y que se limiten a hablar de economía.

Las palabras de Sánchez Llibre han tensado las costuras dentro de la CEOE. Algunas voces de la facción más veterana de la patronal consideran que el dirigente catalán, de marcado perfil político, es siempre "pragmático" y "posibilista", pero puede ser "malinterpretado". Comprenden que intenta mantener unos equilibrios cada vez más complejos entre los empresarios favorables del derecho a decidir en Cataluña y el resto, pero advierten de que sus posicionamientos pueden colocar al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en una situación "comprometida".

Antes del evento de la discordia organizado por Cecot, diversas patronales se habían posicionado sobre la sentencia del 'procés'. El primer movimiento fue, precisamente, el de Foment, que a falta de 72 horas para que se conociera el fallo del Supremo pidió "respeto" a la decisión y reclamó al Govern que administrara "con responsabilidad" las manifestaciones que anunciaron 'Tsunami Democràtic' y los CDR. Ya intuían que la situación en las calles no iba a ser sencilla.

CEOE: "Respeto" a los tribunales

Después del fallo, el mismo lunes 14 de octubre, la CEOE se posicionó. Lo hizo de una forma genérica, transmitiendo "su respeto más absoluto a los tribunales e instituciones del Estado". Para la organización que preside Garamendi "la Ley es la base de la democracia y, por tanto, el marco constitucional debe ser el ámbito en el que se desarrolle la normalidad política y económica dentro del Estado de Derecho". "Los empresarios españoles esperan y confían en que tras esta decisión judicial se abra en España una nueva etapa de estabilidad democrática", concluían.

El día 16, 48 horas después de la sentencia, la patronal autonómica -de la que precisamente Cecot forma parte- volvió a hablar. Las calles catalanas empezaban a sufrir preocupantes escenas de violencia y la organización de Sánchez Llibre pidió a las autoridades políticas que intentaran alcanzar una solución. Advirtió de las consecuencias en la economía de esas imágenes de disturbios –los empresarios no olvidan el daño que causó a la economía catalana el referéndum ilegal del 1-O– y llegó a reclamar que Gobierno central y Govern se sienten a dialogar.

Pero Pedro Sánchez mantuvo su negativa a hablar con Torra hasta que se desmarque de la violencia. Y el pasado domingo, 20 de octubre, las patronales Foment y Pimec y los sindicatos CCOO y UGT emitieron un manifiesto inédito (por la unidad que representa) en el que reclamaron diálogo e hicieron "un llamamiento a instituciones, partidos políticos, entidades sociales y económicas y a la ciudadanía en general a restablecer los espacios de convivencia y cohesión social que faciliten un clima idóneo por el diálogo y negociación que garantice la estabilidad política, económica y social que Cataluña necesita".

Un día después, el lunes 21 de octubre, Garamendi coincidió en señalar públicamente que la clase política "tiene la obligación de sentarse a hablar y llegar a acuerdos", si bien matizó que "por encima de todo está el Estado de derecho". El presidente de la patronal nacional se mantuvo firme al recordar que la CEOE no tiene que entrar a analizar la sentencia del 'procés' dictada por el Tribunal Supremo y repitió que hay que "respetar la Ley". 

Frente Foment-Pimec

Ayer mismo se celebró otro gran evento empresarial en Barcelona. En la sede de Foment, Sánchez Llibre y Josep González, presidente de Pimec, presentaron un manifiesto conjunto 'A favor del progreso de Cataluña' en el que pidieron resolver el conflicto desde la política y el diálogo, recuperar la "imprescindible" relación institucional entre el Gobierno español y la Generalitat y acabar con la violencia. Ambos pusieron en valor su capacidad de entendimiento, si bien hubo diferencias en el discurso. Mientras Sánchez Llibre insistió en pedir a Torra que lidere la recuperación de la reputación de Cataluña y la confianza empresarial, González recordó a los políticos separatistas presos: "Espero que algún día se pueda encontrar una buena solución".

El texto presentado ayer es de mínimos. Lograrlo llevó horas de debates e intercambios de borradores. Si bien el acto de presentación fue transversal y contó con la asistencia de grandes personalidades del mundo empresarial catalán. También estuvo el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, el independentista Joan Canadell, quien criticó el manifiesto conjunto por no censurar la "violencia gratuita de las fuerzas de seguridad del Estado".

Los empresarios coinciden en que, una vez concluida la vía judicial, ahora toca hacer política. También parecen estar de acuerdo en que faltan liderazgos a ambos lados del conflicto. Por eso las patronales han cogido la batuta para pedir soluciones. Porque si hay algo que reclaman al unísono es seguridad jurídica para garantizar el buen funcionamiento de los negocios y las inversiones. En la cabeza de todos están los estragos que provocó el 1-O hace dos años y lo que se pretende evitar en estos momentos es otro otoño negro para la economía catalana, más ante los síntomas de letargo evidentes ya a nivel nacional.

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