Un desafío para la economía

España afronta su ajuste con la natalidad baja y las regiones más longevas de la UE

Eurostat sitúa a dos comunidades autónomas entre las cinco regiones más longevas de toda la Unión Europea, a la vez que coloca al país con la segunda menor tasa de nacimientos por mujer, de 1,16, tan solo por detrás de Malta

España afronta su ajuste con la natalidad baja y las regiones más longevas de la UE
España afronta su ajuste con la natalidad baja y las regiones más longevas de la UE
ALDEAS INFANTILES SOS / Europa Press

La Comisión Europea advertía esta misma semana a España de que tendrá que hacer "más esfuerzos" para seguir reduciendo los niveles de deuda pública ante los riesgos que el envejecimiento de la población representará los próximos años por el aumento previsto del gasto en pensiones. Lo hacía en el marco de su Mecanismo de Alerta para evaluar los desequilibrios macro de los diferentes estados, apenas unos meses antes de que entren en vigor de las nuevas reglas fiscales para todo el bloque. 

No es la primera vez que el Ejecutivo comunitario exige al Gobierno una estrategia "creíble" de reducción de las tasas de deuda y déficit públicos. Desde Bruselas consideran "limitados" los esfuerzos que se han realizado en materia de consolidación fiscal a lo largo de los últimos ejercicios. Entienden que una parte importante del ajuste habría venido del propio ciclo económico, en un contexto en el que el PIB ha resistido pese a la subida de los tipos de interés, el frenazo de la Eurozona y las tensiones geopolíticas en Ucrania y Oriente Medio. Sólo el año pasado creció cinco veces más que el promedio de la zona euro, al 2,5%.

Sin embargo, el horizonte a unos años vista está marcado por dos factores demográficos que representan un problema de difícil solución para la economía nacional. Dos estadísticas que ha hecho públicas estos días Eurostat lo resumen a la perfección. Por un lado, dos comunidades autónomas estuvieron entre las cinco regiones más longevas de todo el continente en 2022, el último ejercicio completo para el que están disponibles los datos. Esa mejora en la esperanza de vida se ve ensombrecida, sin embargo, por otra estadística, que coloca a España con la tasa de fecundidad más baja de toda la Unión Europea tan solo por detrás de Malta.  

En 2022 el número de nacimientos por mujer fue de 1,08 en el archipiélago del Mediterráneo Central, de 1,16 en el caso de España y de 1,24 en el de Italia. Europa es en sí misma un continente cada vez más envejecido, una tendencia que ha ido a más tras la crisis financiera. Si en 2008 nacieron en toda la región 4,68 millones de niños, en 2022 la cifra se había reducido a 3,88 millones. La tasa de fertilidad ese ejercicio -que también es el último para el que existen datos- fue de 1,46 nacidos vivos por mujer, frente a los 1,53 de 2021 o los 1,51 de 2020.

En el caso de España, la tasa de fecundidad se ha reducido de forma paulatina desde los 2,01 nacidos vivos por mujer de 2012. Se da la circunstancia de que tanto Italia como nuestro país son los dos estados en los que las mujeres eran más mayores al dar a luz a su primer hijo: tenían 31,7 y 31,6 años, respectivamente, cuando la media de todo el continente está en los 29,7 años. Casi la mitad de los niños nacidos en la UE a lo largo de todo ese año eran primogénitos. 

Dos de las regiones europeas con mayor esperanza de vida 

La pirámide demográfica se ha ido invirtiendo, a la vez, por la mejora en la esperanza de vida. La oficina de estadísticas europea confirmó también que la región de la UE con mayor esperanza de vida al nacer fue la Comunidad de Madrid (85,2 años), seguida de la Provincia Autónoma de Trento, en Italia (84,4 años), de la Isla de Francia (84,1 años), de Estocolmo en Suecia ( 84,0 años) y de la Comunidad Foral de Navarra (83,9 años).

En 2022 el INE contabilizó a nivel nacional 137 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Este nivel de envejecimiento, que no tiene precedentes, supone también que la población activa mayor de 50 años adquiere un papel relevante para la competitividad de las empresas, dado que supone alrededor del 34% de la población activa. El desafío no va a estar solo en seguir elevando las cifras de afiliación, sino en crear empleo de calidad y ensanchar la base de cotizantes, en opinión de Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

Lo anterior incluye una "adecuada gestión de la migración para convertirla en una ventaja competitiva, dada su capacidad para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente, y teniendo en cuenta su potencial para mejorar nuestra posición competitiva global", señala el experto. En su último Informe Trimestral de la Economía, el Banco de España apuntaba que, en el más corto plazo, la tasa de paro seguirá estancada en el entorno del 11% dentro de tres años por el final del efecto 'atesoramiento' en las empresas (ante la incapacidad de cubrir sus vacantes), pero también por el aumento de la población activa a causa de la inmigración.

Esto, en el más corto plazo, porque la entidad que capitanea Pablo Hernández de Cos ha publicado informes en los que revela que a más largo plazo, el envejecimiento de la población seguiría reduciendo la tasa de actividad, en concreto entre 2,8 y 3,7 puntos adicionales hasta 2030, dependiendo de cómo se comporten los flujos de inmigración. Sin su soporte, la caída sería 1,6 puntos mayor.

La inmigración y la reforma de pensiones de Escrivá

Todo un reto para una economía en la que el gasto en pensiones se lleva, de lejos, la mayor partida de los Presupuestos Generales del Estado. El año pasado se destinaron a este fin 190.684 millones de euros, una cantidad en la que repercutió el hecho de que el Gobierno haya vuelto a revalorizarlas en función del IPC. El anterior ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, situó los flujos migratorios como uno de los ejes clave de su reforma de las pensiones.

Según sus cálculos, España recibirá alrededor de 450.000 inmigrantes al año a mediados de siglo, lo que elevará el número de cotizantes por encima de los 22 millones. En el primer avance del 'Ageing Report' de 2024, el documento clave de la UE en materia de pensiones públicas, la Comisión Europea ponía en duda estas previsiones, al calcular que el número de ocupados se reducirá hasta los 19,9 millones en 2050 y que las llegadas netas de migrantes (descontadas las salidas) se estabilizarán en el entorno de las 200.000 durante todo su horizonte de proyección, esto es, hasta 2070.

En 2050 las cuentas públicas tendrán que hacer frente a un fuerte alza de costes por la presión que ejercerá sobre el sistema la jubilación de la generación del 'baby boom'. Según los cálculos del Ministerio, el gasto en pensiones aumentará alrededor de tres puntos para entonces, pero podrá compensarse por los ingresos 'extra' que generarán las cotizaciones sociales (más inmigración supondrá más ocupados) y por las medidas para desincentivar la jubilación anticipada.

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